31 Diciembre 2013
SE LUCIERON. Los Mini, en acción. REUTERS
Y un día, Tucumán se convirtió en el sitio principal en el país para el paso de la caravana del Rally Dakar. Ocurrió del sábado 12 al lunes 14 de enero, cuando las cuatro categorías que componen la prueba hicieron pie en la provincia, pernocte incluido.
La historia había comenzado en marzo de 2012, cuando en París Tucumán fue confirmado como sede de descanso de la prueba. Y a lo largo de todo ese año se trabajó para no dejar detalles organizativos sin cubrir. En ese contexto, el armado del vivac y de la llamada “Dakar Village” (con un monumental escenario incluido en el que cantaron, entre otros Diego Torres y Luciano Pereyra y actuó Fuerza Bruta), se convirtió en parte fundamental. Se trabajó con tanto ahínco, que el propio director general de la prueba, Etienne Lavigne, admitió haber quedado sorprendido. “Fue un día de descanso único en la historia del Dakar. Una bella fiesta, jamás vista. Un evento dentro del evento”, afirmó. Si bien en la capital tucumana el calor se hizo sentir con muchísima fuerza, en la zona de los Valles (por donde vino la caravana) el mal tiempo obligó no solo a modificaciones en la prueba, sino también a agudizar el ingenio del público para poder presenciar el paso de los competidores. Entre ellos estuvieron el motociclista Rodolfo Bollero y la dupla integrada por Miguel Reginato-Andrés Reginato, que condujo una camioneta.
En lo deportivo, las complicaciones climáticas obligaron a definir recién casi al final del día los tiempos. Así, quedó confirmado que los francés Stephane Peterhansel (Autos) y David Casteau (Motos), el bonaerense Marcos Patronelli (Cuatriciclos) y el holandés Gerard De Rooy (Camiones) mantuvieron la punta a su llegada a Tucumán.
La historia había comenzado en marzo de 2012, cuando en París Tucumán fue confirmado como sede de descanso de la prueba. Y a lo largo de todo ese año se trabajó para no dejar detalles organizativos sin cubrir. En ese contexto, el armado del vivac y de la llamada “Dakar Village” (con un monumental escenario incluido en el que cantaron, entre otros Diego Torres y Luciano Pereyra y actuó Fuerza Bruta), se convirtió en parte fundamental. Se trabajó con tanto ahínco, que el propio director general de la prueba, Etienne Lavigne, admitió haber quedado sorprendido. “Fue un día de descanso único en la historia del Dakar. Una bella fiesta, jamás vista. Un evento dentro del evento”, afirmó. Si bien en la capital tucumana el calor se hizo sentir con muchísima fuerza, en la zona de los Valles (por donde vino la caravana) el mal tiempo obligó no solo a modificaciones en la prueba, sino también a agudizar el ingenio del público para poder presenciar el paso de los competidores. Entre ellos estuvieron el motociclista Rodolfo Bollero y la dupla integrada por Miguel Reginato-Andrés Reginato, que condujo una camioneta.
En lo deportivo, las complicaciones climáticas obligaron a definir recién casi al final del día los tiempos. Así, quedó confirmado que los francés Stephane Peterhansel (Autos) y David Casteau (Motos), el bonaerense Marcos Patronelli (Cuatriciclos) y el holandés Gerard De Rooy (Camiones) mantuvieron la punta a su llegada a Tucumán.
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