Cartas de lectores
Cartas de lectores
24 Diciembre 2013
RODOLFO WINDHAUSEN

Rodolfo A. Windhausen falleció en Miami el viernes 20 de diciembre de 2013, a los 69 años. Yo lo llamaba “El Correo del Czar”. Ávido seguidor de la cultura, la música, el teatro y los hacedores del mundo artístico. Exquisito fanático del tango y el jazz. Leal amigo, siempre al teclado enviando noticias del mundo. Reportero de la partida de filósofos, actores, directores, políticos. ¡Una memoria de ballena! Se sabía todas las anécdotas de Tucumán con precisión de lugar y fecha. Un verdadero libro andante. Pasó por LA GACETA de Tucumán y la Associated Press en Nueva York. Él hubiera sido el primero en mandarnos la información de su transición. Gracias, Rodolfo. Y buen viaje. A encontrarte con antiguos amigos. ¡Latcho Drom!

Cástulo Guerra



LA BUENA O MALA POLÍTICA

La ética política -desde Aristóteles al papa Francisco- viene enseñando que el fin de la política es el bien común. El maquiavelismo, entronizando la inmoralidad política, enseña que el poder es el fin que justifica cualquier medio. El fundamento del bien común político es la justicia y la amistad cívica, que posibilitan la convivencia fraterna, entre hombres y pueblos pacificados; el maquiavelismo o pragmatismo político, en cambio, comporta la corrupción moral que llama al mal, bien, y al bien, mal, y conduce a la injusticia y a la enemistad políticas, desembocando en un estado de guerra de todos contra todos. Cuidar al otro -hasta ofrecer darle nuestra propia vida- o quitarle la vida al otro -renunciando a nuestra propia humanidad al tratarlo inhumanamente- es la única decisión ético-política que todo hombre -varón o mujer- toma día a día, hora a hora para hacer la buena política -practicar la justicia y amar al prójimo como a sí mismo-, que fructifica en la paz entre hombres y pueblos; o para hacer la mala política -la de la injusticia, la indiferencia o el desprecio al otro-, que culmina siempre en guerra y muerte, pues ellas son la continuación de la política por otros medios, dicen cínicamente los maquiavélicos.

Ramón Eduardo Ruiz Pesce
Acassuso 380
Yerba Buena-Tucumán



CÓDIGO DE PLANEAMIENTO URBANO

El lector Roberto Buffo (carta del 22/12) hace mención al Código de Planeamiento. Tiene razón y es altamente sospechosa la actitud del Estado como responsable de fiscalizar las obras y los cumplimientos de las ordenanzas municipales que por lo que podemos ver, miran a un costado, luego, obviamente se debe buscar una solución, es decir un “acuerdo”. No sólo en San Miguel ocurre eso. En Yerba Buena, la ordenanza N° 613 sobre planeamiento urbanístico fue altamente ignorada. Vemos edificios de tres pisos en una esquina de una concesionaria. El adoquinado de la calle Salta -la ordenanza establece que su ancho debe ser el de una calle troncal-, hoy tiene un ancho menor que un pasaje; ignoraron totalmente mis cartas documento enviadas por incumplimiento de dicha ordenanza. ¿Para qué gastamos sueldos en Concejo Deliberante si sus ordenanzas no son respetadas? Está claro que cada uno hace la suya; las irregularidades las tenemos que soportar los vecinos y los “acuerdos” los hace la intendencia.

Guillermo Perotti



LA ALEGRÍA DEL NIÑO DIOS

Sé que a mucha gente de nuestro país, especialmente a los tucumanos, después de los angustiosos momentos vividos recientemente en ocasión de los robos y saqueos, vive en su interior el sentimiento de que en esta Navidad no hay muy mucho por festejar. A ellos quiero recordarles, que lo que hoy festejaremos es lo más importante que le ha sucedido a la humanidad a lo largo de toda su historia. Por amor, Dios vino por nosotros para salvarnos e imponer su justicia para que rigiera el destino de todos los pueblos. A partir de su venida, el sol de justicia nace para todos, para los pecadores arrepentidos que cambian su mala conducta y para los que viviendo bien intencionadamente, se esmeran por no salirse del camino; para motivar a los indecisos y para elevar a los caídos. Que en esta noche memorable, la alegría del Niño Dios que renace pueble nuestro corazón de alegría, más allá de las preocupaciones que nos atropellan cada día.

