11 Febrero 2014
“Este juego es mío”, sintetizó un diario español para graficar el nuevo golpe de autoridad de Lionel Messi, que reaccionó tras una semana en la que se lo había puesto en duda. “Pareciera que Messi me respondió a mí, ojalá fuera así. Si eso sirvió para motivarlo, lo voy a decir todas las semanas”, bromeó Ángel Cappa. “Lio” fue clave para revertir la derrota con una asistencia y dos goles plenos de rabia e inteligencia, que sellaron el 4-1 ante Sevilla y pusieron a su equipo otra vez en la cima Que Barcelona ya no es la misma orquesta afinada que casi nunca fallaba no es novedad para nadie. Dejó de serlo hace tiempo, ya en el final de la “era Guardiola”. La diferencia con aquellos chisporroteos en el tramo final de Guardiola y en el de sus dos sucesores, es que los de Martino llegan en parte por decisión del entrenador: dijo en todo momento que respetaría la esencia del Barcelona, pero su sistema de juego es distinto.
Así, en los últimos tiempos se pudo ver a los “azulgrana” lanzando centros, algo que muy rara vez se daba en los años de religioso respeto por la pelota al piso. Así, de los 63 goles que llevan los catalanes esta temporada, 12 llegaron por contraataques.
En un año de Mundial, que Messi se pruebe de “10” (la posición en la que brilló Diego Maradona), tampoco es una mala noticia.
Messi no quiere “hacerse daño otra vez”, analizó Fernando Signorini, ex preparador físico de la selección argentina, a la radio catalana “La Xarxa”.
“Cuando un felino tiene algún problema (lesión), no puede salir inmediatamente en busca de la presa”, añadió Signorini. “Messi es un felino que está lamiendo su herida y esperando el momento justo para volver a dar esos zarpazos. Cuando el equipo le necesitó, apareció y hizo dos goles”, agregó.
Es así: tras dos meses fuera por lesión, Messi vuelve de a poco y con altibajos. Lógico, porque no quiere volver a rendirse ante un percance físico, pero también porque la fecha que tiene marcada es la del 15 de junio, día del debut de Argentina ante Bosnia en el Maracaná. Hacia allí apunta, porque Mundial en Brasil hay sólo uno en la vida.
Así, en los últimos tiempos se pudo ver a los “azulgrana” lanzando centros, algo que muy rara vez se daba en los años de religioso respeto por la pelota al piso. Así, de los 63 goles que llevan los catalanes esta temporada, 12 llegaron por contraataques.
En un año de Mundial, que Messi se pruebe de “10” (la posición en la que brilló Diego Maradona), tampoco es una mala noticia.
Messi no quiere “hacerse daño otra vez”, analizó Fernando Signorini, ex preparador físico de la selección argentina, a la radio catalana “La Xarxa”.
“Cuando un felino tiene algún problema (lesión), no puede salir inmediatamente en busca de la presa”, añadió Signorini. “Messi es un felino que está lamiendo su herida y esperando el momento justo para volver a dar esos zarpazos. Cuando el equipo le necesitó, apareció y hizo dos goles”, agregó.
Es así: tras dos meses fuera por lesión, Messi vuelve de a poco y con altibajos. Lógico, porque no quiere volver a rendirse ante un percance físico, pero también porque la fecha que tiene marcada es la del 15 de junio, día del debut de Argentina ante Bosnia en el Maracaná. Hacia allí apunta, porque Mundial en Brasil hay sólo uno en la vida.