08 Enero 2014
CENTRO DE INTERPRETACIÓN. Un panel compara el Cristo de San Javier con otras esculturas del resto del mundo.
Con 28 metros de altura, el Cristo Bendicente ubicado en el cerro San Javier es la cuarta estructura de Jesucristo más alta del mundo, después del Cristo de la Concordia en Cochabamba; del Cristo Redentor en Río de Janeiro y del Cristo de Otero en España (esto sin contar el pedestal en el que se encuentra). Todo esta información y más te aguarda en el Centro de Interpretación ubicado en el subsuelo de la imponente estructura.
Este museo cuenta con una sala que ofrece una recorrida sobre la historia de la localidad turística, la flora y la fauna local y un raconto sobre la vida del escultor tucumano Juan Carlos Iramain, encargado de construir el Cristo, emplazado en 1942.
Además, en el ingreso al centro de interpretación se ofrece información sobre diferentes actividades dentro del circuito de las yungas, así como también de la Reserva de Horco Molle (los datos también están en Braille).
Un poco de historia
La imponente obra fue encargada por el gobierno de la provincia en 1938. El objetivo que se planteó Iramain al momento de la construcción fue convocar a los hombres del mundo a rezar por la reconciliación y el pronto fin de la Segunda Guerra Mundial, que en aquel momento se libraba en Europa y mantenía en vilo al resto del mundo. Por ello es que en la base de la estructura reza la frase: “Gloria a Dios en las alturas y paz a los hombres de buena voluntad”.
Al pie de la estatua se encuentra ubicada la tumba de su creador (falleció en 1973), quien había expresado su voluntad de ser enterrado junto a su obra.
Para visitar la sala de interpretación se cobra una entrada a los visitantes mayores de $8 y de $5 para niños de cinco a 12 años. Abre sus puertas de 10 a 18 todos los días y esta en funcionamiento desde hace dos años.
Este museo cuenta con una sala que ofrece una recorrida sobre la historia de la localidad turística, la flora y la fauna local y un raconto sobre la vida del escultor tucumano Juan Carlos Iramain, encargado de construir el Cristo, emplazado en 1942.
Además, en el ingreso al centro de interpretación se ofrece información sobre diferentes actividades dentro del circuito de las yungas, así como también de la Reserva de Horco Molle (los datos también están en Braille).
Un poco de historia
La imponente obra fue encargada por el gobierno de la provincia en 1938. El objetivo que se planteó Iramain al momento de la construcción fue convocar a los hombres del mundo a rezar por la reconciliación y el pronto fin de la Segunda Guerra Mundial, que en aquel momento se libraba en Europa y mantenía en vilo al resto del mundo. Por ello es que en la base de la estructura reza la frase: “Gloria a Dios en las alturas y paz a los hombres de buena voluntad”.
Al pie de la estatua se encuentra ubicada la tumba de su creador (falleció en 1973), quien había expresado su voluntad de ser enterrado junto a su obra.
Para visitar la sala de interpretación se cobra una entrada a los visitantes mayores de $8 y de $5 para niños de cinco a 12 años. Abre sus puertas de 10 a 18 todos los días y esta en funcionamiento desde hace dos años.
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