26 Diciembre 2013
CONTRASTE. En el lago San Miguel, en el parque 9 de Julio, los chicos hicieron de las suyas. La peatonal fue durante todo el día un desierto.
El ventilador escupe aire caliente. El aire acondicionado, si es que hay, hace su mayor esfuerzo para refrescar la habitación pero la baja tensión no se lo permite. Eso, si no vivís en alguna de las tantas zonas de la provincia que el martes y ayer -en menor medida- se quedaron sin luz. “Las líneas no dan abasto, y hubo cortes de línea de media tensión”, reconoce una operadora de EDET. Y cuando se le pide un consejo, sólo apela a un resignado “le aconsejamos al usuario que restrinja el consumo de agua a lo básico”.
Y si hablamos del líquido esencial, la canilla trae apenas un hilo de agua... caliente. Las solución es enloquecer o salir a buscar algún “charco” público para refrescarse.
Ayer a la tarde, con un promedio de temperatura de 40°, la poca gente que se animó a salir a la calle lo hizo en busca de algo de fresco. El lago San Miguel fue uno de los “oasis” más visitados en el día del calor abrumador. Se vinieron de todos lados, como en el caso de Ariel Carrizo y Viviana Rodríguez, que a último momento decidieron armar la vianda y dirigirse al parque. “Somos de Los Ralos. En toda nuestra zona, como hace dos meses, la sequía es terrible. Nos dan agua a la medianoche y recién nos podemos bañar”, contó Ariel. En el agua disfrutaban sus hijos Claudio y Tamara, quienes se hicieron de amigos en cuestión de minutos.
En El Cadillal, al mediodía de ayer, el sol era un oprobio. Y la sola visión del dique, con su cota cada vez más baja, augurio de malas noticias. Rafael, Abel, Omar, Lorena y Andrea juguetean en las aguas oscuras de dique, indiferentes al sol rasante y a la falta de sombra. “Venimos todos los días porque en Villa Mariano Moreno, donde vivimos, cortan el agua todos los días, y es un horno”, apunta Rafael.
¿Esta es su “Mar del Plata”? Las chicas se ríen, al unísono. “No conocemos, pero vamos a conocer. Nos estamos yendo a buscar trabajo allá”, se entusiasma Lorena.
Y si hablamos del líquido esencial, la canilla trae apenas un hilo de agua... caliente. Las solución es enloquecer o salir a buscar algún “charco” público para refrescarse.
Ayer a la tarde, con un promedio de temperatura de 40°, la poca gente que se animó a salir a la calle lo hizo en busca de algo de fresco. El lago San Miguel fue uno de los “oasis” más visitados en el día del calor abrumador. Se vinieron de todos lados, como en el caso de Ariel Carrizo y Viviana Rodríguez, que a último momento decidieron armar la vianda y dirigirse al parque. “Somos de Los Ralos. En toda nuestra zona, como hace dos meses, la sequía es terrible. Nos dan agua a la medianoche y recién nos podemos bañar”, contó Ariel. En el agua disfrutaban sus hijos Claudio y Tamara, quienes se hicieron de amigos en cuestión de minutos.
En El Cadillal, al mediodía de ayer, el sol era un oprobio. Y la sola visión del dique, con su cota cada vez más baja, augurio de malas noticias. Rafael, Abel, Omar, Lorena y Andrea juguetean en las aguas oscuras de dique, indiferentes al sol rasante y a la falta de sombra. “Venimos todos los días porque en Villa Mariano Moreno, donde vivimos, cortan el agua todos los días, y es un horno”, apunta Rafael.
¿Esta es su “Mar del Plata”? Las chicas se ríen, al unísono. “No conocemos, pero vamos a conocer. Nos estamos yendo a buscar trabajo allá”, se entusiasma Lorena.
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