04 Enero 2014
EXPECTANTES. Miles de cubanos salieron a ver autos durante el primer día. REUTERS
LA HABANA.- “Descarado”, “un escándalo”: la liberalización de la venta de autos nuevos en Cuba causó indignación entre la población debido a los desorbitados precios anunciados en los concesionarios estatales. Tal y como temían muchos interesados, los precios de los coches nuevos o de pocos años de uso se dispararon en la isla después de la flexibilización de venta. A partir de ayer, los cubanos no necesitan un permiso especial para adquirir coches importados en las tiendas del Estado.
El requisito de la “carta de autorización” que se les pidió durante más de medio siglo dejó de regir también para los extranjeros residentes en la isla o las empresas estatales o extranjeras. La última reforma del gobierno de Raúl Castro dada a conocer en diciembre anunciaba la venta de coches importados a precios “similares” a los del mercado. Los automóviles nuevos de la francesa Peugeot, uno de los pocos fabricantes importados con regularidad a la isla, se ofrecían ayer en algunas firmas estatales a precios de entre U$S 90.000 y más de 200.000 al cambio.
“¿Qué trabajador aquí en Cuba tiene ese dinero?”, protestaba Diego, un oficial de la Marina mercante cubana de 68 años que tenía desde hace dos años una autorización, ahora innecesaria, para comprar un vehículo nuevo por poco más de U$S 2.600. En la filial estatal que visitó en el barrio habanero de Miramar el precio más bajo de un coche de uso del año 2007, un Volkswagen Polo, era de U$S 25.000. (DPA)
El requisito de la “carta de autorización” que se les pidió durante más de medio siglo dejó de regir también para los extranjeros residentes en la isla o las empresas estatales o extranjeras. La última reforma del gobierno de Raúl Castro dada a conocer en diciembre anunciaba la venta de coches importados a precios “similares” a los del mercado. Los automóviles nuevos de la francesa Peugeot, uno de los pocos fabricantes importados con regularidad a la isla, se ofrecían ayer en algunas firmas estatales a precios de entre U$S 90.000 y más de 200.000 al cambio.
“¿Qué trabajador aquí en Cuba tiene ese dinero?”, protestaba Diego, un oficial de la Marina mercante cubana de 68 años que tenía desde hace dos años una autorización, ahora innecesaria, para comprar un vehículo nuevo por poco más de U$S 2.600. En la filial estatal que visitó en el barrio habanero de Miramar el precio más bajo de un coche de uso del año 2007, un Volkswagen Polo, era de U$S 25.000. (DPA)
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