02 Febrero 2014
Lo bueno y lo malo de la Perón, en verano
El hormiguero humano en el que se ha transformado la avenida no se tomó vacaciones. El calor no fue una excusa para los amantes del running, principalmente. Es que, si hay tiempo libre, ¿por qué no salir a correr? Postales de la calle acaparada por gente que busca un nuevo estilo de vida. Conectados con la naturaleza.
LA CALLE DE LOS PIES INQUIETOS. Desde la tarde, después de las 18, cuando cae el sol, decenas de yerbabuenenses caminan, trotan, andan en bicicletas o se suben a los rollers.
En verano la temperatura es extrema en el ardiente Tucumán. Pese a ello, los yerbabuenenses no han abandonado la avenida Perón, transformada por ellos, desde hace algún tiempo, en un corredor deportivo. A los 6,5 kilómetros de la autovía, desde el Camino del Perú hasta el derivador de La Olla, se los ve acaparados por gente que camina, que corre, que anda en bicicletas o montada sobre rollers.
Lo que sí se modificó debido al calor es el horario pico de las actividades al aire libre, puesto que se trasladó de la siesta a la tarde, pasadas las 18. En los últimos años, el running, principalmente, se convirtió en una de las actividades físicas favoritas entre quienes buscan un nuevo estilo de vida. Y la Perón, debido a sus anchas platabandas y cercanía con la naturaleza, entre otras razones, es la calle preferida.
Lamentablemente, los atletas no tienen cómo hidratarse porque no se instalaron bebederos, ni en la rotonda de Horco Molle ni en ningún otro punto. En 2013 hubo algunos proyectos que no se concretaron.
Reproducimos en esta página una serie de fotografías que dan cuenta del boom del running y de algunas postales negativas, como los vehículos que circulan arriba de los 80 kilómetros por hora, a metros de los peatones, los pastos crecidos o los bancos rotos e inutilizados.
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