Rita Fernanda Espíndola



ANOMIA Y SOCIEDAD

Fundador de la escuela funcionalista en Sociología, el francés Emile Durkheim considera que las sociedades modernas basadas en el ideal de progreso sin control, el individualismo exacerbado, la búsqueda del éxito y la competencia desenfrenada, estarían condenadas inexorablemente a la fragmentación y disolución si en ellas no prospera la solidaridad entre sus miembros. A la luz de los hechos sociales acaecidos recientemente en nuestra ciudad, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que las normas que deberían regular la convivencia han dejado de ser generales y, por lo tanto, de estar presentes en la conciencia moral de buena parte de los individuos que componen nuestra sociedad. La violencia desencadenada en esos días no es sino una faceta del odio despiadado ejercido cotidiana e impunemente hacia los animales maltratados, con la diferencia de que esta vez los destinatarios de aquella fueron los congéneres de los perpetradores. Es ahora cuando la sociedad reacciona y se sacude ante la agresión innegable de la masa descontrolada simplemente porque su propia seguridad se vio fuertemente comprometida. Entonces cabe preguntar: ¿no somos parte de esa misma anomia cuando la crueldad es dirigida ante nuestros propios ojos hacia un animal, y hacemos la vista a un lado para proteger al más desvalido, al que no puede hablar ni defenderse por sí mismo? Esto significa que existen un alto grado de impermeabilización de la conciencia y la desvalorización del proceso de socialización de sus miembros, síntomas que conllevan en sí mismos el germen de la autodestrucción. Tal vez este sea el momento de reflexionar sobre el tipo de sociedad que queremos, para lo cual es imprescindible que nos hagamos cargo de nuestra latente destructividad y reconozcamos en el otro nuestra propia humanidad. Ojalá que el despertar de la conciencia nos llegue a todos. Felices fiestas.

Clara Mariela Fajre



LA INFANCIA Y LOS JUGUETES

El último domingo, leí la carta “La infancia y los juguetes”, de Ana María D’Andrea, una escritora taficeña, autora de varios ensayos de muy buena factura. Y esta vez, en su carta tocó un tema que nos enorgullece a todos los que vivimos en esa época en Tafí Viejo, simplemente porque la vida, en ese aspecto, era así. Una carta que plantea una serie de recuerdos, tan reales y tan hermosos, que hace retroceder nuestra imaginación a esos tiempos en que nos conformábamos simplemente con lo que,esos buenos padres se las arreglaban para reparar, con sus propias manos, los defectos que pudieran surgir en el hogar y, de paso, aportarles a sus hijos, con su sabio instinto y su artesanía, los juguetes que los hacían tan felices. Había pensado agradecer personalmente a la autora, pero preferí hacerlo públicamente, para que las nuevas generaciones nos entiendan a los mayores, aunque sea en este simple pero importante aspecto de la vida.

Enrique Ortega



VALIOSOS OBJETOS HISTÓRICOS

Por mi oficio de guía de turismo, acostumbro acompañar gente que visita San Miguel de Tucumán a los principales templos de esta ciudad. En estos se exhiben objetos de enorme riqueza histórica, como sucede en San Francisco, donde pueden ser admirados algunos muebles del Congreso de Tucumán (1816), la casulla de San Francisco Solano y hasta meses atrás, la bandera argentina de 1814. Según me comentó personal que trabaja en el templo, la bandera no está en exhibición debido a que está siendo restaurada. Celebro que ello suceda, pero espero que, tanto la bandera como la mencionada casulla, en la medida de lo posible, sean exhibidas en sitios más visibles que aquellos en los que siempre estuvieron, ya que ambos elementos son de una incomparable riqueza histórica y merecen estar en lugares más visibles.

