27 Diciembre 2013
BUENA CIMIENTE. Una semilla sana y de calidad es casi un certificado de excelencia, respecto del posterior desarrollo de las plantas y de su rendimiento. noticampo.com
La semilla de cualquier cultivo, que sea sana y confiable, es parte del éxito de cualquier sistema productivo, por lo que todo aquello que signifique mejoramiento genético debe ser apoyado por todos los sectores involucrados, opinó el Director Técnico de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), Daniel Ploper.
Hoy existen innumerables inconvenientes en la aplicación de la llamada Ley de Semillas, que se traduce en la falta del retorno suficiente para sostener los programas de mejoramiento genético de cultivos, con todo lo que esto implica como generadores de semillas.
Nuestra Eeaoc es la estación experimental más antigua del país y una institución única por sus características (modelo). “Es una de las pocas instituciones públicas y que hoy mantiene programas activos de mejoramiento varietal”, que puede acreditar desarrollos exitosos en Argentina y en otros países.
Una semilla es un grano o parte de un fragmento vegetal que, en diversas formas, produce las plantas, y que al caer o ser sembrado produce nuevas plantas de la misma especie.
Vista así, la semilla aparece únicamente como esa parte del vegetal que servirá para reproducir a la especie.
Sin embargo, esta es una simplificación riesgosa, ya que así expresada no se llega a dimensionar en toda su magnitud el trabajo que hay atrás de esa semilla.
“Hacer una semilla tiene por detrás una progresiva tarea de mejoramiento llevada a cabo por el hombre”, para mejorar las producciones de los cultivos, originalmente en forma muy empírica, pero en la actualidad con un sólido basamento científico, que ha tornado mucho más eficiente y efectivo el mejoramiento varietal.
“A través del mejoramiento genético se han logrado obtener variedades con plantas más productivas, más sanas, con mejores características agronómicas, con productos de mejor calidad”, entre otros importantes avances.
Significa que, detrás de un programa de mejoramiento varietal, hay Recursos humanos (especializados en todos los niveles); Equipos de trabajo interdisciplinarios (genética, mejoramiento, biotecnología, fitopatología, zoología, semillas, etc.); Infraestructura (campos de cría y campos para ensayos, galpones, maquinaria, vehículos, laboratorios, instrumental, invernaderos, etc.); Germoplasma (colecciones de variedades y líneas que aporten diversidad genética); Programas de capacitación (conectividad con centros especializados); Capacidad de multiplicación de semilla básica y Capacidades biotecnológicas
Inversión y resultados
Es necesario enfatizar que todo esto cuesta mucho dinero y esfuerzo y que, además, debe ser sostenido y potenciado en el tiempo, si es que se pretende ser exitoso y producir variedades de alto impacto, que signifiquen ventajas reales para el productor y el consumidor.
Es decir, una semilla es algo más que una parte vegetal; constituye la síntesis de una tarea progresiva en el tiempo y que condensa el esfuerzo de muchas personas, instituciones y empresas. No solamente de aquellos abocados a obtener variedades mejoradas, sino también de aquellos que multiplican y tratan la semilla, para que el productor tenga disponible una semilla con identidad y sanidad garantizada, o sea semilla fiscalizada.
En Argentina, las tareas de mejoramiento genético la llevan adelante tanto el sector privado como el sector público. Lo realizan grandes, medianas y pequeñas empresas, así como instituciones públicas de distinta escala.
El gran desafío es cómo sostener todo este esfuerzo, cuando “estamos hablando de especies autógamas, en las cuales los programas de mejoramiento varietal no reciben el reconocimiento a su tarea, ya que por las características de esta especies, los productores tienen la opción de usar su propia semilla e incluso lucrar con su venta”. Esto ha derivado en que, a lo largo de estos años, muchos criaderos medianos y chicos, vinculados solamente al mejoramiento de especias autógamas, hayan cerrado al no poder sostener las inversiones necesarias para permanecer competitivos.
Otros criaderos pudieron sobrevivir por tener también programas de mejoramiento en especies alógamas, y muchos de ellos por sus trabajos en otros países, aunque reduciendo sus inversiones y consecuentemente su capacidad operativa en especies autógamas.
