23 Diciembre 2013
UNA VIA DE ESCAPE. El enigmático túnel está ubicado debajo del pequeño altar de la capilla de las ruinas jesuíticas de La Banda, en Tafí del Valle. la gaceta / fotos de osvaldo ripoll
El misterio y la historia se dan la mano en Tafí del Valle. Y no es sólo un decir. La capilla del museo jesuítico de La Banda, cuya edificación se remonta a 1718, tiene debajo de su altar un misterioso e inexplorado túnel. Se dice que por él escapaban los religiosos de los frecuentes ataques de las hordas de indígenas y -aunque cueste creerlo- tendría unos 500 metros de extensión.
En el marco de un proyecto de mejoramiento de la amplia infraestructura del museo (declarado monumento histórico nacional en 1978), que presentó la intendencia local ante la Nación, se procurará ahora descubrir la verdadera extensión de la cavidad.
Según Javier Astorga (encargado de prensa municipal), el trabajo se ejecutaría con la clara finalidad de transformarlo en otro atractivo turístico. Un poco misterioso, pero atractivo al fin. “Se comenta que en el túnel hasta podría haber restos de vasijas u otros elementos metálicos que usaban los jesuitas”, añadió.
Durante las temporadas turísticas, por día pasan por el museo hasta 250 personas, según la guía Celia Centeno. Se cobra una entrada de $10. El edificio tiene un sector del ala derecha inhabilitada luego de que se desplomara parte de su techo. En los últimos años el deterioro que presentan las instalaciones se fue acentuando a causa de la falta adecuada de mantenimiento. Por eso surgió este proyecto de restauración y ampliación del museo que, según el arquitecto Osvaldo Merlín, ya fue aprobado por la Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos de la Nación. Actualmente la iniciativa se encuentra en Obras Públicas de la Nación para su aprobación final y preparación de licitación de los trabajos que fueron presupuestados en $3 millones.
En el mismo predio se habilitó un restaurante que vende comidas regionales a precios accesibles. Mientras tanto se acondiciona un salón en el que funcionará este verano el Paseo de los Artesanos. Ahí expondrán sus trabajos las artesanas Ramona Luna (cerámica), María Cancino (tejido en telar), Valeria Acosta (jabones de hierbas de la zona) y Nilda Cruz (tejidos), entre otras.
En el marco de un proyecto de mejoramiento de la amplia infraestructura del museo (declarado monumento histórico nacional en 1978), que presentó la intendencia local ante la Nación, se procurará ahora descubrir la verdadera extensión de la cavidad.
Según Javier Astorga (encargado de prensa municipal), el trabajo se ejecutaría con la clara finalidad de transformarlo en otro atractivo turístico. Un poco misterioso, pero atractivo al fin. “Se comenta que en el túnel hasta podría haber restos de vasijas u otros elementos metálicos que usaban los jesuitas”, añadió.
Durante las temporadas turísticas, por día pasan por el museo hasta 250 personas, según la guía Celia Centeno. Se cobra una entrada de $10. El edificio tiene un sector del ala derecha inhabilitada luego de que se desplomara parte de su techo. En los últimos años el deterioro que presentan las instalaciones se fue acentuando a causa de la falta adecuada de mantenimiento. Por eso surgió este proyecto de restauración y ampliación del museo que, según el arquitecto Osvaldo Merlín, ya fue aprobado por la Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos de la Nación. Actualmente la iniciativa se encuentra en Obras Públicas de la Nación para su aprobación final y preparación de licitación de los trabajos que fueron presupuestados en $3 millones.
En el mismo predio se habilitó un restaurante que vende comidas regionales a precios accesibles. Mientras tanto se acondiciona un salón en el que funcionará este verano el Paseo de los Artesanos. Ahí expondrán sus trabajos las artesanas Ramona Luna (cerámica), María Cancino (tejido en telar), Valeria Acosta (jabones de hierbas de la zona) y Nilda Cruz (tejidos), entre otras.
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