"Un clásico no es amistoso"

"Un clásico no es amistoso"

Mientras descansa, Erroz mira de reojo lo que viene y se ilusiona

EN SU HÁBITAT. Erroz se siente como en casa en el Monumental. “Siempre dije que si algún día me iba de Rosario era para volver a Atlético”, confesó hace un tiempo. EN SU HÁBITAT. Erroz se siente como en casa en el Monumental. “Siempre dije que si algún día me iba de Rosario era para volver a Atlético”, confesó hace un tiempo.
Agradecido de la oportunidad que le llegó en el momento menos esperado, Diego Erroz descansa en Rosario sin poder realmente hacerlo. Pasó poco más de una semana de su despedida de Atlético y el técnico ya siente la ausencia del trabajo cotidiano. Dice sentirse feliz, pleno a la par de Luciana, su esposa, y de Guadalupe y Guillermina, sus hijas, aunque, bicho raro como pocos, acepta que 25 noches sin fútbol le parecen una eternidad. Cuando otros rogarían por más tiempo, al entrenador hasta le parece demasiado tanta pausa.

“He tenido la desgracia de que en mis vacaciones nunca pude desenchufarme al 100% porque siempre pienso en lo que viene”, acepta como si se hiciese cargo del delito de no separar la cabeza de la pelota. Y si de ambigüedades de trata, el ex volante central sufrirá un drama llegado el momento de la despedida, allá por el 2 de enero de 2014. La vuelta a Tucumán será en soledad sin sus mujeres. Otra vez soledad y trabajo.

Se le nota ansioso. “Esta va a ser mi primera pretemporada como técnico, estoy muy ilusionado y con muchas ganas de que empiece, más allá de que hace falta descansar. Y sobre todo yo, que tengo la familia lejos”, se sincera ahora Erroz, que partirá su gira vacacional entre la Chicago criolla y Embalse, Córdoba. “Pasamos Navidad acá y después Año Nuevo en mi pueblo”.

Una presión palpable pero indirecta lo persigue en su gestión. Es nuevo en el rubro y entiende el juego. “Nosotros sabíamos que lo estábamos haciendo bien, que el grupo estaba contento con nuestra manera, pero teníamos que ganar para seguir reafirmando todo”, Erroz entiende que los números positivos son todo, y que de no haberle ganado a Sportivo Belgrano la cosa se le hubiera complicado.

“El que no está en el día a día con nosotros, quiere resultados. Pasadas seis fechas, algunos todavía nos miran de reojo para ver si respondemos o no. “No me hubiera sentido condicionado si perdíamos, pero la tranquilidad no iba a ser la misma de ahora. Vos perdés un partido y tenés revancha a la semana siguiente. Entre las vacaciones y la pretemporada íbamos a soportar 40 días de carga. Y a esa espina no te la sacás fácil. Aparte, en cuanto a la cosecha de puntos, nuestro trabajo ya no iba a ser bueno. Por suerte se ganó y se pudo plasmar todo lo bueno que veníamos haciendo”, suspira y se llena de confianza. “He tenido la suerte de rodearme de gente que tiene muchas ganas”, agradece quien todavía se sorprende por cómo se usa su nombre.

A veces, para desinformar. “Escuché cada cosa... ‘Diego Erroz va a traer un nueve, un enganche; que Erroz le comunicó a los dirigentes que se va éste o aquellos’. Me sorprende con la seguridad que lo dicen”. Su queja apunta a los refuerzos. Al refuerzo, en realidad, que necesita. “Pedí a Vismara y a nadie más. Quiero jerarquía para mi equipo, no relleno. Lo pedí a Vismara, y si viene, bienvenido sea. Necesito protagonistas como los que tengo ahora. Estoy feliz con el plantel que tengo”.

Y también está contento porque se viene la copa “Club LA GACETA”. “Un clásico no es amistoso. Tenés que ganarlo, tenés que prepararlo como un partido y no tanto como un choque de pretemporada. La fecha no es la ideal, es verdad, te corta al medio 2 o 3 días de trabajo, pero nosotros sabemos lo que esto significa para el club y hay que aceptarlo y hacerlo lo mejor posible”. Está claro, entonces, que Atlético se prepara para un verdadero combate futbolístico “La idea, siempre que se pueda, es poner a los chicos con los que tengo pensado arrancar el torneo”. El “decano” esperará a San Martín con lo mejor que tenga, el 12 de enero.

Y así como el rodaje es vital de cara al futuro, empezar bien la B Nacional es una obligación. “Tenemos que estar en el pelotón y sobre el final es cuando hace falta jerarquía para pelear el campeonato”, dice el cordobés, con la lista de pedidos a Papá Noel en la mano.

“Le vamos a pedir salud y un poquito de suerte en este trabajo; se la necesita. Me parece que a lo largo de estos seis partidos no la hemos tenido. Pagamos muy caro los pocos errores que hemos tenido y hemos aprovechado menos de lo que quiero el protagonismo que tuvimos”.

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