Ernesto Damián Sánchez Ance



LA MOROCHA

Había pensado hablar sobre los desgraciados hechos ocurridos recientemente,  pero al releer la carta del lector José Santillán (8/12), se me metieron en la yugular sus apreciaciones y el síndrome del gotán, se me subió a la azotea, y aquí estoy con La Morocha Argentina. Sobre el amanecer navideño de 1905, en un mostrador estañero del camino de vuelta a casa. Enrique Saborido bebió un par de cañas con su amigo Ángel Villoldo, y le habló de su tango recién nacido: “¡Pobrecito como el niño de Belén!”, le decía.  Luego en una mesa de pino del mismo almacén, desgastada por vasos y barajas, borroneo de cuartillas de estraza, el padre del tango entiende el mensaje y ahí nomás le acopló estas estrofas ingenua: “Yo soy la morocha, la más agraciada, la más renombrada, de esta población”. En la confitería Ronchetti de Reconquista y Lavalle, brindaban en la calurosa noche pascual, mundanas figuras de la noche galante del Buenos Aires que partió. Villoldo ya pensaba en la intérprete. Sería Flora Rodríguez, esposa de Alfredo Gobbi padre,  componente del exitoso dueto que reinaba en el fonógrafo, que al nacer Alfredito Gobbi  sería su comadre, quien luego fuera el violín romántico del tango. Flora estrena el tango y lo graba con gran suceso; las orquestillas tangueras y las bandas rimbombantes lo tocaban, los organitos lo pasearon por toda la ciudad, las casas de música lo mostraban en sus vidrieras, y así el tango traspuso la cancel de la gente bien. Las chicas de familia compraron el ejemplar y lo pusieron en el atril del piano con el beneplácito de sus papás, milagro producido por La Morocha, cuando el tango cargaba con tremendos pecados capitales de callejón y piringundines y era música prohibida por antecedente de la María Rebenque o los corrales de la Loba del Bajo, no podía ofender ni el oído más sensible del algún literario. La Fragata Sarmiento lo depositó en la Ciudad Luz, y en la primera década del siglo XX, París ya era la sucursal del tango, 90 años después el turco dijo que el tango era conocido en el mundo por su gobierno, (qué chanta). 1905 la noche buena viene, la noche buena se va y nosotros nos iremos y no volveremos más. La Morocha fue el primer tango cantado profesionalmente.

Julio Mohfaud


LA PROSTITUCIÓN

No quiero dejar pasar por alto una contestación a la crítica que el lector Melitón Saldaño (23/12 ) hace a mi carta del 19/12 sobre la prostitución. Mi carta es bastante clara; cualquier persona, apoyándose en la libertad que otorga nuestra Constitución, puede tener relaciones sexuales, pagas o no, con otra del mismo o distinto sexo. Y que esa acción personal está reservada a Dios y exenta de la autoridad de los magistrados, como dice el Art. 19 de la Constitución Nacional. E hice la crítica que por tal razón, el ministro de Justicia, Julio Alak, nunca puede promover una ley ante el Congreso para castigar penalmente a quien concurre a un lugar para tener sexo. No es forma de combatir la prostitución, como el ministro pretende. La prostitución, tan antigua como los tiempos, no debe ser penada en tanto y en cuanto la persona que la ejerce, de cualquier sexo que fuere, lo haga con la libertad de su libre albedrío, sin presiones de ningún tipo. Nunca voy a tolerar que mujeres, o travestis u hombres en última instancia, sean obligados a prostituirse y el que obliga se lleve las ganancias por su explotación. Es denigrante en todo sentido y ese sí que tiene que ser penado, no quien usó de los servicios de la prostituta. Por otro lado, soy demasiado feminista, quiero a las mujeres, las alabo por su rol en la sociedad (madres, hermanas, amigas, trabajadoras), y me gustaría que ninguna entregara su cuerpo por dinero, pero la realidad nos dice otra cosa. Muchas mujeres universitarias, en Argentina y el mundo entero, obtienen dinero para pagar sus estudios, otras lo hacen por necesidad, y muchas lo hacen por comodidad para entrar en un mundo fácil, farandulero, que les da fama y dinero. O sea que no se trata de mujeres de bajo nivel, como dice el señor Saldaño en su carta. Yo tampoco, como Saldaño, estoy de acuerdo con esto. Me gustaría que ninguna mujer lo hiciera, pero, por suerte para ellas, está la libertad de elegir amparándose en que se trata de una acción “privada, reservada sólo a Dios y exenta de la autoridad de los magistrados”. Aclaro que a mi mail dos mujeres grandes, serias, me escribieron apoyando mi idea, que no es más que una simple idea de un simple ciudadano como yo, desprovisto de otros motivos que no sea el de “publicar las ideas libremente por la prensa, sin censura previa” (Art. 14 de la Constitución Nacional). El lector Melitón Saldaño no entendió bien mi carta y de ahí la necesidad de esta aclaración.