El bajo porcentaje de uso de semilla fiscalizada tiene otras implicancias que no se valoran al momento de utilizar semilla ilegal, o desconocer el derecho de la propiedad intelectual.
Hoy existen innumerables inconvenientes en la aplicación de la llamada Ley de Semillas, que se traduce en la falta del retorno suficiente para sostener los programas de mejoramiento genético de cultivos, con todo lo que esto implica como generadores de semillas.
Nuestra Eeaoc es la estación experimental más antigua del país y una institución única por sus características (modelo). “Es una de las pocas instituciones públicas y que hoy mantiene programas activos de mejoramiento varietal”, que puede acreditar desarrollos exitosos en Argentina y en otros países.
Una semilla es un grano o parte de un fragmento vegetal que, en diversas formas, produce las plantas, y que al caer o ser sembrado produce nuevas plantas de la misma especie.
Vista así, la semilla aparece únicamente como esa parte del vegetal que servirá para reproducir a la especie.
Sin embargo, esta es una simplificación riesgosa, ya que así expresada no se llega a dimensionar en toda su magnitud el trabajo que hay atrás de esa semilla.
“Hacer una semilla tiene por detrás una progresiva tarea de mejoramiento llevada a cabo por el hombre”, para mejorar las producciones de los cultivos, originalmente en forma muy empírica, pero en la actualidad con un sólido basamento científico, que ha tornado mucho más eficiente y efectivo el mejoramiento varietal.
“A través del mejoramiento genético se han logrado obtener variedades con plantas más productivas, más sanas, con mejores características agronómicas, con productos de mejor calidad”, entre otros importantes avances.
Significa que, detrás de un programa de mejoramiento varietal, hay Recursos humanos (especializados en todos los niveles); Equipos de trabajo interdisciplinarios (genética, mejoramiento, biotecnología, fitopatología, zoología, semillas, etc.); Infraestructura (campos de cría y campos para ensayos, galpones, maquinaria, vehículos, laboratorios, instrumental, invernaderos, etc.); Germoplasma (colecciones de variedades y líneas que aporten diversidad genética); Programas de capacitación (conectividad con centros especializados); Capacidad de multiplicación de semilla básica y Capacidades biotecnológicas
Inversión y resultados
Es necesario enfatizar que todo esto cuesta mucho dinero y esfuerzo y que, además, debe ser sostenido y potenciado en el tiempo, si es que se pretende ser exitoso y producir variedades de alto impacto, que signifiquen ventajas reales para el productor y el consumidor.
Es decir, una semilla es algo más que una parte vegetal; constituye la síntesis de una tarea progresiva en el tiempo y que condensa el esfuerzo de muchas personas, instituciones y empresas. No solamente de aquellos abocados a obtener variedades mejoradas, sino también de aquellos que multiplican y tratan la semilla, para que el productor tenga disponible una semilla con identidad y sanidad garantizada, o sea semilla fiscalizada.
En Argentina, las tareas de mejoramiento genético la llevan adelante tanto el sector privado como el sector público. Lo realizan grandes, medianas y pequeñas empresas, así como instituciones públicas de distinta escala.
El gran desafío es cómo sostener todo este esfuerzo, cuando “estamos hablando de especies autógamas, en las cuales los programas de mejoramiento varietal no reciben el reconocimiento a su tarea, ya que por las características de esta especies, los productores tienen la opción de usar su propia semilla e incluso lucrar con su venta”. Esto ha derivado en que, a lo largo de estos años, muchos criaderos medianos y chicos, vinculados solamente al mejoramiento de especias autógamas, hayan cerrado al no poder sostener las inversiones necesarias para permanecer competitivos.
Otros criaderos pudieron sobrevivir por tener también programas de mejoramiento en especies alógamas, y muchos de ellos por sus trabajos en otros países, aunque reduciendo sus inversiones y consecuentemente su capacidad operativa en especies autógamas.
El bajo porcentaje de uso de semilla fiscalizada tiene otras implicancias que no se valoran al momento de utilizar semilla ilegal, o desconocer el derecho de la propiedad intelectual.
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Daniel Ploper
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