18 Enero 2014
COMO EL PRIMER DÍA. Spinetta y Horvilleur se reencontraron hace tres años, luego de una década separados, y volvieron con los éxitos en común. negrowhite.net
Dante Spinetta tiene dulces recuerdos de Tucumán; no sólo de su infancia, cuando disfrutaba de alfeñiques de miel de caña, sino de cada uno de los shows que dio en la provincia, sea en su etapa como solista o como dúo con Emmanuel Horvilleur, con el que ahora da una segunda vida a Illya Kuryaki and the Valderramas (IKV).
Para esta noche, cuando vuelva a pisar un escenario local luego de casi cuatro años de ausencia personal (y muchos más como dúo), promete mezclar el pasado con el presente, los temas que ya son clásicos con el nuevo disco “Chances”, la nostalgia con el futuro. “Desde que volvimos estamos disfrutando de una etapa increíble, y ahora estamos en un momento muy feliz de tocar y de lo que se genera alrededor. Queremos darle a la gente el show que se merece, repasando todos los temas de nuestra historia”, le anuncia a LA GACETA.
- ¿Hay cambios artísticos en la propuesta de IKV?
- Nosotros tenemos total libertad artística, que es la única manera que tenemos para funcionar. Entendemos que hoy es más importante hacer un disco que te eleve que uno de protesta; es tiempo de celebración, de estar bien y de seguir adelante, con amor y espiritualidad. No quiero escribir lo mismo que aparece en el diario o en la tele: IKV te lleva a un viaje a donde cada uno quiera, para un descanso de esta realidad agobiante, de este calvario social que estamos viviendo.
- ¿Cómo se definen en este momento de sus vidas?
- Somos dos pastores chamánicos del funk (ríe), que nos evangelizamos con nuestra propia música, la hacemos para sentirnos bien y para que nos deje una sensación de fortaleza para no tener miedo de enfrentar los problemas o volarlos por arriba. La música tiene el poder místico de curación y de acompañarte en momentos difíciles.
- ¿Qué implica dar un recital?
- Es una comunión superespecial con la gente, y en Tucumán tuvimos una onda muy buena. Esperamos que la gente venga a divertirse, a pasarla bien y a exultarse. IKV es una banda que se caracteriza por la libertad de que cada uno es como es y que podemos convivir todos juntos, como conviven los estilos dentro de nosotros. Vamos a hacer algo fuerte, emotivo y para bailar, pero la lista de temas se mueve dependiendo de cómo está la gente y la onda que transmita.
- Si todo depende de lo que la gente quiere, ¿se puede esperar un show de cinco horas?
- Para cinco horas tendríamos que empezar a hacer covers, no tenemos tanto (ríe). Pero vamos listos a tener una gran experiencia. En Tafí del Valle debe haber un montón de gente que nos espera desde hace tiempo, y queremos darles una fiesta zarpada.
- ¿Qué esperan de este año?
- Arranca con muchas cosas. Estamos nominados a los Grammy americanos que se darán el 26 en Los Ángeles. Vamos a girar bastante, incluso por América Latina; tenemos dos videos por salir, de “Helicópteros” y de “Amor”, y estamos empezando a mezclar el DVD y el Blu-ray del recital en vivo en el Luna Park. Pero no sabemos qué va a pasar después del disco en vivo; seguramente sacaremos discos solistas también y seguiremos con todo, no cortar nada. Lo que está pasando es muy loco y en dos meses quizás cambia todo el plan. Estamos tranquilos y tocando nuestra onda musical.
- Ya lograron un gran triunfo en los Grammy de 2013.
- Sí, tuvimos cinco nominaciones y ganamos en canción urbana, una terna de las más importantes y frente gente más popular, como Pitbull y Daddy Yankee. Eso te demuestra que se pueden lograr cosas trabajando con conceptos más alternativos a los de la industria, que hay lugar para una forma de pensar más libre. Con “Ula ula”, las radios de música urbana nos pedían algo más reggaeton, y las de rock nos decían que era muy urbano, no entraba en ningún segmento. Pero por presión popular y por el apoyo de Oprah Winfrey, que empezó a hablar de la canción (ver “Un apoyo...”), empezó a tomar más vuelo y terminamos ganando. Estamos nominados en mejor álbum latino en rock, alternativo o urbano.
- Ese estar a mitad de camino, ¿les permite llegar a más público?
- No estamos a mitad de camino de nada, tenemos un nuevo lugar. Fluimos con la idea de poder generar mundos visibles y mantener excitada nuestra mente con todos los viajes que propone la música. Uno no tiene por qué estar estancado en un estilo si no tiene la necesidad.
- ¿La calidad alcanzada en “Chances” les pone una presión especial?
- A futuro vamos a mantener el nivel adquirido, porque todos nuestros años de música nos permitieron hacer un disco de mayor calidad que nunca. Para “Chances” trabajamos 30 y pico de canciones, con lo que nos sobró ya tenemos otro. Si hiciésemos un disco nuevo de IKV, en algún momento, seguiríamos en el mismo grupo de trabajo; los músicos que nos rodean son letales, de primera, son Fórmula Uno. A la hora de meterse en un estudio, si tenemos buenas ideas y buen espíritu, siempre se llega a un lugar interesante.
