La fiesta no para en Tafí Viejo

La fiesta no para en Tafí Viejo

La “juve” ganó y ascendió a Primera División

MARCA. Alejandro Castro, de Villa Luján, va con seguridad a marcar a Facundo Leguizamón, de la “juve”, que lleva la pelota. MARCA. Alejandro Castro, de Villa Luján, va con seguridad a marcar a Facundo Leguizamón, de la “juve”, que lleva la pelota.
21 Diciembre 2013
Tafí Viejo sigue de fiesta. El miércoles fue el momento de Talleres, que celebró su tetracampeonato. Este jueves, en cancha de Alberdi, fue el turno de Juventud Unida. El equipo conducido por Daniel González cerró la serie contra Villa Luján (2-0) con una clara victoria, 67-51, y subió a Primera División, en la que reeditará los grandes clásicos con los “leones”.

La “juve” había ascendido anteriormente en 2004, con aquel equipo de Gabriel Albornoz y figuras de la talla de Lauro Mercado, Sergio Ale y Javier Skibski y descendió en 2011. Al concluir el partido, con la presencia del doctor Felipe Palazzo, cuyo nombre llevó el torneo, se realizó la ceremonia de premiación.

LG Deportiva buscó el testimonio de los protagonistas. Con un nudo en la garganta y los ojos enrojecidos, Claudio Nieva, el más veterano del plantel y símbolo del equipo expresó sus sensaciones. “Tengo 37 años y desde los 10 que voy al club. Es una emoción muy grande, peleamos todo el año por llegar a esto y creo que lo teníamos muy merecido. Las series anteriores las empezamos perdiendo y las dimos vuelta con el alma y el corazón”, subrayó el goleador del encuentro con 18 puntos.

Nieva refirió después a una de las razones esenciales de esta consagración: “pese a los parates que tuvo el torneo, nosotros no dejamos de entrenarnos nunca y eso se vio reflejado acá. Esto es mi vida, aparte de mi hija, es lo que más amo: Juventud”.

También con la emoción a flor de piel, González dio su opinión: “en lo personal, era una revancha para mí. El año pasado asumí un mes antes de la final, las cartas estaban echadas. Este año apostamos a los chicos, renovamos el plantel y se nos dio. Creo que no se puede evaluar el trabajo de cualquier técnico en un mes, sino en un año”.

“El Cabezón” dejó la zona pintada y penetró en su corazón. “Se lo dedico especialmente a mi familia que me banca a morir. Ellos saben que esta es mi pasión y aguantan mis ausencias”, explicó emocionado el técnico campeón.

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