Por Nicolás Iriarte
16 Diciembre 2013
A LOS GRITOS. Pizzi intenta dar indicaciones durante el partido de ayer en Vélez. dyn
“A (Juan Antonio) Pizzi le digo Pizzirrucho porque me serruchó el piso. Conmigo Pizzi no se puede comparar, es un fitito descompuesto”. Las palabras de Caruso Lombardi, en agosto pasado, huelen mal. No porque haya algo detrás de sus declaraciones, la afirmación es literal: quedaron tan añejas y en desuso que vencieron y hoy, con su enemigo levantando la Copa del Torneo y él, fuera de Argentinos y sin trabajo, apestan.
Pizzi, de 45 años, llegó en octubre de 2012 al “ciclón” para sustituir justamente a Lombardi y con una mala experiencia en sus espaldas: el frustrado ascenso con Rosario Central en la temporada 2011/12. Liderar en gran parte del torneo, la oportunidad de subir ganando en la última fecha y dos partidos de Promoción no le bastaron. Aún así, le llegó la chance de dirigir a un grande.
“Nunca es fácil salir campeón, no se sale campeón todos los días, y a mi me tocó solo dos veces y hoy por primera vez en la Argentina”, dijo ayer emocionado tras el empate ante Vélez que le significó el segundo título de su carrera como él mismo dijo. El primero fue en la temporada 2010/11 con la Universidad Católica de Chile. Y vaya que no es fácil: antes del Inicial, Pizzi llevó a San Lorenzo a la final de la Copa Argentina que perdió categóricamente con Arsenal en Catamarca.
Luego de ese episodio, todo pareció desvanecerse y el estigma del técnico “perdedor” volvía a resonar. Incluso presentó la renuncia esa misma noche, la cual no fue aceptada por el flamante presidente reelecto, Matías Lammens.
Aquella copa le hubiese dado la clasificación a la Libertadores pero con lo que logró ayer, pudo llegar igual. Aún con los ánimos por el piso tras el 0-3 ante Arsenal, Pizzi trató de enfocar a sus jugadores y lo consiguió. “Después de ganarle a Boca empecé a darme cuenta de que podíamos salir campeones y cuando superamos en juego a Lanús y Newell’s. Ahí les dije a los muchachos que podíamos salir primeros”, admitió el entrenador.
Además del problema que se generó al no poder presentar el mejor equipo en Catamarca, también sufrió algunos problemas externos: el goleador Martín Cauteruccio se rompió los ligamentos pero encontró reemplazantes en las divisiones inferiores. “Ganamos un torneo muy parejos de nivel muy alto. Es un torneo muy difícil, injustamente desvalorizado”, dijo Pizzi, que ya puede quedarse tranquilo.
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