09 Enero 2014
ARRIESGÓ, PERO NO TUVO SUERTE. Karginov fue una “bala” rumbo a Chilecito, pero sufrió un pinchazo de lo más inoportuno y De Rooy aprovechó para pasarlo.
Con Ayrat Mardeev ya fuera de carrera, Gerard de Rooy está manejando las riendas de la categoría Camiones con cierto margen tranquilizador. Aunque la desgracia de su colega ruso, ganador de la primera etapa le ha dejado una valiosa enseñanza: por muchos minutos que se lleve de ventaja, la derrota está a sólo un vuelco de distancia. Por eso, el holandés optó por tomar con nervio de acero el altísimo ritmo que mostró Andrey Karginov en las arenas del tramo San Juan - Chilecito, el más largo de la aventura.
“Como no podíamos alcanzarlo, decidimos hacer nuestra propia carrera, sin asumir riesgos, sobre todo de cara a los neumáticos”, contó el de Iveco. Lo bien que hizo: poco más adelante, encontró a Karginov parado a causa de un pinchazo y lo pasó.
“¡Fue un especial magnífico! Quizás la mejor de los últimos dos o tres años”, no dudó en definir De Rooy, que pese a sumar su 26° triunfo con escasísima diferencia por un error de navegación sobre el final, estiró su ventaja sobre Marcel de Vliet en la general a más de media hora. Eso sí, no todas fueron buenas para el líder: en un volantazo se lastimó la muñeca izquierda. “¡Pero nada que no se cure con un poco de hielo y una cerveza bien fresca!”, bromeó.
El gran perdedor de la jornada fue justamente De Vliet, cuyo Kamaz sufrió inconvenientes varios por las inclemencias del camino, y aunque continúa como escolta de De Rooy, perdió casi 20 minutos en su lucha por alcanzarlo. Contra el holandés, suena a demasiada ventaja. (Especial)
“Como no podíamos alcanzarlo, decidimos hacer nuestra propia carrera, sin asumir riesgos, sobre todo de cara a los neumáticos”, contó el de Iveco. Lo bien que hizo: poco más adelante, encontró a Karginov parado a causa de un pinchazo y lo pasó.
“¡Fue un especial magnífico! Quizás la mejor de los últimos dos o tres años”, no dudó en definir De Rooy, que pese a sumar su 26° triunfo con escasísima diferencia por un error de navegación sobre el final, estiró su ventaja sobre Marcel de Vliet en la general a más de media hora. Eso sí, no todas fueron buenas para el líder: en un volantazo se lastimó la muñeca izquierda. “¡Pero nada que no se cure con un poco de hielo y una cerveza bien fresca!”, bromeó.
El gran perdedor de la jornada fue justamente De Vliet, cuyo Kamaz sufrió inconvenientes varios por las inclemencias del camino, y aunque continúa como escolta de De Rooy, perdió casi 20 minutos en su lucha por alcanzarlo. Contra el holandés, suena a demasiada ventaja. (Especial)
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