30 Enero 2014
SOLISTAS DE LUJO. Opus Cuatro serán las voces principales en la Misa Criolla, acompañados por cuatro coros con un total de más de 100 cantantes. prensa opus cuatro
Más de 100 voces se unirán esta noche, en la sexta luna de Cosquín, para cantar la Misa Criolla, obra conceptual fundamental del repertorio folclórico argentino y una de las más representadas en todo el mundo.
La oportunidad no es una casualidad: este año se cumple medio siglo de que fue creada por el gran Ariel Ramírez, razón por la cual será objeto del homenaje principal del festival a la creación cumbre en la historia de la música argentina con proyección mundial.
A cargo de los solos estará Opus Cuatro, reconocido grupo integrado por los tenores Alberto Hassan y Andrés Bugallo, el barítono Hernando Irahola y el bajo Federico Galiana, con la participación especial (tanto en canto como en guitarra) de Javier Rodríguez, quien fue solista en los últimos conciertos que ofreció Ramírez (falleció en 2010). En charango participará Rolando Goldman; Marcelo Aranda estará con los teclados y Manuel Ríos, con percusión.
La masa de voces estará integrada por los coros de la Universidad Tecnológica Nacional de Villa María, los Municipales de Cosquín y General Deheza (Córdoba) y la Camerata Criolla de Ayacucho (Buenos Aires).
La creación emblemática de Ramírez fue compuesta y grabada por primera vez en 1964 por Los Fronterizos (lo integraban entonces Eduardo Madeo, Gerardo López, César Isella y Juan Carlos Moreno) como solistas; Jaime Torres en charango; Domingo Cura en percusión; Raúl Barboza en acordeón; Luis Amaya en guitarra, y la Cantoría de la Basílica del Socorro en coros, con la conducción de Jesús Gabriel Segade, junto a una orquesta de instrumentos regionales. Adentrada la década del 70 comenzó a interpretarla Zamba Quipildor, uno de sus cantantes más conocidos.
La obra está dedicada a dos monjas alemanas, Elisabeth y Regina Brückner, quienes ayudaron con alimentos a los prisioneros de un campo de concentración en su país, durante el nazismo. Por este motivo, su estreno en sala se realizó en la ciudad germana de Stuttgart, el 9 de marzo de 1967.
Fue cantada por Josep Carreras, Chabuca Granda, George Dalaras, Plácido Domingo y Mercedes Sosa, entre muchos otros grandes intérpretes. Su enorme difusión la lleva a ser el disco en español (siempre se respetó el idioma original) más vendido del mundo, con tres millones de placas, según estimaciones de expertos españoles. Fue editada en más de 40 países; una de las tantas versiones estuvo a cargo del Dúo Renacimiento, en 2003 (ver “La emoción...”).
Innovación religiosa
La Misa Criolla es hija impensada de las innovaciones religiosas que surgieron del Concilio Vaticano II, luego de que se decidió que los oficios religiosos se realizan en el idioma de cada país y no en latín. Entonces, la Comisión de las Iglesias de América Latina escribió el texto litúrgico en castellano.
Ramírez fue ayudado en los textos por los sacerdotes Osvaldo Catena y Alejandro Mayol, y se inspiró en distintos ritmos musicales argentinos para cada movimiento: así, el Kyrie fue compuesto con el aire de una baguala y vidala; la Gloria es un carnavalito; el Credo, una chacarera trunca; el Sanctus, un carnaval cochabambino; y el Agnus Dei, un estilo pampeano.
La oportunidad no es una casualidad: este año se cumple medio siglo de que fue creada por el gran Ariel Ramírez, razón por la cual será objeto del homenaje principal del festival a la creación cumbre en la historia de la música argentina con proyección mundial.
A cargo de los solos estará Opus Cuatro, reconocido grupo integrado por los tenores Alberto Hassan y Andrés Bugallo, el barítono Hernando Irahola y el bajo Federico Galiana, con la participación especial (tanto en canto como en guitarra) de Javier Rodríguez, quien fue solista en los últimos conciertos que ofreció Ramírez (falleció en 2010). En charango participará Rolando Goldman; Marcelo Aranda estará con los teclados y Manuel Ríos, con percusión.
La masa de voces estará integrada por los coros de la Universidad Tecnológica Nacional de Villa María, los Municipales de Cosquín y General Deheza (Córdoba) y la Camerata Criolla de Ayacucho (Buenos Aires).
La creación emblemática de Ramírez fue compuesta y grabada por primera vez en 1964 por Los Fronterizos (lo integraban entonces Eduardo Madeo, Gerardo López, César Isella y Juan Carlos Moreno) como solistas; Jaime Torres en charango; Domingo Cura en percusión; Raúl Barboza en acordeón; Luis Amaya en guitarra, y la Cantoría de la Basílica del Socorro en coros, con la conducción de Jesús Gabriel Segade, junto a una orquesta de instrumentos regionales. Adentrada la década del 70 comenzó a interpretarla Zamba Quipildor, uno de sus cantantes más conocidos.
La obra está dedicada a dos monjas alemanas, Elisabeth y Regina Brückner, quienes ayudaron con alimentos a los prisioneros de un campo de concentración en su país, durante el nazismo. Por este motivo, su estreno en sala se realizó en la ciudad germana de Stuttgart, el 9 de marzo de 1967.
Fue cantada por Josep Carreras, Chabuca Granda, George Dalaras, Plácido Domingo y Mercedes Sosa, entre muchos otros grandes intérpretes. Su enorme difusión la lleva a ser el disco en español (siempre se respetó el idioma original) más vendido del mundo, con tres millones de placas, según estimaciones de expertos españoles. Fue editada en más de 40 países; una de las tantas versiones estuvo a cargo del Dúo Renacimiento, en 2003 (ver “La emoción...”).
Innovación religiosa
La Misa Criolla es hija impensada de las innovaciones religiosas que surgieron del Concilio Vaticano II, luego de que se decidió que los oficios religiosos se realizan en el idioma de cada país y no en latín. Entonces, la Comisión de las Iglesias de América Latina escribió el texto litúrgico en castellano.
Ramírez fue ayudado en los textos por los sacerdotes Osvaldo Catena y Alejandro Mayol, y se inspiró en distintos ritmos musicales argentinos para cada movimiento: así, el Kyrie fue compuesto con el aire de una baguala y vidala; la Gloria es un carnavalito; el Credo, una chacarera trunca; el Sanctus, un carnaval cochabambino; y el Agnus Dei, un estilo pampeano.
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