13 Enero 2014
PUEDE SER CLAVE. El volante es hábil, desequilibrante y tiene mucho gol. Puede ser importante en la última etapa del torneo.
“Volver a empezar, que aún no termina el juego; volver a empezar que no se apague el fuego. Queda mucho por andar y mañana será un día nuevo”. El estribillo de aquella canción que Alejandro Lerner hizo conocida en los ‘90, calza perfecto en la vida de Matías Rinaudo, el hombre que en este 2014 volvió a vivir.
Los buenos antecedentes que “Mati” lucía en su currículum, fueron el gancho para poder llegar a San Martín. Volante polifuncional, hábil, buena pegada y gol; mucho gol. Fue la nota que atrajo a los dirigentes “santos”, que no dudaron y fueron a buscarlo. Pero el cordobés no vio mucha acción en los primeros meses de su estadía en Tucumán. Para colmo de males, en el único partido que arrancó como titular en el Argentino A, sufrió una dura lesión que lo dejó fuera de carrera en 2013.
“Lo peor ya pasó”, dice el volante en charla telefónica con LG Deportiva. Y no es para menos. Rinaudo arrancó la pretemporada en quinta. La eterna espera, a causa de la fractura del quinto metatarsiano de la pierna izquierda, le subió la ansiedad hasta el cielo,. Por eso no se queja de una etapa dura y pesada. “Quiero ponerme bien físicamente y aportar lo mío. Mi meta es demostrar porqué estoy en San Martín”, afirma y va más allá. “Gracias a Dios nunca me costaron las pretemporadas. Tengo un físico privilegiado y me adapto rápidamente. Aunque siempre se siente un poco de dolor”, admite.
Matías es un nuevo alumno para Juan Amador Sánchez. Suena a tercer refuerzo, con todo lo que ello implica. “Puede ser. Casi no jugué y, por lo que veo, entre los hinchas también hay algo de incertidumbre. Quiero tener minutos y poder aportar a la causa”, reza y da indicios de que puede ser importante en el camino hacia el ascenso. Para llegar al cielo hace falta juego, y Rinaudo puede aportar lo suyo. “Soy un volante ofensivo que siempre intenta asistir a los delanteros. Quizás por esa característica, tengo muchos goles en mi carrera. Soy de llegar mucho al fondo y sobre todo, hacer diagonales para entrar por sorpresa; aunque tengo bien en claro que no debo descuidar mis espaldas”.
Ganarse un lugar es casi una necesidad para sentirse vivo. Estuvo mucho tiempo a las sombras, por eso quiere saltar a escena cuanto antes. “Ese es mi objetivo personal, pero soy un convencido de que por encima de cualquier cosa, está la meta grupal”, dice asegurando que la armonía que reina en Cebil Redondo por estos días es un buen augurio. “Estamos muy bien”, afirma y revela detalles. “Creo que las vacaciones nos vinieron al pelo. Tenemos el mensaje del entrenador bien claro y crecemos día a día. Estamos para grandes cosas”, jura.
Los duelos contra Atlético (en los que estará en juego la Copa LA GACETA) son amistosos, aunque un clásico nunca sea tal. Rinaudo pide la palabra y baja un cambio a pesar de que su alma solo le pida acción. “No hablamos mucho de los clásicos pero internamente, creo que todos sabemos lo que genera este tipo de partidos. Cuando salís a la cancha no importa nada más. Vamos a tratar de ganarlos para la alegría de todos. Además, puede ser un envión anímico enorme para comenzar al torneo con todo”, remata el ex Libertad y asegura que esos duelos pueden servir para dar el salto de calidad necesario para ir en búsqueda del gran objetivo. “Serán dos pruebas de fuego”, asiente.
Rinaudo, cual reo que cumple condena, tacha los días en el almanaque. Quiere saltar al campo cuanto antes y adquirir el rodaje necesario hasta transformarse en una pieza clave. Y claro, para eso saca a la luz otro atributo para nada despreciable. “Jugué en todas las posiciones del medio y puedo adaptarme sin problemas a lo que me pida el entrenador. Quiero jugar, ser importante para el equipo y aportar a la causa”, firma. ¿Y el ascenso? “Olvidate, con eso soñamos todos en el plantel. Es lo único que nos importa”.
