Por Juan Pablo Durán
13 Enero 2014
El Frente Renovador nació en Tucumán -como la mayoría de los dirigentes políticos de la última década- con el incurable y congénito Síndrome de Alperovich Dependencia Adquirida (SADA). El virus ya se propagó por el aparato circulatorio de los legisladores Gerónimo Vargas Aignasse, José “Mellizo” Orellana y José Teri. El diagnóstico es muy desalentador: el massismo local se resquebraja, a raíz de las profundas diferencias políticas que afloran entre sus integrantes. Porque mientras el ex legislador Víctor “Vitín” Arias busca diferenciarse del gobernador José Alperovich, los tres parlamentarios juegan a la especulación para seguir ganando tiempo y dinero, poniendo un pie en en el Delta del Tigre y otro en la Casa de Gobierno.
Un principio peronista establece que no se puede comer en dos o tres platos a la misma vez. O se es massista o se es kirchnerista, pero no las dos cosas al mismo tiempo. “Tres tristes tigres comían trigo en tres tristes platos sentados en un trigal”, habrá pensado “Vitín” el pasado miércoles, cuando el espacio presentó su plataforma política para 2015. Y, acto seguido, intentó inocular el antídoto basado en un potente veneno: les pidió a sus compañeros de ruta que abandonen el bloque oficialista de la Legislatura para mostrar, así, un poco de coherencia política. La medicina no surtió efecto. La respuesta de los tres parlamentarios fue contundente y conservadora: seguirán bebiendo las mieles alperovichistas y todavía no se irán del bloque oficialista. ¿Se irán?
Los tigrenses devenidos en pequeños gatitos en adopción demostraron que, aunque cambien de camiseta, las mañas de la vieja política siguen intactas. Pero más allá de toda especulación que pudiese haber en su decisión, saben que en las alturas de la política corre mucho viento y que no es conveniente escupir para arriba. Nadie puede estar seguro de que las puertas del massismo no se abrirán para Alperovich en 2015. Por lo menos así lo dejó entrever el ex titular de la Unión Industrial Argentina, José Ignacio de Mendiguren. El actual diputado massista le dijo a la periodista de LA GACETA Irene Benito que el mandamás provincial no está en la lista negra de Sergio Massa.
En este cortocircuito entre Arias y los tres tristes tigres hay una pelea real detrás de las cortinas. El ex legislador nunca comulgó con la forma de hacer política que tienen los tres parlamentarios con quienes hasta el miércoles compartían un espacio en común. “Vitín” está convencido de que él es el encargado de portar el bastón de mariscal del massismo en Tucumán. Por lo bajo, Arias sostiene que comenzó a viajar en el trasatlántico del ex intendente de Tigre antes del contundente triunfo de octubre. En tanto -reniega- los tres legisladores llegaron en bote para sortear el inevitable naufragio del barco kirchnerista. A su vez, los parlamentarios defenestran a Arias -también por lo bajo- al señalar que el único vínculo que tiene con Massa es su hermano que trabaja en la Municipalidad de Tigre. Y que en su decisión de romper con el alperovichismo habría un trasfondo laboral: “Vitín” propiciaba la creación de una bancada massista en la Cámara para ser nombrado secretario de bloque de ese espacio.
Está más que claro que los tres tristes tigres no seguirán con Arias y viceversa. Este último, cual lobo estepario, comenzó a organizar reuniones de manera solitaria con dirigentes del interior. Los legisladores, por su parte, avizoran que “Vitín” dejará de pertenecer al massismo por mera decantación. Por una cuestión de supervivencia darwinista, Vargas Aignasse, Orellana y Teri harán valer el poder de sus cargos parlamentarios para dejar a Arias boqueando a la vera del camino. Como ya ocurrió con Bernardo García Hamilton, señalado por sus detractores del mismo espacio como el mariscal de la derrota del massismo en Tucumán, en los comicios de octubre.
Un principio peronista establece que no se puede comer en dos o tres platos a la misma vez. O se es massista o se es kirchnerista, pero no las dos cosas al mismo tiempo. “Tres tristes tigres comían trigo en tres tristes platos sentados en un trigal”, habrá pensado “Vitín” el pasado miércoles, cuando el espacio presentó su plataforma política para 2015. Y, acto seguido, intentó inocular el antídoto basado en un potente veneno: les pidió a sus compañeros de ruta que abandonen el bloque oficialista de la Legislatura para mostrar, así, un poco de coherencia política. La medicina no surtió efecto. La respuesta de los tres parlamentarios fue contundente y conservadora: seguirán bebiendo las mieles alperovichistas y todavía no se irán del bloque oficialista. ¿Se irán?
Los tigrenses devenidos en pequeños gatitos en adopción demostraron que, aunque cambien de camiseta, las mañas de la vieja política siguen intactas. Pero más allá de toda especulación que pudiese haber en su decisión, saben que en las alturas de la política corre mucho viento y que no es conveniente escupir para arriba. Nadie puede estar seguro de que las puertas del massismo no se abrirán para Alperovich en 2015. Por lo menos así lo dejó entrever el ex titular de la Unión Industrial Argentina, José Ignacio de Mendiguren. El actual diputado massista le dijo a la periodista de LA GACETA Irene Benito que el mandamás provincial no está en la lista negra de Sergio Massa.
En este cortocircuito entre Arias y los tres tristes tigres hay una pelea real detrás de las cortinas. El ex legislador nunca comulgó con la forma de hacer política que tienen los tres parlamentarios con quienes hasta el miércoles compartían un espacio en común. “Vitín” está convencido de que él es el encargado de portar el bastón de mariscal del massismo en Tucumán. Por lo bajo, Arias sostiene que comenzó a viajar en el trasatlántico del ex intendente de Tigre antes del contundente triunfo de octubre. En tanto -reniega- los tres legisladores llegaron en bote para sortear el inevitable naufragio del barco kirchnerista. A su vez, los parlamentarios defenestran a Arias -también por lo bajo- al señalar que el único vínculo que tiene con Massa es su hermano que trabaja en la Municipalidad de Tigre. Y que en su decisión de romper con el alperovichismo habría un trasfondo laboral: “Vitín” propiciaba la creación de una bancada massista en la Cámara para ser nombrado secretario de bloque de ese espacio.
Está más que claro que los tres tristes tigres no seguirán con Arias y viceversa. Este último, cual lobo estepario, comenzó a organizar reuniones de manera solitaria con dirigentes del interior. Los legisladores, por su parte, avizoran que “Vitín” dejará de pertenecer al massismo por mera decantación. Por una cuestión de supervivencia darwinista, Vargas Aignasse, Orellana y Teri harán valer el poder de sus cargos parlamentarios para dejar a Arias boqueando a la vera del camino. Como ya ocurrió con Bernardo García Hamilton, señalado por sus detractores del mismo espacio como el mariscal de la derrota del massismo en Tucumán, en los comicios de octubre.
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