- ¿Estados Unidos es el techo?
- Nos fue muy bien con “Ula ula”, sonaba en la publicidad de unas tiendas que se llaman Target y el reconocimiento que logramos fue muy grosso. Nos pasaron cosas increíbles como grabar con Earth, Wind & Fire para su último disco y haber tocado invitados por Steve Wonder, que demostró una humildad y una grandeza tremenda, que te marca para siempre. Los escuchamos desde que nacimos, crecimos con su música. Son sueños hechos realidad, y puede pasar cualquier cosa. De hecho, hace pocos días, Emmanuel estuvo con Sergio Denis, lo cual ya es bastante psicodélico (ríe).
- “Helicópteros” fue la carta de regreso de la banda...
- La canción salió bastante rápida, estábamos grabando otro tema y Emmanuel agarró el bajo y la primera toma que hizo fue la que quedó. Ahí decidimos anunciar que volvía la banda; un poco estaba la duda de si podíamos volver a combinar nuestros mundos luego de tantos años separados y con carreras tan distintas. Pero comenzaron a aparecer cosas buenísimas, que a los dos nos gustaban; dejamos de lado el ego solista, y pusimos la energía en generar un trabajo grupal. Es el disco más Kuryaki de todos los que hicimos porque todas las letras son de los dos, que es lo que nos termina representando.
- ¿Siempre hay conexión al componer canciones de a dos?
- Cada dos o tres días, nos cagamos a trompadas y vamos al hospital una semana (ríe). Tenemos nuestros roces, hay discusiones y no estamos de acuerdo en todo, pero en todo proceso creativo que lleva esfuerzo y determinación hay cosas que consensuar. Nuestro productor, Rafa Arcaute, logra alejarnos de la pelea.
- ¿Cómo ves los cambios en la industria, con la descarga gratis de temas por internet?
- Hay que acostumbrarse a los cambios. Nosotros vivimos todo el proceso, nuestros dos primeros discos salieron en casette y en vinilo. No hay que bajarse tanto de eso, la música sigue siendo música, y a la hora de hacer un disco seguimos trabajando en la vieja escuela, con un proyecto conceptual y no como un grupo de singles, con temas que no tengan nada que ver con el otro. Cada uno de nuestras canciones está ahí por algo, es un capítulo de un libro. IKV no lanza nada por internet, pero sí lo hice en mi etapa solista con “Pyrámide”. Está bueno compartir cuando tenés ganas, pero depende de cada banda y cada momento.
ACTÚA HOY
• A las 23, en el club Entre Ríos de Tafí del Valle (no se suspende por lluvia).
Para esta noche, cuando vuelva a pisar un escenario local luego de casi cuatro años de ausencia personal (y muchos más como dúo), promete mezclar el pasado con el presente, los temas que ya son clásicos con el nuevo disco “Chances”, la nostalgia con el futuro. “Desde que volvimos estamos disfrutando de una etapa increíble, y ahora estamos en un momento muy feliz de tocar y de lo que se genera alrededor. Queremos darle a la gente el show que se merece, repasando todos los temas de nuestra historia”, le anuncia a LA GACETA.
- ¿Hay cambios artísticos en la propuesta de IKV?
- Nosotros tenemos total libertad artística, que es la única manera que tenemos para funcionar. Entendemos que hoy es más importante hacer un disco que te eleve que uno de protesta; es tiempo de celebración, de estar bien y de seguir adelante, con amor y espiritualidad. No quiero escribir lo mismo que aparece en el diario o en la tele: IKV te lleva a un viaje a donde cada uno quiera, para un descanso de esta realidad agobiante, de este calvario social que estamos viviendo.
- ¿Cómo se definen en este momento de sus vidas?
- Somos dos pastores chamánicos del funk (ríe), que nos evangelizamos con nuestra propia música, la hacemos para sentirnos bien y para que nos deje una sensación de fortaleza para no tener miedo de enfrentar los problemas o volarlos por arriba. La música tiene el poder místico de curación y de acompañarte en momentos difíciles.
- ¿Qué implica dar un recital?
- Es una comunión superespecial con la gente, y en Tucumán tuvimos una onda muy buena. Esperamos que la gente venga a divertirse, a pasarla bien y a exultarse. IKV es una banda que se caracteriza por la libertad de que cada uno es como es y que podemos convivir todos juntos, como conviven los estilos dentro de nosotros. Vamos a hacer algo fuerte, emotivo y para bailar, pero la lista de temas se mueve dependiendo de cómo está la gente y la onda que transmita.
- Si todo depende de lo que la gente quiere, ¿se puede esperar un show de cinco horas?
- Para cinco horas tendríamos que empezar a hacer covers, no tenemos tanto (ríe). Pero vamos listos a tener una gran experiencia. En Tafí del Valle debe haber un montón de gente que nos espera desde hace tiempo, y queremos darles una fiesta zarpada.
