19 Diciembre 2013
Así como en las frías Navidades europeas se impone el ponche (vino con especias y azúcar que se bebe bien caliente), nuestro clima nos “pide a gritos” que refresquemos la fiesta. Y como la de Nochebuena no es una cena cualquiera, te proponemos unas riquísimas combinaciones de bebidas y frutas que harán del brindis un momento único.
Un tip para el éxito: aunque las mezcles con fruta (y hasta precisamente por eso mismo) las bebidas alcohólicas deben ser de buena calidad. El azúcar potenciará sus efectos, y un buen vino siempre “pega un poco menos”. No lo olvides, especialmente si vas a manejar.
En nuestro país uno de los tragos más tradicionales y refrescantes es el clericó. Se prepara en robustas jarras. O en un gran bowl (la “ponchera” que solía haber en casa de la abuela) y se lo sirve con cucharón.
Hay miles de variantes y es básicamente cuestión de gustos, pero los ingredientes básicos son el vino, en general blanco y dulce, como un “cosecha tardía” (pero puede ser también sidra o incluso champán); fruta cortada lo más variada y jugosa posible, y azúcar. Claro está que la versión para los chicos, o para los “conductores designados”, no debe tener alcohol. Un truco puede ser aprovechar una buena sidra sin alcohol, cuyo sabor no se modifica con la ausencia.
Otro clásico, que se ha puesto de moda últimamente, es el lemon champ, es decir, la combinación de champán y helado de limón. Puede prepararse en una licuadora o directamente servir en las copas una bocha de helado y, por encima, el champán. Decorarlo con una cereza fresca es una buena opción. Otra combinación no demasiado costosa y fresca se prepara en la licuadora: un ananá fresco (también puede ser de lata, pero entonces necesita menos azúcar), una botella de vino banco y una de sidra. Se la conoce como Saratoga.
Ojo con el alcohol
Como queremos que la fiesta sea realmente dulce, no te olvides de que si vas a tomar es preferible que no manejes. También recordá que para pasar los controles de alcoholemia debés tener menos de 0,5 gramos de alchol en sangre. ¡Feliz Navidad!
Sangría andaluza
Receta transmitida de generación en generación... cedida para los tucumanos
Vas a necesitar 1/2 litro de jugo de limón exprimido y el mismo volumen de azúcar (colocá ambos en la jarra: el azúcar se depositará en el fondo). Luego agregá dos botellas de buen vino tinto 3/4, el jugo de dos naranjas, 4 cucharadas soperas de coñac y 4 de hesperidina. Revolvé bien para que el azúcar se disuelva. Incoporá rodajas de naranja y clavá en un par de ellas dos clavos de olor (podés decorar la jarra con una espiral de cáscara, queda genial), añadí un par de ramas de canela y algunas ramitas de yerba buena. Para que se fortalezcan los sabores (y ahorrar trabajo a último momento), es bueno dejarla lista y enfriándose unas horas antes de servir.
Un tip para el éxito: aunque las mezcles con fruta (y hasta precisamente por eso mismo) las bebidas alcohólicas deben ser de buena calidad. El azúcar potenciará sus efectos, y un buen vino siempre “pega un poco menos”. No lo olvides, especialmente si vas a manejar.
En nuestro país uno de los tragos más tradicionales y refrescantes es el clericó. Se prepara en robustas jarras. O en un gran bowl (la “ponchera” que solía haber en casa de la abuela) y se lo sirve con cucharón.
Hay miles de variantes y es básicamente cuestión de gustos, pero los ingredientes básicos son el vino, en general blanco y dulce, como un “cosecha tardía” (pero puede ser también sidra o incluso champán); fruta cortada lo más variada y jugosa posible, y azúcar. Claro está que la versión para los chicos, o para los “conductores designados”, no debe tener alcohol. Un truco puede ser aprovechar una buena sidra sin alcohol, cuyo sabor no se modifica con la ausencia.
Otro clásico, que se ha puesto de moda últimamente, es el lemon champ, es decir, la combinación de champán y helado de limón. Puede prepararse en una licuadora o directamente servir en las copas una bocha de helado y, por encima, el champán. Decorarlo con una cereza fresca es una buena opción. Otra combinación no demasiado costosa y fresca se prepara en la licuadora: un ananá fresco (también puede ser de lata, pero entonces necesita menos azúcar), una botella de vino banco y una de sidra. Se la conoce como Saratoga.
Ojo con el alcohol
Como queremos que la fiesta sea realmente dulce, no te olvides de que si vas a tomar es preferible que no manejes. También recordá que para pasar los controles de alcoholemia debés tener menos de 0,5 gramos de alchol en sangre. ¡Feliz Navidad!
Sangría andaluza
Receta transmitida de generación en generación... cedida para los tucumanos
Vas a necesitar 1/2 litro de jugo de limón exprimido y el mismo volumen de azúcar (colocá ambos en la jarra: el azúcar se depositará en el fondo). Luego agregá dos botellas de buen vino tinto 3/4, el jugo de dos naranjas, 4 cucharadas soperas de coñac y 4 de hesperidina. Revolvé bien para que el azúcar se disuelva. Incoporá rodajas de naranja y clavá en un par de ellas dos clavos de olor (podés decorar la jarra con una espiral de cáscara, queda genial), añadí un par de ramas de canela y algunas ramitas de yerba buena. Para que se fortalezcan los sabores (y ahorrar trabajo a último momento), es bueno dejarla lista y enfriándose unas horas antes de servir.
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