31 Diciembre 2013
Una ironía con color de premonición de Carlos Ramacciotti, allá por febrero, marcó a fuego lo que sucedió en este 2013 se que va con algo de esperanza y aspiraciones de ascenso en Atlético y San Martín.
Los dos vivieron un antes y un después luego de haber padecido un primer semestre intermitente.
En Bolívar y Pellegrini pasaron dos técnicos hasta julio. Ramacciotti, aquel parafraseador que dijo que se necesitaría un mago para ascender al “santo”, y Carlos Roldán quien, valga la ironía, supo hacer magia en épocas de tormentas en la casa matriz de La Ciudadela. A decir verdad, el sueño del experimentado DT duró hasta una semifinal perdida con autoridad con Sportivo Belgrano de San Francisco, el 21 de junio.
En realidad, la misión deportiva se hizo imposible en parte porque en lo institucional el club andaba a los tumbos. Las quejas invadieron la gestión de la comisión directiva y las deudas afloraban de a borbotones. Ante esta situación se formó una Comisión de Apoyo, que derrapó. Luego tomó el mando una Junta Fiscalizadora y por último, cuando el fuego consumía lo poco que quedaba, llegaron las elecciones estabilizadoras en las que Jorge Garber y su grupo curaron varias heridas de gravedad con dinero fresco.
Hasta la asunción de Garber, en cuestión de meses pasó un huracán: explotaron denuncias por malos manejos dirigenciales y deudas salariales siderales
San Martín vivió en un año lo que podría tomarle toda una vida (de alegrías y desgracias) a una empresa familiar. Y cuando el sol comenzó a salir, Roldán debió alejarse del cargo, en septiembre. La derrota con los cordobeses en Junio fue dura, porque había que aguantar un año más en el Argentino A, algo que los hinchas poco soportaron cuando el plantel no encontró el camino correcto a inicios de la temporada 2013/14.
Juan Amador Sánchez fue el elegido como salvador deportivo. Pero las aguas volvieron a dividirse. Surgieron nuevos problemas políticos y de poder entre dirigentes. Una vez más, el vendaval pasó, la puja continúa aunque, a diferencia de los primeros meses del año, San Martín comenzó a acomodarse en un torneo que ya lo tiene como protagonista y no como actor de reparto. Eso, al menos, calma las aguas.
Temporales deportivos
Atlético también debió superar temporales deportivos. Fue de menos a más y de más a menos, junto a un Ricardo Rodríguez que cumplió su parte de superar los 50 puntos de la temporada 2012/13 para así evitar mayores dolores de cabeza en ésta 2013/14 que está en marcha.
Haber llegado a los 51 le dio espalda al DT para que se le renueve la confianza. Por eso, triunfo mediante de Mario Leito en unas elecciones presidenciales candentes, “RR” tuvo la posibilidad de rearmar un plantel en el que Cristian Lucchetti y Luis Rodríguez, el máximo artillero de la B Nacional, se destacaron.
Y como si las pesadillas de los clubes fueran una epidemia, el hincha de 25 de Mayo y Chile empezó a cuestionar al DT, cuyos logros, como haber vencido a Gimnasia de Jujuy tras 25 años y haber ganado los clásicos de invierno, eran su mejor defensa. El juego que pregonaba dejó de existir. Lo bueno se transformó en malo.
El desacertado manejo del vestuario fue un detonante, con pelea y despedida del ayudante Gastón Vales, con una trifulca con Martín Morel y otra batalla entre su hijo Heraldo y los hinchas en pleno partido contra Villa San Carlos (2-2). La situación se tornó insostenible. Entonces se catapultó al manager Diego Erroz, a priori nexo entre el grupo y la CD y cabeza visible del proyecto de inferiores “decano” en los torneos de AFA.
Erroz se ganó el visto bueno pregonando una idea ofensiva contraria a la avaricia que domina a la divisional (salvo por Banfield y Defensa y Justicia). Sumó nueve de 18 puntos y Atlético no quedó lejos del tercer ascenso directo, ya que terminó el año a cinco puntos de Independiente.
Atlético y San Martín o San Martín y Atlético superaron sus tormentas y miran hacia 2014 con el optimismo de que lo mejor está por venir.
La suerte del resto
Independientemente de lo complicado que resulta participar en un torneo como el Argentino B, las sorpresas fueron el común denominador entre los tucumanos. Hubo dos buenas. Una, el ascenso de Amalia a mitad de año después de ganarle por penales a Instituto de Santiago. La otra, en tanto, fue la invitación a Social Lastenia, que para su lamento fue noticia, además, por utilizar una marca de ropa que nunca lo patrocinó.
Las malas vienen por el lado de Famaillá y su descenso, y por Deportivo Aguilares, hoy manchado por la violencia y muertes entre sus hinchas, por cuestiones barriales.
Atlético Concepción y Concepción FC intentaron ser protagonistas a su manera. Y lo consiguieron. Los vaivenes estuvieron, las bienvenidas y despedidas de sus entrenadores también. Por todo eso, 2014 promete ser tan intenso como 2013 para los clubes tucumanos.
Temas
Carlos Ramacciotti