06 Enero 2014
BIENVENIDA. Gustavo Ibáñez se reencontró con Jorge Serrano, con quien vivió experiencias inolvidable enla década de 2000. la gaceta / foto de maría silvia granara
Jorge Serrano y Gustavo Ibáñez, dos viejos amigos, volvieron a compartir un entrenamiento y, en una charla de vestuario, lejos de los micrófonos, se juramentaron aportar lo que sea para darle al simpatizante de San Martín el regalo que más ansía en este 2014: el ascenso a la B Nacional.
“Chopy” confesó que el viernes por la noche le costó conciliar el sueño. Y no era para menos, luego de dos temporadas y media, volvería a calzarse los cortos en el club donde vivió sus mejores años futbolísticos. Y para darle la bienvenida estuvo el muchacho de San Pablo, un viejo conocido que lo recibió con los brazos abiertos.
Serrano y el “Súper Ratón” son los únicos sobrevivientes de aquel plantel que en la temporada 2002 comenzó un exitoso derrotero que llevó a San Martín desde el torneo liguista a Primera.
Un principiante
“Tuve nervios de un principiante. Volver a entrar a este vestuario donde viví tantas alegrías y tristezas fue algo atrapante. Esa ansiedad, la fui dejando atrás con el correr de los minutos y sobre todo cuando empezamos a entrenar en el complejo”, dijo el defensor que hasta ahora es el único refuerzo que los “santos” consiguieron con miras a la reanudación del Argentino A.
“Encontrar al ‘Mono’ (Fernández), al ‘Ratón’ (Ibáñez) y a Dante Bautista, entre otros, fue una alegría inmensa. Son muchachos a quienes aprendí a querer mucho y con quienes viví tantas sensaciones en los últimos años. Además poder compartir un vestuario con mi hermano Rolando es algo que no tiene precio y que me llena de orgullo”, dijo “Chopy” que firmó contrato con los “santos” por seis meses, tras lo cual deberá regresar a Quilmes, club dueño de su pase.
“Este ‘Ratón’ no cambia más. Es un jodón de primera y el capo de la música en el vestuario. Me recibió con toda la cumbia que lo caracteriza. Pensé que los años lo iban a cambiar, pero es al vicio (sonrisa). Es un tipo que no tiene mal día y lo bueno que le transmite esa alegría al resto del grupo”, dijo el muchacho de Los Vallistos.
La satisfacción que evidenciaba Serrano, era compartida por Ibáñez. El delantero mostraba alegría por volver a compartir el vestuario con alguien que estima mucho. “Desde el mismo momento que supe que Jorge había arreglado su regreso al club, esperé este día para volver a estar juntos en el vestuario. Aunque ya me había comunicado vía celular con él, deseaba mucho estrecharlo en un abrazo. Además de un compañero, es un amigo”, dijo el paulistano mientras le cruzaba algunas chanzas a su nuevo compañero.
El último ídolo que tiene el hincha “santo” reconoce que la llegada del ‘Chopy’ puede llegar a potenciar nuestra posibilidades de estar en la lucha por el ascenso. “Es bueno que aporte lo que aprendió estos años jugando en la B Nacional y en Primera, con Quilmes. Por haber vivido una experiencia similar, se lo gratificante que es volver al club que te dio tanto en lo deportivo y en lo humano. Dios quiera que su regreso esté acompañado por el ascenso”, señaló.
Ibáñez reconoce que lo que más extrañaba de Serrano era las bromas que se hacían. “En las concentraciones era habitual que compartiéramos largas horas y nos hiciéramos chistes. Lo bueno es que siempre hubo una química especial entre nosotros y con el resto de aquel grupo que conseguimos tantas cosas importantes. No veo que haya impedimento para que esa experiencia se pueda cristalizar ahora”, dijo el paulistano que es DJ exclusivo en el vestuario.
