22 Diciembre 2013
En la esquina de Lavalle y Próspero Mena la historia quedó olvidada. Lo que a comienzos de los ‘40 era un sueño hecho realidad del por entonces presidente de San Martín, Carlos Bartaburu, hoy es un terreno baldío que esconde las marcas de lo que una vez fue El Solar de los Deportes.
Un grupo de más de 50 socios formuló un pedido de asamblea extraordinaria para recuperar ese pasado, para que el club haga uso de lo que, según ellos, le corresponde, y vuelva a apuntalar una sede social. “En aquella época era momento de los torneos de baby fútbol, y el club ya tenía la idea de formar una base y divisiones formativas. Además de esa cancha se creó el cine El Solar (las boleterías aún pueden verse con claridad) y hasta había habitaciones donde se alojaban los futbolistas que llegaban de otras provincias para jugar en el primer equipo”, recuerda el socio e historiador de la institución, Roberto Albornoz. Sus palabras marcan el comienzo de una historia llena de inquietudes.
“Sucede que el 28 de diciembre de 1954 se sanciona una ley que se publica en el boletín el 20 de abril del 55. Con eso se le cede a San Martín una fracción de terreno aledaña a El Solar”, cuenta Albornoz. Luego explica que dicha ley (la 2.655) es una ley no general, que declara al lugar de utilidad pública con cargo para sede social. “Esas propiedades se convierten en inalienables, inembargables e imprescriptibles. Era un lugar para una sede social que ni el mismo club podía vender y si no se hacía uso del terreno, se lo debía volver a la provincia si el club quería hacerlo”, explica Albornoz.
Un poco de historia
Con la ley y todos los documentos necesarios en mano para el planteo, el socio repasa la historia. “Durante el gobierno de Domingo Bussi, en el año 1977 (el 27 de abril) la ley 4.804 autoriza al secretario de Bienestar Social a darle en concesión al club un terreno de propiedad fiscal, que es el del Complejo Natalio Mirkin. La provincia cedió esos terrenos con una serie de requisitos que se debían cumplir. Al contrato lo firma Natalio Mirkin, que en ese momento era el presidente”.
Albornoz recuerda que el mismo Mirkin llamó a una asamblea extraordinaria para tratar la venta de El Solar. Con ese capital (más un subsidio del gobierno) se iba a construir el Complejo. Bartaburu, que aún vivía, y un grupo de viejos directivos se negaron a vender aquello que tanto les había costado, pero la venta se concretó igual. De todos modos, sólo se negoció la fracción que podía ser vendida, pero no la que el gobierno mediante ley no general había cedido. “El comprador de ese terreno fue León Alperovich, que construyó los monoblocks que siguen existiendo”, dice Albornoz. En la misma esquina, un portón negro y grande esconde todo aquello que el historiador tiene guardado en su memoria. Hoy sólo es un baldío que se observa desde aquellos monoblocks.
La pregunta del millón
“En el año 2004 descubrimos en el registro inmobiliario que el ex Banco UDECOOP, en juicio del 18 de diciembre de 1985 por sentencia judicial de prescripción adquisitiva, vende esa parte del terreno que era de San Martín, pese a que no podía venderse, a la misma firma (León Alperovich). ¿Cómo es posible que el Banco se haya hecho cargo de esa venta? Eso es lo que preguntamos en el pedido de asamblea”, explica Albornoz. Según sus conocimientos, recién en 1997 UDECOOP podría haber dispuesto de esa venta, no antes como lo hizo finalmente.
¿En calidad de qué el banco vendió el terreno? Esa es la pregunta que se hacen los socios. “Estamos hablando de plata que nunca entró al club, porque en ningún lado figura la venta del terreno o algo parecido”, cuenta Albornoz sobre una parte de la historia que hasta aquí nadie sabe explicar. ¿Existió la venta o no? ¿El club entregó en algún momento el terreno? “Yo, conociendo al ingeniero Mirkin, pienso que él no hubiera estado de acuerdo con esa maniobra”, reconoce el socio que insiste en que ese gran detalle se debe revisar.
Último plazo
La historia no termina ahí. El mismo Albornoz destaca la bola de nieve que se generó. “En 2004 aparece ya la mensura y unificación donde se toma como propio a todo el terreno el 20 de abril de 2004. O sea que hasta el 20 de abril de 2014 el club San Martín puede reclamar lo que le corresponde, de lo contrario esto va a prescribir”, avisa. Según sus palabras, mientras señala los documentos detalladamente, se trataría de una apropiación legalizada, donde se anulan padrones originales y antecedentes del lugar. “¿Cómo va a tratarse de un primer asiento del Banco UDECOOP, como figura en la mesura, si primero se trató de un terreno que el gobierno le cedió al club? En la fotocopia del documento quedaron algunas huellas y se hizo todo para que el terreno le quede a la sucesión L.A.”, insiste Albornoz.
“No podemos quedarnos cruzados de brazos”, opina el socio, como voz cantante de tantos otros como Juan Carlos Carol, Julio Bonader, Pedro Verasaluse o José Costanzo, que firmaron la nota que le presentaron a la comisión directiva. Su pedido es claro.
“No es que de arriba solicitamos esto. Lo hacemos con fundamentos. Incluso con toda esta información que acumulamos desde hace meses esperamos que pase toda la movilización política de las últimas elecciones provinciales para no mezclar las cosas, pero ahora es el tiempo y no nos podemos demorar más porque tenemos hasta abril del 2014”, sentencia Albornoz.