Juan Carlos Lionti
Monteagudo 1.209
San Miguel de Tucumán



CON LOS DINEROS DEL PUEBLO

Había una vez un hombre arrogante, soberbio, que se creía ser un Dios, porque todo lo tenía, todo lo silenciaba, todo lo tapaba, todo lo compraba y a todos, jueces, comuneros y a cuantos se cruzaban en su camino, con el dinero del pueblo, por supuesto. Tenía atrapado a los más pobres a esos que ni pensar pueden porque el hambre les comió las neuronas. Les cambiaba el voto por un poco de fideos. Creó un monstruo de mil cabezas con delincuentes, drogadictos, usurpadores, bufones, todos vagos a sueldo para que lo votaran y cuyo único trabajo era aplaudir al gran señor en cuanta aparición pública hiciera. Acogotaba al pueblo con altos impuestos y los amenazaba con rematarles sus casas, cobraba por servicios que no prestaba, por el agua que nunca había y las cloacas que corrían por las calles. Dictó pena de muerte al pueblo trabajador que salía sin saber si volvería vivo a sus casas. Es el mismo que manejaba la caja, cuando el pueblo fue conocido en el mundo por el hambre de sus niños pobres. Pero un día la gente se rebeló y terminó con su utopía de ser el monarca, el César. El espíritu del odio le inundó las venas y prometió venganza y un negro día a imagen y semejanza de Nerón y Cortés ordenó prender fuego al pueblo y desapareció no sin antes resguardar sus bienes. Cuando todo estaba en llamas y ríos de sangre corrían por las calles, apareció para pactar con los guardias de su seguridad que estaban sublevados y les concedió un sueldo que ni a un sabio le pagaría.  Acto seguido los mandó a trabajar, apalear al pueblo que le reclamaba por tanta barbarie. Y el mundo otra vez volvió a saber de este desgraciado pueblo, gracias a  este ostentoso rico devenido a inútil político. Al tiempo desapareció. Se cuenta que en noches de tormentas se escucha el atronador galope de cuatro caballos negros que con rumbo al infierno, arrastran las osamentas de este falso Dios.

Antonio Gómez


MEDIOCRIDAD, PODER y CORRUPCIÓN

Quiero agradecer a “nuestro diario” LA GACETA, por habernos brindado un espacio extra en este mes para que todos podamos expresar nuestros puntos de vista, en estos momentos tan difíciles que vivimos. Desde 1983, a la fecha, tres son los valores que caracterizan a nuestra dirigencia en todos sus estamentos: mediocridad, poder y corrupción. La mediocridad se manifiesta  en toda su dimensión en el Poder Legislativo, único espacio para debatir los temas a sancionar, pero lamentablemente, la mayoría demuestra una total falta de conocimientos y de identificación sobre las necesidades del pueblo y  lo poco que se aprueba, cuando no raya lo burlesco, trae consigo consecuencias muy negativas para toda la sociedad. El poder es cada vez más ilimitado, no les basta con lo personal, ahora agregan a sus cónyuges, parejas, amantes,  hijos, nueras,  hermanos, etcétera, y entre ellos se van turnando. La corrupción, que tiene como base los dos valores anteriores, está prácticamente “naturalizada” en todas partes, desde la más alta jerarquía hasta la más baja. Todos nos conocemos, basta con recordar a cualquier político que antes de iniciar su gestión (en su mayoría), no tenía ni una bicicleta y resulta que ahora tiene una 4 x 4, vehículos toda su familia, casa de campo, fincas, negocios, empresas... Por ello es que se les hace imposible normalizar (por poner un solo ejemplo), las peatonales de nuestra capital, argumentando cuestiones sociales y faltándole el respeto a toda una sociedad, que  ya no  puede transitar ni por la calle, pues ahora pusieron mantas a los dos lados de la acera; esto sumado a las existentes en las veredas, da una cantidad superior a los comercios legales que hay por cuadra. La pregunta obligada: ¿por qué este abuso no tiene solución? Sencillamente porque ninguno tiene la autoridad moral para cumplir con su deber y para lo que fue votado. Por ello, en estos días, junto a la celebración del nacimiento de nuestro Niño Jesús, pido al Señor que todos, incluidos los políticos, y en un clima de recogimiento, intimidad y reflexión en nuestro interior, busquemos la mejor manera de convivir en esta sociedad, más dignamente.

