19 Enero 2014
SE REPETIRÁ. Los planteles de Atlético y San Martín se saludan antes de la Copa LA GACETA 2012, en el Monumental.
Últimamente, tener a los dos equipos más grandes de Tucumán en una misma categoría ha sido tan difícil como tener a ambas hinchadas en una misma cancha. Por eso y por los réditos económicos que brinda un clásico, Atlético y San Martín se acostumbraron a jugar amistosos en invierno y verano, los únicos momentos del año en el que descansan de sus respectivos torneos. Hoy, a las 20 y en el Monumental, se escribirá un nuevo capítulo de lo que ya es casi una tradición y donde nuevamente, el premio para el mejor será la copa LA GACETA.
Uno de los primeros antecedentes de este tipo de partidos fue la Copa Alem en la década del ‘10, un torneo amistoso que reunía a “santos” y “decanos”. La diferencia era que en ese entonces no se disputaban partidos de ida y vuelta, sino a partido único, según cuenta el estadista Silvio Nava.
A fines de los ‘70, la Copa King juntaba a los tucumanos, Gimnasia de Jujuy y un equipo salteño que variaba según la ocasión. En parte de los ‘80 y los ‘90, los amistosos no eran necesarios: la B Nacional los vio enfrentarse varias veces, algo que a partir de 2000 fue mucho más complicado enfrentarse oficialmente. Desde allí a la actualidad, se jugaron nueve amistosos en el marco de estas Copas, excusas para ver el acontecimiento deportivo futbolístico más tradicional en nuestra provincia.
En 2003 comenzó esta fiebre de clásicos y con Atlético en el Argentino A y San Martín en el B, se jugó la Copa Ciudad Histórica de Tucumán, un triangular que incluía a Estudiantes de La Plata. El “pincha” vio como Atlético ganó (partido único) y lo esperó en la final.
En invierno de 2007 se jugó la primera Copa con partidos ida y vuelta, con el “santo” en B Nacional y el “decano” en el Argentino A. A partir de ese entonces, se dieron algunas particularidades: todos las Copas fueron con esa modalidad y siempre se definieron en cancha de Atlético, una racha que en este caso se romperá.
Además, desde 2003, no hay triunfos visitantes, algo que tranquiliza a los de Diego Erroz, pero puede motivar a los de Juan Amador Sánchez. En total, Atlético ganó cuatro partidos, San Martín dos y empataron los tres restantes.
La tradición tiene dos partidos más por delante y promete seguir por mucho tiempo. Los hinchas necesitan encontrarse con su clásico rival y los dirigentes, también.
Uno de los primeros antecedentes de este tipo de partidos fue la Copa Alem en la década del ‘10, un torneo amistoso que reunía a “santos” y “decanos”. La diferencia era que en ese entonces no se disputaban partidos de ida y vuelta, sino a partido único, según cuenta el estadista Silvio Nava.
A fines de los ‘70, la Copa King juntaba a los tucumanos, Gimnasia de Jujuy y un equipo salteño que variaba según la ocasión. En parte de los ‘80 y los ‘90, los amistosos no eran necesarios: la B Nacional los vio enfrentarse varias veces, algo que a partir de 2000 fue mucho más complicado enfrentarse oficialmente. Desde allí a la actualidad, se jugaron nueve amistosos en el marco de estas Copas, excusas para ver el acontecimiento deportivo futbolístico más tradicional en nuestra provincia.
En 2003 comenzó esta fiebre de clásicos y con Atlético en el Argentino A y San Martín en el B, se jugó la Copa Ciudad Histórica de Tucumán, un triangular que incluía a Estudiantes de La Plata. El “pincha” vio como Atlético ganó (partido único) y lo esperó en la final.
En invierno de 2007 se jugó la primera Copa con partidos ida y vuelta, con el “santo” en B Nacional y el “decano” en el Argentino A. A partir de ese entonces, se dieron algunas particularidades: todos las Copas fueron con esa modalidad y siempre se definieron en cancha de Atlético, una racha que en este caso se romperá.
Además, desde 2003, no hay triunfos visitantes, algo que tranquiliza a los de Diego Erroz, pero puede motivar a los de Juan Amador Sánchez. En total, Atlético ganó cuatro partidos, San Martín dos y empataron los tres restantes.
La tradición tiene dos partidos más por delante y promete seguir por mucho tiempo. Los hinchas necesitan encontrarse con su clásico rival y los dirigentes, también.