Un grupo de más de 50 socios formuló un pedido de asamblea extraordinaria para recuperar ese pasado, para que el club haga uso de lo que, según ellos, le corresponde, y vuelva a apuntalar una sede social. “En aquella época era momento de los torneos de baby fútbol, y el club ya tenía la idea de formar una base y divisiones formativas. Además de esa cancha se creó el cine El Solar (las boleterías aún pueden verse con claridad) y hasta había habitaciones donde se alojaban los futbolistas que llegaban de otras provincias para jugar en el primer equipo”, recuerda el socio e historiador de la institución, Roberto Albornoz. Sus palabras marcan el comienzo de una historia llena de inquietudes.
“Sucede que el 28 de diciembre de 1954 se sanciona una ley que se publica en el boletín el 20 de abril del 55. Con eso se le cede a San Martín una fracción de terreno aledaña a El Solar”, cuenta Albornoz. Luego explica que dicha ley (la 2.655) es una ley no general, que declara al lugar de utilidad pública con cargo para sede social. “Esas propiedades se convierten en inalienables, inembargables e imprescriptibles. Era un lugar para una sede social que ni el mismo club podía vender y si no se hacía uso del terreno, se lo debía volver a la provincia si el club quería hacerlo”, explica Albornoz.
Un poco de historia
Con la ley y todos los documentos necesarios en mano para el planteo, el socio repasa la historia. “Durante el gobierno de Domingo Bussi, en el año 1977 (el 27 de abril) la ley 4.804 autoriza al secretario de Bienestar Social a darle en concesión al club un terreno de propiedad fiscal, que es el del Complejo Natalio Mirkin. La provincia cedió esos terrenos con una serie de requisitos que se debían cumplir. Al contrato lo firma Natalio Mirkin, que en ese momento era el presidente”.
Albornoz recuerda que el mismo Mirkin llamó a una asamblea extraordinaria para tratar la venta de El Solar. Con ese capital (más un subsidio del gobierno) se iba a construir el Complejo. Bartaburu, que aún vivía, y un grupo de viejos directivos se negaron a vender aquello que tanto les había costado, pero la venta se concretó igual. De todos modos, sólo se negoció la fracción que podía ser vendida, pero no la que el gobierno mediante ley no general había cedido. “El comprador de ese terreno fue León Alperovich, que construyó los monoblocks que siguen existiendo”, dice Albornoz. En la misma esquina, un portón negro y grande esconde todo aquello que el historiador tiene guardado en su memoria. Hoy sólo es un baldío que se observa desde aquellos monoblocks.
La pregunta del millón
“En el año 2004 descubrimos en el registro inmobiliario que el ex Banco UDECOOP, en juicio del 18 de diciembre de 1985 por sentencia judicial de prescripción adquisitiva, vende esa parte del terreno que era de San Martín, pese a que no podía venderse, a la misma firma (León Alperovich). ¿Cómo es posible que el Banco se haya hecho cargo de esa venta? Eso es lo que preguntamos en el pedido de asamblea”, explica Albornoz. Según sus conocimientos, recién en 1997 UDECOOP podría haber dispuesto de esa venta, no antes como lo hizo finalmente.
¿En calidad de qué el banco vendió el terreno? Esa es la pregunta que se hacen los socios. “Estamos hablando de plata que nunca entró al club, porque en ningún lado figura la venta del terreno o algo parecido”, cuenta Albornoz sobre una parte de la historia que hasta aquí nadie sabe explicar. ¿Existió la venta o no? ¿El club entregó en algún momento el terreno? “Yo, conociendo al ingeniero Mirkin, pienso que él no hubiera estado de acuerdo con esa maniobra”, reconoce el socio que insiste en que ese gran detalle se debe revisar.
Último plazo
La historia no termina ahí. El mismo Albornoz destaca la bola de nieve que se generó. “En 2004 aparece ya la mensura y unificación donde se toma como propio a todo el terreno el 20 de abril de 2004. O sea que hasta el 20 de abril de 2014 el club San Martín puede reclamar lo que le corresponde, de lo contrario esto va a prescribir”, avisa. Según sus palabras, mientras señala los documentos detalladamente, se trataría de una apropiación legalizada, donde se anulan padrones originales y antecedentes del lugar. “¿Cómo va a tratarse de un primer asiento del Banco UDECOOP, como figura en la mesura, si primero se trató de un terreno que el gobierno le cedió al club? En la fotocopia del documento quedaron algunas huellas y se hizo todo para que el terreno le quede a la sucesión L.A.”, insiste Albornoz.
“No podemos quedarnos cruzados de brazos”, opina el socio, como voz cantante de tantos otros como Juan Carlos Carol, Julio Bonader, Pedro Verasaluse o José Costanzo, que firmaron la nota que le presentaron a la comisión directiva. Su pedido es claro.
“No es que de arriba solicitamos esto. Lo hacemos con fundamentos. Incluso con toda esta información que acumulamos desde hace meses esperamos que pase toda la movilización política de las últimas elecciones provinciales para no mezclar las cosas, pero ahora es el tiempo y no nos podemos demorar más porque tenemos hasta abril del 2014”, sentencia Albornoz.
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