Claes Oldenburg tenía elevadas aspiraciones con respecto al arte, y lo dijo muy claramente: “Estoy a favor de un arte político-erótico-místico, que hace algo más que sentar su trasero en un museo”, explicó a principios de los 60 en un manifiesto artístico.
En cualquier caso, las esculturas de este estadounidense nacido en Suecia son demasiado grandes para ubicarse dentro de un edificio cerrado. Sus trabajos son originales e ingeniosos, pero también dotados de un profundo sentido; fue el creador de la llamada “escultura blanda”, en la que utilizó materiales no tradicionales.
Hoy, el que junto a Jasper Johns en Estados Unidos, es el último gran representante vivo del pop-art cumple 85 años, informa la agencia DPA.
Tras su paso por la universidad de Yale estudio arte en Chicago, donde a comienzos de los años 50 vendió también sus primeras obras: cinco piezas por 25 dólares.
Después, Oldenburg partió a Nueva York en el momento justo, pues a finales de los 50 la metrópolis demandaba nuevas ideas, nuevos artistas y un arte nuevo. De pronto, se acabó aquello de “¿esto es arte?” siempre y cuando las obras denotaran creatividad y ofrecieran algo diferente. Artistas como Jackson Pollock abrieron el camino y la juventud se preparó para seguirlo. Entre ellos Andy Warhol, que se convirtió en rey de una nueva tendencia llamada pop-art. Roy Lichtenstein, Jasper Johns y Oldenburg eran algunos de aquellos jóvenes.
La principal aspiración del pop-art era que fuera diferente y, en lo posible, ingenioso. Johns pintó sus enormes banderas, Warhol sus botellas de Coca-Cola y Lichtenstein sus cómics. En el caso de Oldenburg, el tamaño importaba, como en su pintalabios de siete metros sobre un tanque.
Un lapicero casi volatilizado realizado para la universidad de El Salvador se convirtió en 1977 en símbolo de la supervivencia de la inteligencia ante la brutal represión política. Y en San Francisco, famosa por su tolerancia en cuestiones homosexuales, una flecha de Cupido de casi 20 metros se clava en el suelo, junto a su arco.
Oldenburg figura en los libros de la historia del arte como el creador de la llamada “escultura blanda”.