El Nobel, el Cervantes y las (muchas) ganas de escribir

Cada vez más gente se inicia en el oficio de la escritura

Nora Jabif
Por Nora Jabif 31 Diciembre 2013
En el año que concluye, el panorama literario internacional tuvo tonos y matices femeninos. Alice Munro, la canadiense que eligió escribir cuentos y no extensas novelas porque “era el tiempo que le quedaba entre las tareas del hogar y los chicos”, obtuvo el Premio Nobel de Literatura; y la gran cronista y escritora mexicana Elena Poniatowska se consagró como la cuarta mujer en llevarse el Cervantes, considerado a estas alturas como el Nobel de la lengua hispana. El 2013 se llevó a una voz  esencial de la literatura escrita por mujeres: murió la inglesa Doris Lessing, otra Nobel de Literatura, que nos dejó en su narrativa la mirada compasiva sobre los conflictos raciales y sociales (Africa, Zimbabue, fue su hogar de niñez y de juventud) y sobre el mundo femenino.

El 2013 también fue un año de reconocimiento para la literatura argentina del siglo XX: el mundo entero celebró los 50 años de “Rayuela”, la novela con la que Julio Cortázar se volvió, definitivamente, canónico y universal. 

En el plano local, 2013 estuvo marcado por un fenómeno que arrancó hace unos cuantos años:  en Tucumán crecen sin pausa los talleres de escritura (narrativa y dramaturgia). De esos espacios han nacido este año las primeras “criaturas”, los primeros libros editados, algunos de ellos por editoriales pequeñas de otras provincias. Y se percibe que no los anima tanto el estrellato como la prepotencia de trabajo de la que hablaba Roberto Arlt, y que para él era la única garantía de futuro.

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