Ambos saben que a partir del 9 de febrero, San Martín empezará a jugar la chance de conseguir una plaza para la próxima temporada de la B Nacional. Los dos son especialistas en esa clase de desafíos. Sueñan que el mes de junio los encuentre festejando el regreso a la segunda categoría del fútbol argentino. La esperanza es lo último que se pierde y por el lado de La Ciudadela, pretenden que el verde sea el color de moda en el club.
“Chopy” confesó que el viernes por la noche le costó conciliar el sueño. Y no era para menos, luego de dos temporadas y media, volvería a calzarse los cortos en el club donde vivió sus mejores años futbolísticos. Y para darle la bienvenida estuvo el muchacho de San Pablo, un viejo conocido que lo recibió con los brazos abiertos.
Serrano y el “Súper Ratón” son los únicos sobrevivientes de aquel plantel que en la temporada 2002 comenzó un exitoso derrotero que llevó a San Martín desde el torneo liguista a Primera.
Un principiante
“Tuve nervios de un principiante. Volver a entrar a este vestuario donde viví tantas alegrías y tristezas fue algo atrapante. Esa ansiedad, la fui dejando atrás con el correr de los minutos y sobre todo cuando empezamos a entrenar en el complejo”, dijo el defensor que hasta ahora es el único refuerzo que los “santos” consiguieron con miras a la reanudación del Argentino A.
“Encontrar al ‘Mono’ (Fernández), al ‘Ratón’ (Ibáñez) y a Dante Bautista, entre otros, fue una alegría inmensa. Son muchachos a quienes aprendí a querer mucho y con quienes viví tantas sensaciones en los últimos años. Además poder compartir un vestuario con mi hermano Rolando es algo que no tiene precio y que me llena de orgullo”, dijo “Chopy” que firmó contrato con los “santos” por seis meses, tras lo cual deberá regresar a Quilmes, club dueño de su pase.
“Este ‘Ratón’ no cambia más. Es un jodón de primera y el capo de la música en el vestuario. Me recibió con toda la cumbia que lo caracteriza. Pensé que los años lo iban a cambiar, pero es al vicio (sonrisa). Es un tipo que no tiene mal día y lo bueno que le transmite esa alegría al resto del grupo”, dijo el muchacho de Los Vallistos.
La satisfacción que evidenciaba Serrano, era compartida por Ibáñez. El delantero mostraba alegría por volver a compartir el vestuario con alguien que estima mucho. “Desde el mismo momento que supe que Jorge había arreglado su regreso al club, esperé este día para volver a estar juntos en el vestuario. Aunque ya me había comunicado vía celular con él, deseaba mucho estrecharlo en un abrazo. Además de un compañero, es un amigo”, dijo el paulistano mientras le cruzaba algunas chanzas a su nuevo compañero.
El último ídolo que tiene el hincha “santo” reconoce que la llegada del ‘Chopy’ puede llegar a potenciar nuestra posibilidades de estar en la lucha por el ascenso. “Es bueno que aporte lo que aprendió estos años jugando en la B Nacional y en Primera, con Quilmes. Por haber vivido una experiencia similar, se lo gratificante que es volver al club que te dio tanto en lo deportivo y en lo humano. Dios quiera que su regreso esté acompañado por el ascenso”, señaló.
Ibáñez reconoce que lo que más extrañaba de Serrano era las bromas que se hacían. “En las concentraciones era habitual que compartiéramos largas horas y nos hiciéramos chistes. Lo bueno es que siempre hubo una química especial entre nosotros y con el resto de aquel grupo que conseguimos tantas cosas importantes. No veo que haya impedimento para que esa experiencia se pueda cristalizar ahora”, dijo el paulistano que es DJ exclusivo en el vestuario.
Ambos saben que a partir del 9 de febrero, San Martín empezará a jugar la chance de conseguir una plaza para la próxima temporada de la B Nacional. Los dos son especialistas en esa clase de desafíos. Sueñan que el mes de junio los encuentre festejando el regreso a la segunda categoría del fútbol argentino. La esperanza es lo último que se pierde y por el lado de La Ciudadela, pretenden que el verde sea el color de moda en el club.