22 Enero 2014
Se desató el escándalo. Asociaciones de gays y lesbianas, por un lado, y políticos por el otro, acusaron al obispo emérito de Pamplona Fernando Sebastián Aguilar (a quien, según lo previsto el Papa convertirá en cardenal el 22 de febrero) de “incitar a la homofobia”. El prelado había declarado a medios españoles que la homosexualidad es una “deficiencia” que se puede “normalizar”.
Según informó la agencia Télam, Gonzalo Serrano, presidente de la federación Arco Iris, que aglutina a varias asociaciones de gays y lesbianas de Andalucía, emitió un comunicado en el que afirma que las palabras del futuro cardenal suponen un ataque a la dignidad de las personas homosexuales e incitan a la homofobia, por lo que pidió al papa Francisco que lo “llame al orden”.
Asimismo, la asociación de padres y madres con hijos homosexuales, Familias por la Diversidad, envió una carta al prelado en la que le pide que se rectifique rectificación y explica que la homosexualidad no es una enfermedad, y que la American Psychological Association (APA), que aglutina a 150.000 psicólogos de Estados Unidos, rechaza que se someta a homosexuales a tratamientos de conversión, ya que “no solamente no funcionan, sino que además pueden llevar a la depresión y al suicidio”. También la Confederación de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales Española (Colegas) repudió las palabras del obispo Aguilar.
Por su parte, la secretaria de Igualdad del Partido Socialista (PSOE), Purificación Causapié, acusó a Aguilar de “fomentar la discriminación y la homofobia” y sostuvo que decir que la homosexualidad es una deficiencia es “no reconocer un principio fundamentalmente democrático como es la libertad de las personas para ejercer su sexualidad”.
Según informó la agencia Télam, Gonzalo Serrano, presidente de la federación Arco Iris, que aglutina a varias asociaciones de gays y lesbianas de Andalucía, emitió un comunicado en el que afirma que las palabras del futuro cardenal suponen un ataque a la dignidad de las personas homosexuales e incitan a la homofobia, por lo que pidió al papa Francisco que lo “llame al orden”.
Asimismo, la asociación de padres y madres con hijos homosexuales, Familias por la Diversidad, envió una carta al prelado en la que le pide que se rectifique rectificación y explica que la homosexualidad no es una enfermedad, y que la American Psychological Association (APA), que aglutina a 150.000 psicólogos de Estados Unidos, rechaza que se someta a homosexuales a tratamientos de conversión, ya que “no solamente no funcionan, sino que además pueden llevar a la depresión y al suicidio”. También la Confederación de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales Española (Colegas) repudió las palabras del obispo Aguilar.
Por su parte, la secretaria de Igualdad del Partido Socialista (PSOE), Purificación Causapié, acusó a Aguilar de “fomentar la discriminación y la homofobia” y sostuvo que decir que la homosexualidad es una deficiencia es “no reconocer un principio fundamentalmente democrático como es la libertad de las personas para ejercer su sexualidad”.
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