Por Nicolás Iriarte
20 Enero 2014
En una época donde, para algunos jugadores, las intersecciones de 25 de mayo y Chile y Bolívar y Pellegrini parecen mucho más cercanas en el mapa de lo que realmente están, los hinchas se expresan desde la tribuna.
Ayer, nadie vio a Fabricio Lenci en la cancha y es lógico: pasará de Atlético a San Martín y los fanáticos no iban a tener piedad con él. ¿Por qué iban a tenerla entonces con los ex “decanos” Juan Amador Sánchez, Martín Seri y César More? Todos actualmente en el “santo” y reprobados por los locales.
Ahora bien, ¿alguien entiende los silbidos a Gustavo Ibáñez? El “Ratón” admitió en 2012 su deseo de jugar en Atlético. ¿No sería más pícaro de su parte aplaudirlo? En el ámbito de las chicanas, ¿no sería letal aclamar el nombre de alguien que quiso cambiar de vereda? ¿No sería mucho más sano alguna vez cambiar el insulto raso por una fina ironía?
Ayer, nadie vio a Fabricio Lenci en la cancha y es lógico: pasará de Atlético a San Martín y los fanáticos no iban a tener piedad con él. ¿Por qué iban a tenerla entonces con los ex “decanos” Juan Amador Sánchez, Martín Seri y César More? Todos actualmente en el “santo” y reprobados por los locales.
Ahora bien, ¿alguien entiende los silbidos a Gustavo Ibáñez? El “Ratón” admitió en 2012 su deseo de jugar en Atlético. ¿No sería más pícaro de su parte aplaudirlo? En el ámbito de las chicanas, ¿no sería letal aclamar el nombre de alguien que quiso cambiar de vereda? ¿No sería mucho más sano alguna vez cambiar el insulto raso por una fina ironía?
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