Por Miguel Eduardo Décima
20 Enero 2014
Fueron dos partidos en uno, el que se jugó ayer en el Monumental. Hasta los 78 minutos, San Martín estaba cumpliendo correctamente su rol. Incluso en la primera parte contó con algunas situaciones propicias como para irse al descanso en ventaja. No lo hizo y lo terminó pagando caro ante un adversario que fue más contundente. Allí estuvo la clave del resultado final. Para el análisis queda la buena tarea que el equipo mostró hasta el golazo de Romat. Pero como viene ocurriendo en la competencia oficial, el juego de San Martín es Becica dependiente y ayer volvió a ocurrir lo mismo.
San Martín no cuenta en su plantel con un hombre que pueda reemplazar al cordobés, cuando este, como ocurrió en la tórrida noche tucumana, siente el esfuerzo del partido. Su salida profundizó el declive futbolístico de un equipo que ya no volvió a ser el mismo hasta el final.
San Martín no cuenta en su plantel con un hombre que pueda reemplazar al cordobés, cuando este, como ocurrió en la tórrida noche tucumana, siente el esfuerzo del partido. Su salida profundizó el declive futbolístico de un equipo que ya no volvió a ser el mismo hasta el final.
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