19 Diciembre 2013
SIN LUGAR PARA SUTILEZAS. Keller Dover (Hugh Jackman) quiere respuestas de Alex Jones (Paul Dano).
Justicia por mano propia en una carrera contra el tiempo. “La sospecha” parte de una premisa tan vieja como el cine, así que son las vueltas de tuerca las que marcarán la originalidad de la película y darán cuenta de la muñeca de Denis Villeneuve para conducir un thriller tan ambicioso como este.
Nada que ver con Wolverine ni con la grandiosidad musical de “Los miserables”: aquí Hugh Jackman es un carpintero común y silvestre, Keller Dover. Con Grace (María Bello) son los padres de una niña de seis años. La desaparición de la nena y de una amiguita, hija de Franklin (Terrence Howard) y Nancy Birch (Viola Davis) pondrá la vida de ambas familias cabeza abajo. Del caso se hace cargo el detective Loki (Jake Gyllenhaal). Las cosas vienen demasiado enrevesadas; hay un sospechoso pero pocas pruebas. Las chicas no aparecen. La Policía no avanza en la investigación. Allá va entonces Keller Dover, al rescate.
Para el canadiense Villeneuve, “La sospecha” es la puerta para hacer pie en Hollywood. Lo secunda una carrera prestigiosa, afirmada en la premiada “Maelström” y en “Incendies”, candidata al Oscar a la Mejor Película Extranjera en 2011 (perdió a manos de la danesa “Hævnen”, de Susanne Bier). La historia es de Aaron Guzikowski, una cara nueva en los grandes estudios. En este caso, el proyecto se movió bajo el paraguas de la Warner.
En el reparto aparecen más figuras, entre ellas Paul Dano y Melissa Leo. “La sospecha” dura dos horas y media y costó 46 millones de dólares. Buena parte de ese presupuesto fue al bolsillo de Jackman, aunque en un principio el papel estaba destinado a Mark Whalberg. Pero Jackman no para, ya que por estas horas está inmerso en “Chippie”, el nuevo proyecto de ciencia ficción del sudafricano Neill Blomkamp.
Nada que ver con Wolverine ni con la grandiosidad musical de “Los miserables”: aquí Hugh Jackman es un carpintero común y silvestre, Keller Dover. Con Grace (María Bello) son los padres de una niña de seis años. La desaparición de la nena y de una amiguita, hija de Franklin (Terrence Howard) y Nancy Birch (Viola Davis) pondrá la vida de ambas familias cabeza abajo. Del caso se hace cargo el detective Loki (Jake Gyllenhaal). Las cosas vienen demasiado enrevesadas; hay un sospechoso pero pocas pruebas. Las chicas no aparecen. La Policía no avanza en la investigación. Allá va entonces Keller Dover, al rescate.
Para el canadiense Villeneuve, “La sospecha” es la puerta para hacer pie en Hollywood. Lo secunda una carrera prestigiosa, afirmada en la premiada “Maelström” y en “Incendies”, candidata al Oscar a la Mejor Película Extranjera en 2011 (perdió a manos de la danesa “Hævnen”, de Susanne Bier). La historia es de Aaron Guzikowski, una cara nueva en los grandes estudios. En este caso, el proyecto se movió bajo el paraguas de la Warner.
En el reparto aparecen más figuras, entre ellas Paul Dano y Melissa Leo. “La sospecha” dura dos horas y media y costó 46 millones de dólares. Buena parte de ese presupuesto fue al bolsillo de Jackman, aunque en un principio el papel estaba destinado a Mark Whalberg. Pero Jackman no para, ya que por estas horas está inmerso en “Chippie”, el nuevo proyecto de ciencia ficción del sudafricano Neill Blomkamp.