28 Enero 2014
MANEJO YO. Messi y Pedro festejan otra asistencia de “Lio”. Dada la ausencia del “Cerebro” Iniesta, el rosarino retrasó su posición y se ubicó como un 10 clásico, que administra el juego y asiste a los puntas.
BARCELONA. Primero fue extremo, luego falso nueve y ahora juega de “10”: Lionel Messi está inmerso en una nueva reinvención, convertido ahora en un centrocampista que prefiere dar asistencias antes que marcar goles.
Si el miércoles dio tres pases de gol en el partido de Copa en el campo de Levante (4-1), el domingo dio otro más ante el Málaga (3-0), para sorpresa de una hinchada que también disfruta con otra productiva faceta del juego de “La Pulga” mientras busca explicaciones a la inesperada metamorfosis.
“Leo se está acostumbrando a jugar de capitán general, de líder del equipo. Eso quiere decir que no está obsesionado con su cuenta goleadora. Es feliz dando asistencias de gol y creando espacios que benefician directamente a sus compañeros”, explicó el diario “Sport”.
Por su parte, “Mundo Deportivo” recordó que “Leo siempre ha sido uno de los líderes en las asistencias” y añadió: “lo importante es que el Barça tiene las mejores versiones de Leo. Si marca o si asiste. Su papel no varía esencialmente, aunque lo parezca. Messi es clave porque con él se finalizan más jugadas”.
El astro rosarino regresó el 8 de enero, después de dos meses sin jugar, recuperado de una lesión muscular. Y lo hizo como solía antes de parar, firmando un “doblete” en Copa ante el Getafe (4-2) y haciendo otros dos tantos en la vuelta (2-0). Es decir, el Messi de toda la vida, esa insaciable máquina de hacer goles.
Sin embargo, en los tres partidos de la Liga española que jugó desde su recuperación (Atlético de Madrid, Levante y Málaga) no se hizo presente en las redes. Al menos no directamente; sí lo hizo a través de sus asistencias.
Sensaciones
Más allá de las estadísticas están las sensaciones que rodean a al hijo mimado del club “blaugrana”. Y lo cierto es que en estos últimos encuentros se vio a un Messi que ocupó una posición muy diferente a la que nos tiene acostumbrados: abandonó la punta, participó más en la elaboración del juego, permitió que fueran otros los que le pegaran al arco y actuó como todocampista. Fue lo que habitualmente se conoce como un “10” clásico.
Los análisis sobre la nueva posición de Messi permiten múltiples lecturas. Así, hay quienes lo defienden como una nueva variante del técnico, Gerardo Martino, quien sigue buscando alternativas para hacer menos previsible el juego de su equipo.
Otra explicación podría ser que el mejor jugador del mundo busca activarse más rápido después de la lesión entrando más en contacto con el balón, antes que esperar la habilitación del mediocampo para dar su casi infalible puntada final.
Y también están los que piensan que Messi se pone al servicio de un equipo que sufre para generar juego en la medular en ausencia del lesionado Andrés Iniesta y con Xavi Hernández en un irregular momento de forma.
“El futbolista azulgrana no parece interesado ni puede competir hoy con Cristiano Ronaldo, ya ganador en el Balón de Oro y candidato al pichichi (máximo goleador de la Liga española), sino que quiere ser el 10 por excelencia del Barça y de Argentina”, resumió el diario “El País”.
Ahora sólo falta ver si esa tendencia advertida en los últimos partidos se consolida en el futuro inmediato o si se trata de una mera situación provisoria y Messi vuelve pronto a su hábitat natural como “falso nueve”. Es cuestión de tiempo. Con él en la cancha, todo es posible.
Si el miércoles dio tres pases de gol en el partido de Copa en el campo de Levante (4-1), el domingo dio otro más ante el Málaga (3-0), para sorpresa de una hinchada que también disfruta con otra productiva faceta del juego de “La Pulga” mientras busca explicaciones a la inesperada metamorfosis.
“Leo se está acostumbrando a jugar de capitán general, de líder del equipo. Eso quiere decir que no está obsesionado con su cuenta goleadora. Es feliz dando asistencias de gol y creando espacios que benefician directamente a sus compañeros”, explicó el diario “Sport”.
Por su parte, “Mundo Deportivo” recordó que “Leo siempre ha sido uno de los líderes en las asistencias” y añadió: “lo importante es que el Barça tiene las mejores versiones de Leo. Si marca o si asiste. Su papel no varía esencialmente, aunque lo parezca. Messi es clave porque con él se finalizan más jugadas”.
El astro rosarino regresó el 8 de enero, después de dos meses sin jugar, recuperado de una lesión muscular. Y lo hizo como solía antes de parar, firmando un “doblete” en Copa ante el Getafe (4-2) y haciendo otros dos tantos en la vuelta (2-0). Es decir, el Messi de toda la vida, esa insaciable máquina de hacer goles.
Sin embargo, en los tres partidos de la Liga española que jugó desde su recuperación (Atlético de Madrid, Levante y Málaga) no se hizo presente en las redes. Al menos no directamente; sí lo hizo a través de sus asistencias.
Sensaciones
Más allá de las estadísticas están las sensaciones que rodean a al hijo mimado del club “blaugrana”. Y lo cierto es que en estos últimos encuentros se vio a un Messi que ocupó una posición muy diferente a la que nos tiene acostumbrados: abandonó la punta, participó más en la elaboración del juego, permitió que fueran otros los que le pegaran al arco y actuó como todocampista. Fue lo que habitualmente se conoce como un “10” clásico.
Los análisis sobre la nueva posición de Messi permiten múltiples lecturas. Así, hay quienes lo defienden como una nueva variante del técnico, Gerardo Martino, quien sigue buscando alternativas para hacer menos previsible el juego de su equipo.
Otra explicación podría ser que el mejor jugador del mundo busca activarse más rápido después de la lesión entrando más en contacto con el balón, antes que esperar la habilitación del mediocampo para dar su casi infalible puntada final.
Y también están los que piensan que Messi se pone al servicio de un equipo que sufre para generar juego en la medular en ausencia del lesionado Andrés Iniesta y con Xavi Hernández en un irregular momento de forma.
“El futbolista azulgrana no parece interesado ni puede competir hoy con Cristiano Ronaldo, ya ganador en el Balón de Oro y candidato al pichichi (máximo goleador de la Liga española), sino que quiere ser el 10 por excelencia del Barça y de Argentina”, resumió el diario “El País”.
Ahora sólo falta ver si esa tendencia advertida en los últimos partidos se consolida en el futuro inmediato o si se trata de una mera situación provisoria y Messi vuelve pronto a su hábitat natural como “falso nueve”. Es cuestión de tiempo. Con él en la cancha, todo es posible.
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