- ¿Qué esperan de este año?
- Arranca con muchas cosas. Estamos nominados a los Grammy americanos que se darán el 26 en Los Ángeles. Vamos a girar bastante, incluso por América Latina; tenemos dos videos por salir, de “Helicópteros” y de “Amor”, y estamos empezando a mezclar el DVD y el Blu-ray del recital en vivo en el Luna Park. Pero no sabemos qué va a pasar después del disco en vivo; seguramente sacaremos discos solistas también y seguiremos con todo, no cortar nada. Lo que está pasando es muy loco y en dos meses quizás cambia todo el plan. Estamos tranquilos y tocando nuestra onda musical.
- Ya lograron un gran triunfo en los Grammy de 2013.
- Sí, tuvimos cinco nominaciones y ganamos en canción urbana, una terna de las más importantes y frente gente más popular, como Pitbull y Daddy Yankee. Eso te demuestra que se pueden lograr cosas trabajando con conceptos más alternativos a los de la industria, que hay lugar para una forma de pensar más libre. Con “Ula ula”, las radios de música urbana nos pedían algo más reggaeton, y las de rock nos decían que era muy urbano, no entraba en ningún segmento. Pero por presión popular y por el apoyo de Oprah Winfrey, que empezó a hablar de la canción (ver “Un apoyo...”), empezó a tomar más vuelo y terminamos ganando. Estamos nominados en mejor álbum latino en rock, alternativo o urbano.
- Ese estar a mitad de camino, ¿les permite llegar a más público?
- No estamos a mitad de camino de nada, tenemos un nuevo lugar. Fluimos con la idea de poder generar mundos visibles y mantener excitada nuestra mente con todos los viajes que propone la música. Uno no tiene por qué estar estancado en un estilo si no tiene la necesidad.
- ¿La calidad alcanzada en “Chances” les pone una presión especial?
- A futuro vamos a mantener el nivel adquirido, porque todos nuestros años de música nos permitieron hacer un disco de mayor calidad que nunca. Para “Chances” trabajamos 30 y pico de canciones, con lo que nos sobró ya tenemos otro. Si hiciésemos un disco nuevo de IKV, en algún momento, seguiríamos en el mismo grupo de trabajo; los músicos que nos rodean son letales, de primera, son Fórmula Uno. A la hora de meterse en un estudio, si tenemos buenas ideas y buen espíritu, siempre se llega a un lugar interesante.
- ¿Estados Unidos es el techo?
- Nos fue muy bien con “Ula ula”, sonaba en la publicidad de unas tiendas que se llaman Target y el reconocimiento que logramos fue muy grosso. Nos pasaron cosas increíbles como grabar con Earth, Wind & Fire para su último disco y haber tocado invitados por Steve Wonder, que demostró una humildad y una grandeza tremenda, que te marca para siempre. Los escuchamos desde que nacimos, crecimos con su música. Son sueños hechos realidad, y puede pasar cualquier cosa. De hecho, hace pocos días, Emmanuel estuvo con Sergio Denis, lo cual ya es bastante psicodélico (ríe).
- “Helicópteros” fue la carta de regreso de la banda...
- La canción salió bastante rápida, estábamos grabando otro tema y Emmanuel agarró el bajo y la primera toma que hizo fue la que quedó. Ahí decidimos anunciar que volvía la banda; un poco estaba la duda de si podíamos volver a combinar nuestros mundos luego de tantos años separados y con carreras tan distintas. Pero comenzaron a aparecer cosas buenísimas, que a los dos nos gustaban; dejamos de lado el ego solista, y pusimos la energía en generar un trabajo grupal. Es el disco más Kuryaki de todos los que hicimos porque todas las letras son de los dos, que es lo que nos termina representando.
- ¿Siempre hay conexión al componer canciones de a dos?
- Cada dos o tres días, nos cagamos a trompadas y vamos al hospital una semana (ríe). Tenemos nuestros roces, hay discusiones y no estamos de acuerdo en todo, pero en todo proceso creativo que lleva esfuerzo y determinación hay cosas que consensuar. Nuestro productor, Rafa Arcaute, logra alejarnos de la pelea.
- ¿Cómo ves los cambios en la industria, con la descarga gratis de temas por internet?
- Hay que acostumbrarse a los cambios. Nosotros vivimos todo el proceso, nuestros dos primeros discos salieron en casette y en vinilo. No hay que bajarse tanto de eso, la música sigue siendo música, y a la hora de hacer un disco seguimos trabajando en la vieja escuela, con un proyecto conceptual y no como un grupo de singles, con temas que no tengan nada que ver con el otro. Cada uno de nuestras canciones está ahí por algo, es un capítulo de un libro. IKV no lanza nada por internet, pero sí lo hice en mi etapa solista con “Pyrámide”. Está bueno compartir cuando tenés ganas, pero depende de cada banda y cada momento.
ACTÚA HOY
• A las 23, en el club Entre Ríos de Tafí del Valle (no se suspende por lluvia).
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