Una veintena de heridos, 18 personas aprehendidas, veredas rotas y basura esparcida en la vía pública fueron el saldo que dejó un violento enfrentamiento entre vendedores ambulantes y la Policía. Los incidentes se produjeron ayer al mediodía, en la esquina de peatonal Mendoza y Maipú, en el marco de un conflicto que no muestra una solución a la vista y que alcanzó con estos episodios su pico de mayor tensión. La situación podría repetirse hoy, debido a que desde el Gobierno confirmaron que seguirá firme el operativo para evitar que instalen sus puestos informales.
Ayer, a las 8, los trabajadores agrupados en el Sindicato de Vendedores Ambulantes hicieron su aparición en el corazón comercial de la ciudad (algunos llevaron a sus hijos) desafiando el operativo y con la intención de ocupar las veredas y peatonales. La presencia de los uniformados y municipales, que los superaban en número, en principio disuadió a los puesteros, que optaron por realizar una ruidosa protesta, con bombos, redoblantes y bombas de estruendo, cortando el tránsito en Maipú y Mendoza, para lo cual utilizaron dos contenedores de basura.
A las 11 otro grupo se trasladó hasta la esquina de San Martín y Maipú, donde se inició otro piquete similar. Los automovilistas descargaron su bronca con ensordecedores bocinazos e intercambiaron insultos con los manifestantes. Los cuentapropistas, que a esa hora ya habían logrado instalar unos cuantos puestos en la peatonal Mendoza, gritaban: “queremos trabajar y no saquear”. El microcentro era una tensa caldera a punto de entrar en ebullición.
Los incidentes
Lo que parecía inevitable sucedió a las 11.45: la Infantería comenzó a avanzar por Mendoza hacia la esquina de Maipú, llevándose por delante las mesas y mantas de los ambulantes, y chocó contra la columna de manifestantes.
Primero fueron insultos y empujones, hasta que comenzaron los bastonazos, gases lacrimógenos y empellones con caballos por parte de los uniformados. Los ambulantes respondieron la represión policial arrojando palos, botellas de vidrio y trozos de baldosas de las veredas de la zona. Fue una violenta batalla campal, que duró varios minutos, con objetos contundentes de todo tipo volando por el aire, corridas y llantos de mujeres y niños. La Policía no dudó en avanzar hacia el interior de los comercios en los que los vendedores informales buscaron refugio, incluido el Mercado del Norte y las galerías.
Los ánimos se calmaron recién cerca de las 13, cuando los puesteros resolvieron abandonar la protesta para dirigirse a la Casa de Gobierno y gestionar la liberación de los trabajadores detenidos, lo cual, al cierre de esta edición, estaba a punto de concretarse. Por la tarde el microcentro recuperó la calma.
Las etapas de una jornada de furia
Fuerte operativo.- Tal como había sucedido el viernes, decenas de policías provinciales, conjuntamente con inspectores municipales, montaron ayer desde temprano un fuerte dispositivo cerrojo para impedir que los vendedores informales ocupen la vía pública. Estuvieron afectados 100 efectivos de la Infantería, de Caballería, de la sección Perros y de la Patrulla Urbana, así como también 30 agentes de la Dirección de Tránsito municipal. Así lo detalló a LA GACETA el comisario Luis Medina, jefe de la Unidad Regional Capital, quien estuvo al frente del plan de seguridad.
El reclamo.- Claudio Robledo, referente del Sivara, encabezó la manifestación de los ambulantes y reiteró los reclamos del sector. “En noviembre del año pasado ya le habíamos rechazado la propuesta del Gobierno de ir al Predio Ferial, tampoco queremos ser rehenes por un plan social, ni que nos alquilen un local para que venga la FET (Federación Económica de Tucumán) e instale sus mesas en la peatonal para armar un shopping a cielo abierto. Queremos una ley provincial, que nos permita vender en la calle, con mercadería en mano, pagando impuestos y el monotributo”, manifestó el dirigente, quien terminó con un fuerte golpe en la clavícula.
“El busca no se va”.- A las 10.30 se produjo el primer encontronazo entre los informales y la Policía, cuando un grupo de Infantería intentó avanzar sobre los pocos puestos que se habían instalado sobre Mendoza al 600. Al grito de: “el busca no se va”, sin llegar a la agresión física, los ambulantes resistieron y frenaron el desalojo.
Protagonistas sin quererlo.- En medio de los enfrentamientos, una mujer sufrió una descompensación y debió ser trasladada en ambulancia. Por su parte, el dueño de una joyería que está ubicada en el interior de una galería, que tiene entrada por Maipú y salida por la peatonal Mendoza, sufrió destrozos en su local y terminó con una herida cortante en el rostro, luego de que ambulantes y policías entraran para intercambiar golpes.
Una veintena de heridos.- El abogado Andrés Villafañe, quien representa a los vendedores ambulantes, informó que como consecuencia de los incidentes de ayer, al menos una veintena de ambulantes resultaron heridos. “Es difícil tener un número preciso, porque muchas de estas personas no fueron hospitalizadas ni recibieron atención en hospitales, pero hubo más de 20 trabajadores con heridas y golpes de distinto tipo”, explicó el abogado a LA GACETA.
Municipal agredido.- En un confuso episodio y en medio del enfrentamiento entre los ambulantes y la policía, Abel Reyes, quien es inspector de la Dirección de Tránsito y la Vía Pública municipal, resultó con una herida de arma blanca en el rostro, por lo que debió ser atendido en un sanatorio privado. Según informó el secretario de Gobierno municipal, Germán Alfaro, Reyes sufrió la agresión mientras se encontraba en un baño del Mercado del Norte, a donde habrían ingresado los puesteros perseguidos por la Policía.
Campo de batalla.- Tras los violentos incidentes protagonizados por policías y vendedores ambulantes, la zona de peatonal Mendoza y Maipú, en el corazón comercial de la ciudad capital, mostraba las huellas propias de un campo de batalla. Piedras, palos, vidrios rotos, trozos de baldosas, adoquines y restos de frutas y verduras, entre otros objetos contundentes que volaron por el cielo en el fragor de la trifulca, tapizaron el pavimento. A la siesta, la Municipalidad realizó la limpieza de ese sector, que habitualmente se convierte en el epicentro de las protestas de los vendedores informales.