31 Diciembre 2013
Corrupción, desidia, ignorancia, oportunismo, inoperancia y salvajismo. Cualquiera de estos adjetivos pueden ser utilizados para determinar por qué la violencia en el fútbol dejó 18 muertos en 2013. Esa cifra sólo es superada por las 71 personas que murieron en la llamada Tragedia de la Puerta 12, en julio de 1968. Números espantosos como ver que las autoridades no hacen nada para frenar esta escalada de locura.
La cifra asusta, pero no es menos importante que desde 1988 alguien muere todos los años por este deporte que dicen amar. Y lo más grave del caso es que el 2014 puede ser peor. Desde 1986, año en lo que los barra bravas coparon México, en los semestres previos a los mundial recrudeció la violencia. ¿Motivos? Le pelea por los pasajes y entradas para poder alentar a la Selección en Brasil. “El botín es grande, pero cuando se juega el Mundial, es mucho peor”, le dijo a LG Deportiva Gustavo Grabia periodista especializado en la materia.
En esa trágica lista hay dos elementos para analizar. El primero, es que de las 17 muertes registradas, 10 fueron por internas de mismas barras, lo que hace aún más difícil el control. Otro: luego de la muerte de Martín Gerez -falleció al recibir un disparo de la policía antes de ingresar al estadio Único de La Plata- , la AFA, por pedido del Ministerio de Seguridad de la Nación, decidió cerrarles las puertas a los violentos. La medida no sirvió en lo más mínimo, ya que después de implementarse, hubo 13 muertes más.
Tucumán no estuvo lejos de este triste flagelo. Ronaldo Delgado y Hugo Sarmiento perdieron la vida en una interna en la barra de Deportivo Aguilares.
Los dirigentes, la Policía y los funcionarios de esa ciudad siguen negando que sean casos relacionados con la violencia en el fútbol. Sin embargo, LG Deportiva comprobó que desde hace meses los grupos “Los Pibes de la Villa” y “Los Coroifos” se venían amenazando por las redes sociales y hasta se dieron el gusto de mostrar el arsenal de armas que tenían en su poder para atacarse.
Este año también quedará en la historia porque la Justicia encontró pruebas para demostrar la convivencia de dirigentes y barras. Daniel Passarella, días después de haber dejado su cargo de presidente de River, casi es detenido al estar acusado de integrar una organización que se dedicaba a vender de manera irregular entradas de socios. En esta caso también está involucrado Diego Rodríguez, hermano de la Ministra de Seguridad, María Cecilia Rodríguez.
La Justicia también inició una investigación similar en el mundo Boca. Se allanó una oficina donde se descubrió que La Doce tenía una operatoria trucha para asociar fanáticos. Por este caso quedó involucrado un directivo del “xeneize” que permaneció detenido varias semanas. Las dos causas están en el freezer. Así estamos.
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