02 Febrero 2014
La segunda edición del concurso para seleccionar ayudantes judiciales volvió a ser un éxito en términos de convocatoria. La Dirección de Recursos Humanos del Poder Judicial de Tucumán informó que recibió 13.728 inscripciones: esto significa que hay casi 69 aspirantes para cada uno de los 200 cargos en disputa (el 4% de las ayudantías están reservadas a postulantes con discapacidades, que se somete a un proceso de selección especial). Pese a que estos números asombran -o asustan y preocupan-, disminuyó la cantidad de inscriptos respecto de 2010, cuando debutó el proceso de selección en cuestión: en esa oportunidad se anotaron 19.550 interesados.
Justamente el 6 de abril próximo vence el orden de mérito surgido de aquel primer concurso, que ya ha dado trabajo a casi 320 finalistas. La nómina que resulte del segundo llamado será usada para cubrir las nuevas vacantes que haya a partir de esa fecha (el número de 200 cargos responde a las proyecciones que hizo la Dirección de Recursos Humanos a cargo de la licenciada Teresita Comolli).
140 palabras en 4 minutos
El plazo para perfeccionar la inscripción -por medio de la página oficial de la Justicia (www.justucuman.gov.ar)- venció el 16 de diciembre pasado. La Corte Suprema de Justicia de Tucumán, con los votos de los vocales Antonio Gandur (presidente), René Goane y Antonio Estofán (Claudia Sbdar estaba de licencia y Daniel Posse, de comisión), dispuso que el término para solicitar los turnos de exámenes fenezca el 5 de febrero. La primera prueba será administrada a partir del 13 de este mes (las notificaciones están disponibles en la pestaña correspondiente de la web).
De modo que el final de la feria de enero reactivará el concurso para el acceso al cargo de la categoría más baja de la carrera judicial. El perfil pretendido por la Corte es un ayudante mayor de 18 años y menor de 45; con estudios secundarios completos y domicilio real en San Miguel de Tucumán. Ese aspirante debe haber superado satisfactoriamente las pruebas eliminatorias, que comienzan por el examen de dactilografía (el reglamento prescribe que, si es aplazado en alguna evaluación, el concursante quedará automáticamente eliminado del proceso). La serie de exámenes -con su respectivo puntaje mínimo y máximo- prosigue en este orden: ortografía, conocimientos teóricos y conocimientos de informática. En total, las evaluaciones suman 100 puntos (este es el puntaje perfecto).
Los inscriptos rendirán con un software específico, que calificará las pruebas en forma instantánea. El examen de dactilografía consiste en la escritura correcta de un mínimo de 140 palabras en cuatro minutos. La consigna de la prueba de ortografía es corregir un texto sobre temas de índole jurídica en 20 minutos. El test de conocimientos teóricos es un multiple choice elaborado a partir del cuadernillo de temas judiciales que proporciona la propia Dirección de Recursos Humanos. El examen de computación evalúa la aptitud de los aspirantes para manejar los sistemas informáticos más utilizados.
Luego de completar la seguidilla de pruebas, la Dirección de Recursos Humanos elaborará el orden de mérito, y procederá a llamar a los finalistas en función del lugar que ocupan en la nómina y de las vacantes disponibles. Antes de ser designados, estos deberán someterse a exámenes preocupacionales (médicos y psicológicos) en las dependencias tribunalicias pertinentes. Por último, el concursante recibirá una capacitación cuyo objetivo es facilitar la inserción en la Justicia. Recién entonces se integrará a una unidad u oficina judicial; si es esta es jurisdiccional, el ayudante probablemente será asignado a la atención del mostrador.
Justamente el 6 de abril próximo vence el orden de mérito surgido de aquel primer concurso, que ya ha dado trabajo a casi 320 finalistas. La nómina que resulte del segundo llamado será usada para cubrir las nuevas vacantes que haya a partir de esa fecha (el número de 200 cargos responde a las proyecciones que hizo la Dirección de Recursos Humanos a cargo de la licenciada Teresita Comolli).
140 palabras en 4 minutos
El plazo para perfeccionar la inscripción -por medio de la página oficial de la Justicia (www.justucuman.gov.ar)- venció el 16 de diciembre pasado. La Corte Suprema de Justicia de Tucumán, con los votos de los vocales Antonio Gandur (presidente), René Goane y Antonio Estofán (Claudia Sbdar estaba de licencia y Daniel Posse, de comisión), dispuso que el término para solicitar los turnos de exámenes fenezca el 5 de febrero. La primera prueba será administrada a partir del 13 de este mes (las notificaciones están disponibles en la pestaña correspondiente de la web).
De modo que el final de la feria de enero reactivará el concurso para el acceso al cargo de la categoría más baja de la carrera judicial. El perfil pretendido por la Corte es un ayudante mayor de 18 años y menor de 45; con estudios secundarios completos y domicilio real en San Miguel de Tucumán. Ese aspirante debe haber superado satisfactoriamente las pruebas eliminatorias, que comienzan por el examen de dactilografía (el reglamento prescribe que, si es aplazado en alguna evaluación, el concursante quedará automáticamente eliminado del proceso). La serie de exámenes -con su respectivo puntaje mínimo y máximo- prosigue en este orden: ortografía, conocimientos teóricos y conocimientos de informática. En total, las evaluaciones suman 100 puntos (este es el puntaje perfecto).
Los inscriptos rendirán con un software específico, que calificará las pruebas en forma instantánea. El examen de dactilografía consiste en la escritura correcta de un mínimo de 140 palabras en cuatro minutos. La consigna de la prueba de ortografía es corregir un texto sobre temas de índole jurídica en 20 minutos. El test de conocimientos teóricos es un multiple choice elaborado a partir del cuadernillo de temas judiciales que proporciona la propia Dirección de Recursos Humanos. El examen de computación evalúa la aptitud de los aspirantes para manejar los sistemas informáticos más utilizados.
Luego de completar la seguidilla de pruebas, la Dirección de Recursos Humanos elaborará el orden de mérito, y procederá a llamar a los finalistas en función del lugar que ocupan en la nómina y de las vacantes disponibles. Antes de ser designados, estos deberán someterse a exámenes preocupacionales (médicos y psicológicos) en las dependencias tribunalicias pertinentes. Por último, el concursante recibirá una capacitación cuyo objetivo es facilitar la inserción en la Justicia. Recién entonces se integrará a una unidad u oficina judicial; si es esta es jurisdiccional, el ayudante probablemente será asignado a la atención del mostrador.