Rodolfo Emilio Castillo



EL PADRE PEPE

Hace unas semanas tuve la suerte de compartir un retiro de silencio con el padre Pepe en las Carreras (Tafí del Valle). Fue una experiencia maravillosa. En la sección Tucumanos de LA GACETA, se cuenta realmente una historia para celebrar. Allí, en ese lugar bellísimo, el padre Pepe recibe a cientos de visitantes con el mismo cariño y disponibilidad. Gracias, padre Pepe en mi nombre y en el de mis compañeras de retiro por su hospitalidad y bondad. Gracias porque a través de sus palabras, pudimos curar las heridas del alma, con fe, esperanza y amor. ¡Feliz Navidad!

Rosa Natalia Barrera 
San Martín  186 
Monteros-Tucumán



LA ENFERMEDAD DE TUCUMÁN

¡La sociedad tucumana está enferma! Enferma de violencia, de ira, de rencores, de resentimientos, de envidias, de todo aquello que envilece el corazón humano... Quizás no todos. Quizás la mayoría. Los hechos del 9 y 10 de diciembre pusieron de manifiesto que el peor enemigo de los tucumanos no son los ingleses, no son los yanquis, no son los chilenos... son ¡los tucumanos! El país observó azorado cómo entre comprovincianos nos atacábamos mutuamente en una ola delictiva sin igual, digna del mejor filme del Far West. Creo que la enfermedad de Tucumán se llama “locura” y entre tanto “Fútbol para Todos”, “Automovilismo para Todos”, necesitaríamos aun más “Salud Mental para Todos”. Sin olvidar que quienes detentan y tienen el poder de gobernar (tanto Ejecutivo como Legislativo y Judicial) brillaron por su ausencia, sólo lograron esconderse y no dar la cara. Realmente vergonzoso y cobarde, canallesco. Y los pseudo policías mancharon el uniforme y el respeto que la ciudadanía tenía por aquellos que sí cumplen correctamente su deber. Que Dios se apiade de sus almas.

Pablo Medina



LA CALLE ESPAÑA

Al visitar a mi hermana en la casa paterna, ubicada en una esquina de la calle España, me di con un letrero indicando que esa calle ahora se llama República de España. No pretendamos que un intendente sea un ilustrado en historia y geografía, sino que sea un señor que se preocupe del bienestar del pueblo, de su cultura y de su progreso, cosa que hace bastante bien. Pero debería rodearse de gente que tuviera un nivel de educación e instrucción que conociera política en este mundo globalizado y en este país con un gran porcentaje de descendientes de españoles. España es un reino, con una monarquía constitucional, no una república. Este tipo de gobierno respeta  la libertad y desarrollo de su pueblo, es un sistema como tienen Gran Bretaña, Suecia, Noruega, Bélgica, Holanda y otros que son más democráticos que algunas repúblicas.

Julio Oscar Suar



EL MODELO

El conflicto de las policías provinciales por demandas salariales, tanto por sus montos, como por sus formas y momento, así como los saqueos de alimentos, bebidas, electrodomésticos, máquinas, herramientas, etcétera, a comercios y casas particulares de casi todo el país durante el último mes del año, mostró el resquebrajamiento de la delgada capa de la civilización y cordura de los humanos. Una vez más y como siempre, son atribuidos a instigadores destituyentes de diversos sectores y por variadas motivaciones. En realidad e incluyendo a los instigadores mismos, si los hubo, son el resultado de las barbaridades emergentes del “Modelo” (impunidad de la corrupción, consolidación de la pobreza, alta desocupación en la franja etaria de entre los jóvenes de 18 a 30 años, excesivo gasto público financiado con emisión, falta de inversiones de envergadura, destrucción del federalismo fiscal y político y consecuentemente la inflación persistente y en ascenso). Pero más profundamente y aun a riesgo de generar controversias, puede decirse que estas zozobras y nubarrones son la consecuencia del desconocimiento y el ningunear leyes y normas (anomia), principios, ejemplaridades y valores (orden, jerarquías, autoridad, respeto, límites, obligaciones, deberes), sobre todo en los niveles superiores e intermedios de las dirigencias, ya que es evidente la degradación continua y creciente de las instituciones básicas de la República, incluidos los organismos de contralor. En síntesis, formas de pensar y prácticas  propias de los populismos fanáticos e ideologizantes, que en 70 años, con claros dentro de lo oscuro de las dirigencias con poder, impregnaron a tres generaciones. No obstante, inconcebiblemente hasta hoy se insiste con necedad y soberbia, que los responsables de todos los desaciertos y males son los circunstanciales opositores, las “corpo”, los medios, el imperialismo yanqui. La realidad es que ramplonamente se creyó que gobernar es inundar el país con planes sociales, bolsones, subsidios, empleos públicos, relatos épicos y pagar con dineros del Estado a punteros y “militantes”. ¿En esto consiste el Gobierno Nacional y Popular, en donde mientras unos y unas bailan, otros mueren? Si no hay vergüenza, no hay respeto ni confianza. Para evitar ser mero comentarista, ¿qué hacer?: desterrar las conductas populistas; la gran mayoría sabe de qué se trata y cómo hacer.

