De “Breaking bad” a la revolución que propone Netflix

Más de 10 millones de telespectadores vieron en Estados Unidos el último capítulo de “Breaking bad”. La conclusión de la serie, al cabo de cinco temporadas y 62 episodios, representó un acontecimiento mundial. Producida por el canal de cable AMC, “Breaking bad” demostró -una vez más- que las mejores ficciones están en la TV. Con Hollywood fagocitado por supertanques destinados a un público adolescente, la migración de los mejores guionistas, directores y actores a la pantalla chica es incesante.

“Breaking bad” hizo de su protagonista, Bryan Cranston, toda una estrella. Es, además, una de las series más pirateadas de la historia, junto con “Juego de tronos”. A propósito de la saga fantástica, la cuarta temporada se estrenará entre fines de marzo y principios de abril, siempre por HBO. También está confirmada la continuidad de “The walking dead”, el universo zombi basado en el cómic de Robert Kirkman. El comienzo de la cuarta temporada fue lo más visto en la TV estadounidense durante 2013.

Mientras los canales de aire reclaman oxígeno a gritos y la TV por cable vive su era dorada, la consolidación de Netflix representa la flecha que indica el camino al futuro. La provisión de contenidos vía streaming a toda clase de dispositivos -desde las obsoletas PCs a tabletas y celulares- crece a un ritmo supersónico. El éxito de producciones propias como “House of cards” envalentona a Netflix, al punto de que rubricó un acuerdo con Marvel para producir y subir al ciberespacio tres series sobre superhéroes. Es lo que viene.