20 Diciembre 2013
El avance del consumo de drogas y el narcotráfico en la Argentina no registra una estadística, de allí que su número no sea exacto. Sin embargo, la realidad supera las estimaciones (oficiales y privadas) y sorprende que hasta la propia Justicia, a través del titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, considere al narcotráfico como el principal problema que afronta el país. “Pregúnteles a los jueces del Norte sobre el tema; le van a contar cosas espeluznantes. Es una cosa terrible. Terrible”, había apuntado a principios de noviembre el magistrado. Pero nunca dio precisiones sobre esa situación.
Santa Fe se convirtió -según especialistas- en la “Chicago” argentina, al referirse a lo que ocurría hace 80 años con el control del mafioso Al Capone. La mención viene a colación de la estadística que marca que Rosario registró este año un récord de crímenes con una tasa de 21 homicidios por cada 100.000 habitantes, lo que la convirtió en uno de los distritos más violentos, duplicando a los más populosos del Gran Buenos Aires.
Se habla que la mayoría de esos crímenes tienen que ver con el narcotráfico, así como el atentado al domicilio particular del gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti. Allí, dos motociclistas -con acompañantes- dispararon 14 balazos con una 9 mm, cuando el mandatario se encontraba con su familia.
Otra prueba irrefutable del avance narco es el informe de la ONU, que indica que Argentina es el tercer exportador de cocaína del mundo y que la “zona caliente” del negocio está en Santiago del Estero, que por “descontrol aéreo” recepta vuelos clandestinos de Bolivia y Paraguay.
Este año Gendarmería, en uno de los tantos procedimientos en el país, desarticuló una banda narcocriminal, detuvo a seis integrantes y, en operativos realizados en Córdoba, Santiago y Buenos Aires, incautó 583 kilos de cocaína de máxima pureza.
Santa Fe se convirtió -según especialistas- en la “Chicago” argentina, al referirse a lo que ocurría hace 80 años con el control del mafioso Al Capone. La mención viene a colación de la estadística que marca que Rosario registró este año un récord de crímenes con una tasa de 21 homicidios por cada 100.000 habitantes, lo que la convirtió en uno de los distritos más violentos, duplicando a los más populosos del Gran Buenos Aires.
Se habla que la mayoría de esos crímenes tienen que ver con el narcotráfico, así como el atentado al domicilio particular del gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti. Allí, dos motociclistas -con acompañantes- dispararon 14 balazos con una 9 mm, cuando el mandatario se encontraba con su familia.
Otra prueba irrefutable del avance narco es el informe de la ONU, que indica que Argentina es el tercer exportador de cocaína del mundo y que la “zona caliente” del negocio está en Santiago del Estero, que por “descontrol aéreo” recepta vuelos clandestinos de Bolivia y Paraguay.
Este año Gendarmería, en uno de los tantos procedimientos en el país, desarticuló una banda narcocriminal, detuvo a seis integrantes y, en operativos realizados en Córdoba, Santiago y Buenos Aires, incautó 583 kilos de cocaína de máxima pureza.