Los buenos antecedentes que “Mati” lucía en su currículum, fueron el gancho para poder llegar a San Martín. Volante polifuncional, hábil, buena pegada y gol; mucho gol. Fue la nota que atrajo a los dirigentes “santos”, que no dudaron y fueron a buscarlo. Pero el cordobés no vio mucha acción en los primeros meses de su estadía en Tucumán. Para colmo de males, en el único partido que arrancó como titular en el Argentino A, sufrió una dura lesión que lo dejó fuera de carrera en 2013.
“Lo peor ya pasó”, dice el volante en charla telefónica con LG Deportiva. Y no es para menos. Rinaudo arrancó la pretemporada en quinta. La eterna espera, a causa de la fractura del quinto metatarsiano de la pierna izquierda, le subió la ansiedad hasta el cielo,. Por eso no se queja de una etapa dura y pesada. “Quiero ponerme bien físicamente y aportar lo mío. Mi meta es demostrar porqué estoy en San Martín”, afirma y va más allá. “Gracias a Dios nunca me costaron las pretemporadas. Tengo un físico privilegiado y me adapto rápidamente. Aunque siempre se siente un poco de dolor”, admite.
Matías es un nuevo alumno para Juan Amador Sánchez. Suena a tercer refuerzo, con todo lo que ello implica. “Puede ser. Casi no jugué y, por lo que veo, entre los hinchas también hay algo de incertidumbre. Quiero tener minutos y poder aportar a la causa”, reza y da indicios de que puede ser importante en el camino hacia el ascenso. Para llegar al cielo hace falta juego, y Rinaudo puede aportar lo suyo. “Soy un volante ofensivo que siempre intenta asistir a los delanteros. Quizás por esa característica, tengo muchos goles en mi carrera. Soy de llegar mucho al fondo y sobre todo, hacer diagonales para entrar por sorpresa; aunque tengo bien en claro que no debo descuidar mis espaldas”.
Ganarse un lugar es casi una necesidad para sentirse vivo. Estuvo mucho tiempo a las sombras, por eso quiere saltar a escena cuanto antes. “Ese es mi objetivo personal, pero soy un convencido de que por encima de cualquier cosa, está la meta grupal”, dice asegurando que la armonía que reina en Cebil Redondo por estos días es un buen augurio. “Estamos muy bien”, afirma y revela detalles. “Creo que las vacaciones nos vinieron al pelo. Tenemos el mensaje del entrenador bien claro y crecemos día a día. Estamos para grandes cosas”, jura.
Los duelos contra Atlético (en los que estará en juego la Copa LA GACETA) son amistosos, aunque un clásico nunca sea tal. Rinaudo pide la palabra y baja un cambio a pesar de que su alma solo le pida acción. “No hablamos mucho de los clásicos pero internamente, creo que todos sabemos lo que genera este tipo de partidos. Cuando salís a la cancha no importa nada más. Vamos a tratar de ganarlos para la alegría de todos. Además, puede ser un envión anímico enorme para comenzar al torneo con todo”, remata el ex Libertad y asegura que esos duelos pueden servir para dar el salto de calidad necesario para ir en búsqueda del gran objetivo. “Serán dos pruebas de fuego”, asiente.
Rinaudo, cual reo que cumple condena, tacha los días en el almanaque. Quiere saltar al campo cuanto antes y adquirir el rodaje necesario hasta transformarse en una pieza clave. Y claro, para eso saca a la luz otro atributo para nada despreciable. “Jugué en todas las posiciones del medio y puedo adaptarme sin problemas a lo que me pida el entrenador. Quiero jugar, ser importante para el equipo y aportar a la causa”, firma. ¿Y el ascenso? “Olvidate, con eso soñamos todos en el plantel. Es lo único que nos importa”.
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