28 Enero 2014
Las modificaciones que permiten comprar dólares provocaron incertidumbre en la jornada cambiaria, sin precios de referencia para las divisas ni para algunos bienes de la economía. La medida de flexibilización del cepo generó un shock de confianza en el mercado y les dio certidumbre a las decisiones de los agentes económicos. Se espera que en los próximos días se eliminen las especulaciones injustificadas referidas a precios de los bienes. Esto implicaría un agresivo salto inflacionario. Si bien es necesario definir que esta medida no es suficiente para aclarar todas las expectativas, es importante como señal para que se traduzca en una menor presión de la demanda de dólares.
Sin embargo, el impacto será gradual y aún poco cuantificable en las cotizaciones del dólar oficial, del informal y del turismo, pero debería ubicarse en torno a los $ 8,5 a $10.
Aclaremos que no es atractivo el atesoramiento de dólares en sí mismo. Lo conveniente es que los ahorros estén aplicados a alguna actividad económica. Por lo cual, lo que debe resolverse son los incentivos a la tenencia de divisas. El problema es que no elegimos la moneda local, por la pérdida de poder adquisitivo que representa.
A esto nos referimos con desactivar las razones para dolarizarnos y buscar alternativas en pesos, con bajo riesgo y que representen una menor pérdida en términos reales. No es recomendable consumir todos los ahorros, sino invertirlos en activos que permitan acrecentar el patrimonio y generar rentas.
Lo que el equipo económico del Gobierno debe resolver en el corto plazo es como se traducirá este aumento del tipo de cambio oficial a los precios. Sin un plan integral que comience a resolver temas como el déficit fiscal, los recursos energéticos, la reinserción en el mercado de capitales y las tasas de interés, será difícil que esta medida tenga un impacto significativo y sustentable.
Sin embargo, el impacto será gradual y aún poco cuantificable en las cotizaciones del dólar oficial, del informal y del turismo, pero debería ubicarse en torno a los $ 8,5 a $10.
Aclaremos que no es atractivo el atesoramiento de dólares en sí mismo. Lo conveniente es que los ahorros estén aplicados a alguna actividad económica. Por lo cual, lo que debe resolverse son los incentivos a la tenencia de divisas. El problema es que no elegimos la moneda local, por la pérdida de poder adquisitivo que representa.
A esto nos referimos con desactivar las razones para dolarizarnos y buscar alternativas en pesos, con bajo riesgo y que representen una menor pérdida en términos reales. No es recomendable consumir todos los ahorros, sino invertirlos en activos que permitan acrecentar el patrimonio y generar rentas.
Lo que el equipo económico del Gobierno debe resolver en el corto plazo es como se traducirá este aumento del tipo de cambio oficial a los precios. Sin un plan integral que comience a resolver temas como el déficit fiscal, los recursos energéticos, la reinserción en el mercado de capitales y las tasas de interés, será difícil que esta medida tenga un impacto significativo y sustentable.
NOTICIAS RELACIONADAS