04 Febrero 2014
¡ARRIBA! Este año fueron 34 las chicas que decidieron incorporarse como aspirantes a la carrera naval militar, la mayoría tiene entre 18 y 20 años. la gaceta / fotos de jorge olmos sgrosso
Tradicionalmente era una carrera masculina. La vieja foto del marinero arqueando la espalda de su novia en un largo beso, lo decía todo. Hoy ya es historia. La nueva imagen, la que vimos ayer, al mediodía, cuando partían los aspirantes a suboficiales de la Armada, desde la plaza Alberdi, era diferente. Era, por ejemplo, la de los ojos inundados de Vilma Balera, mirando por última vez, desde la ventanilla del colectivo, a Carlitos Díaz, su novio desde hace dos años y un mes. Él sonríe y la deja ir. Comprende que, como Vilma dice, ella “se juega por un proyecto para los dos”. Y se queda con esa promesa y el sabor del último beso, en tierra firme.
Para este año se han inscripto 270 chicos de entre 18 y 24 años. Pero solo 76 lograron la oportunidad de ir a la Escuela de Suboficiales de la Armada Argentina. No son sólo de Tucumán, sino también de Santiago, Catamarca y Salta. Hay 40 varones y 34 mujeres. Cada año hay más chicas.
“A mí siempre me gustó la carrera militar. Era mi sueño, mi vida ...”, asegura Cintia García (19 años) con la mirada segura y la espalda bien derecha. Sus ojos contrastan con los de su madre, Miriam, que todavía están húmedos. “Hemos aceptado su decisión porque sólo queremos su felicidad, pero sí ... nos costó”, admite la joven madre con otros dos niños pequeños de la mano.
¿Será más fácil para una familia de militares? Sofía Faccioli no está tan segura. Tiene 18 años y un hermano que ya entró en la marina. Sus dos hermanos más chicos también aspiran a la vida militar. “Me gusta el estilo de vida y los valores que se inculcan en la Armada Argentina”, resume el origen de su vocación. En unos años más, tal vez todos sus hermanos serán militares.
¿Qué hace hoy una mujer en la marina? Generalmente estudian Enfermería y se reciben en dos años y medio. En total, hay 45 carreras que pueden elegir los jóvenes, con una duración de entre dos años y dos años y medio. Se otorga el título de técnico superior, explica el suboficial mayor Oscar Sajud, encargado de las incorporaciones. Mientras cursan el primer año de la carrera también pueden percibir una mensualidad.
Sin duda todas estas ventajas influyeron en las decisiones de los postulantes a la carrera naval militar. La escuela brinda material didáctico, alojamiento, vestuario, alimentación y hasta una pequeña beca para los gastos personales. Una oferta nada despreciable que tienta a chicos incluso de tierra adentro que nunca conocieron el mar.
El entrenamiento dura 45 días y en ese tiempo los aspirantes deben superar dos exámenes selectivos, uno físico y otro de adaptación a la vida militar. Deberán quedar 1.200 efectivos de todo el país. Antes de partir, los jóvenes se formaron para escuchar al capitán Alfredo Román Martín: “La Armada les ofrece un proyecto de vida basado en valores. Sólo les recuerdo que hagan lo que hagan, nunca defrauden a su familia, al colegio y a su provincia”. En seguida padres e hijos se separaron, ambos, con la misma ilusión.
Para este año se han inscripto 270 chicos de entre 18 y 24 años. Pero solo 76 lograron la oportunidad de ir a la Escuela de Suboficiales de la Armada Argentina. No son sólo de Tucumán, sino también de Santiago, Catamarca y Salta. Hay 40 varones y 34 mujeres. Cada año hay más chicas.
“A mí siempre me gustó la carrera militar. Era mi sueño, mi vida ...”, asegura Cintia García (19 años) con la mirada segura y la espalda bien derecha. Sus ojos contrastan con los de su madre, Miriam, que todavía están húmedos. “Hemos aceptado su decisión porque sólo queremos su felicidad, pero sí ... nos costó”, admite la joven madre con otros dos niños pequeños de la mano.
¿Será más fácil para una familia de militares? Sofía Faccioli no está tan segura. Tiene 18 años y un hermano que ya entró en la marina. Sus dos hermanos más chicos también aspiran a la vida militar. “Me gusta el estilo de vida y los valores que se inculcan en la Armada Argentina”, resume el origen de su vocación. En unos años más, tal vez todos sus hermanos serán militares.
¿Qué hace hoy una mujer en la marina? Generalmente estudian Enfermería y se reciben en dos años y medio. En total, hay 45 carreras que pueden elegir los jóvenes, con una duración de entre dos años y dos años y medio. Se otorga el título de técnico superior, explica el suboficial mayor Oscar Sajud, encargado de las incorporaciones. Mientras cursan el primer año de la carrera también pueden percibir una mensualidad.
Sin duda todas estas ventajas influyeron en las decisiones de los postulantes a la carrera naval militar. La escuela brinda material didáctico, alojamiento, vestuario, alimentación y hasta una pequeña beca para los gastos personales. Una oferta nada despreciable que tienta a chicos incluso de tierra adentro que nunca conocieron el mar.
El entrenamiento dura 45 días y en ese tiempo los aspirantes deben superar dos exámenes selectivos, uno físico y otro de adaptación a la vida militar. Deberán quedar 1.200 efectivos de todo el país. Antes de partir, los jóvenes se formaron para escuchar al capitán Alfredo Román Martín: “La Armada les ofrece un proyecto de vida basado en valores. Sólo les recuerdo que hagan lo que hagan, nunca defrauden a su familia, al colegio y a su provincia”. En seguida padres e hijos se separaron, ambos, con la misma ilusión.
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