Mario Alberto Ricci
Pasaje Thames 4.472
San Miguel de Tucumán


EL CASO LEBBOS

La causa de Paulina Lebbos nos muestra a la sociedad toda el incumplimiento de los deberes de funcionario público, en referencia al fiscal Albaca. Sabemos que se comenzó a vivir una situación distinta cuando se profundizó la investigación de  este aberrante crimen. Los jueces, de la causa a solicitud del fiscal López Ávila, ordenaron  la detención de tres policías provinciales de la plana mayor. Se presume, que esto fue lo que encendió la mecha, y los uniformados en solidaridad con estos otros, se autoacuartelaron. Algún vocero se comunicó con la gente de las villas para que produjeran la ola de saqueos por la cual, en muchos casos desmantelaron negocios, no tan sólo los que venden comestibles, sino electrodomésticos, calzados, ropas de vestir, etcétera. Entiendo que el costo político para el gobierno de turno es muy alto. La deuda en lo social es muy importante; estimaciones de consultoras privadas, nos hacen saber que la inflación anual supera el 30%. La administración Alperovich está debilitada. ¿Por qué tantas ambiciones desmedidas? Es necesario realizar un recambio en todas las esferas de  gobierno,  seguramente se calmarán las aguas. La renovación marcará un nuevo punto de inicio, la gente tomó conciencia y defendió lo suyo a costa de su propia vida. Los muertos en Tucumán ya son muchos, gobernador, no deje una provincia en ruinas, busque que lo asesoren mejor. Me parece que debería investigarse la gestión del ex secretario Di Lella y del ex jefe de la Policía, Hugo Sánchez. El Panorama Tucumano “Todo tiene costo” (8/12), del periodista Marcelo Aguaysol, dice que el gobernador les adelantó a algunos de sus colaboradores que no habrá vacaciones y que habrá que reformular políticas para contener el gasto público, el incremento en el despilfarro del erario. ¿Tendrán que ver, entre otras cosas, las designaciones, los contratos a ex legisladores, a sus hijos, a punteros políticos? ¿Usaría el mismo criterio en sus empresas? Un fragmento de un libro de poesías de Néstor Perlongher dice: “por el poder de una palabra vuelvo a comenzar mi vida, yo nací para conocerte, para nombrarte Libertad, según Blaise Pascal […] nuestra incapacidad de conocer la verdad  corrupción; seamos ecuánimes, y conozcamos que dos males no hacen un bien, es consecuencia de la corrupción”. Seamos ecuánimes, y conozcamos que dos males no hacen un bien.

Carlos Alberto Drube 
Av. San Martín 51 
San Pablo-Tucumán


EL ASCENSO DE MILANI

Con la mayoría kirchnerista, el Senado aprobó el ascenso de nada más y nada menos que a jefe del Ejército, de César Milani. Este es cuestionado por el CELS y organizaciones de derechos humanos por su presunta participación en actos aberrantes durante la dictadura militar. Rossi, ministro de Defensa, indica que el ascenso dado a Milani fue posible por cuanto las acusaciones “no tenían ninguna comprobación”. Tal afirmación está en duda como la participación de este señor, entonces creo que desde el momento en que está cuestionado, el Senado, no obstante las órdenes y deseos de la Presidenta, debió abstenerse de ascenderlo nada menos que a un cargo tan representativo que detenta ahora. En otro orden de cosas, no escuché, ni leí nada al respecto por parte de familiares de las víctimas y que fueron noticias en la megacausa llevada a cabo en Tucumán, tan golpeado, tampoco dijeron nada los representantes de los derechos humanos en Tucumán. ¿Para unos sí y para otros no? Creo que se debe ser coherente y tratar de que todos, pero absolutamente todos los que tuvieron participación alguna, de ambos lados, en los hechos de la dictadura, sean juzgados y cuanto se tenga la misma duda sobre sus acciones, investigar inmediatamente y en forma exhaustiva para evitar premiar a quien o quienes no correspondan.

Juana M. Farías

Temas Miami
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios