13 Diciembre 2013
El ministro de Seguridad, Jorge Gassenbauer, puso ayer en funciones a la nueva cúpula de la Policía provincial, encabezada por Dante Bustamante (jefe) y Mario Rojas (subjefe). En Casa de Gobierno, el funcionario aseguró que los tucumanos vivieron jornadas de suma angustia a raíz de la rebelión policial: “esto no termina alegremente; fue un día en que la gente se sintió indefensa, y no puede volver a pasar”.
El funcionario consideró justa la protesta que realizaron el miércoles miles de tucumanos, en la plaza Independencia. “Todos nos hemos sentido angustiados; no recuerdo un día igual en Tucumán, y creo que la gente está en su derecho. Y nosotros debemos hacer lo posible para que esto no vuelva a suceder”, dijo. Admitió, además, que la institución está sufriendo una dura crítica por parte de la sociedad, pero señaló que no toda la fuerza se sublevó: “el 60% estuvo trabajando; estamos ante un grupo de saboteadores que usaron las armas que les proveemos nosotros, la sociedad civil. Esto es imposible de entender”.
Finalmente, negó que los policías hayan tenido motivos para protestar. “Habíamos acordado casi un 30%; y ocho meses después, ese acuerdo no puede estar desactualizado, ni siquiera tomando el índice más opositor. Además, teníamos perspectivas de volver a discutir salarios en marzo”.
El gobernador, José Alperovich, también reconoció que se dio un quiebre entre la sociedad y la Policía. “Lo que pasó fue gravísimo. Muchas veces, con cosas ciertas, y otras no, porque por las redes sociales se hacían denuncias falsas. Cada tucumano sintió una indefensión tremenda; debía ir a su casa a cuidar a su familia, porque pensaba que iba a ser asaltado. Es verdad, se quebró algo en la sociedad cuando cada tucumano sintió que debía salir a defenderse por su cuenta”, indicó. Y admitió que se dio un abandono por parte de la fuerza: “durante ese día que estuvimos negociando, la Policía no actuó. Si (eso es) abandono, es verdad”.
LA GACETA le consultó sobre la masiva movilización que llenó la plaza Independencia en la noche del miércoles, y que cuestionó tanto a la Policía como al poder político. En esta ocasión, Alperovich no habló de infiltrados políticos, como sí lo había hecho cuando se refirió a la marcha del martes por la noche, que fue reprimida por la Policía y por Gendarmería. Por el contrario, el mandatario no cuestionó la manifestación del miércoles, aun cuando un grupo reducido luego se dirigió a la firma León Alperovich Group, y arrojaron piedras contra las vidrieras. “Con lo que sucedió, la gente tiene toda la razón de expresarse como lo hizo. La sociedad se sintió totalmente indefensa; tenía derecho a expresarse, a decir lo que siente”, señaló.
Antes se refirió a la asunción de Bustamante. “Estamos trabajando; ahora nos juntaremos para tratar de que se vayan restableciendo la tranquilidad y el orden, y de que la Policía cumpla rol que debe cumplir. Hemos cambiado; pusimos nuevo jefe y subjefe. El gran desafío es trabajar fuerte hasta fin de año, para que los tucumanos pasen las Fiestas en paz”, señaló.
Celebró que durante la noche del miércoles y la madrugada de ayer no se hayan registrado hechos violentos, pero admitió que la gente se sintió insegura, debido a mensajes que circulaban por Facebook y por Twitter: “gracias a Dios no pasó absolutamente nada. (Pero) con las redes sociales cada familia de Tucumán se sintió asaltada o a punto; ha sido tremendo”. Finalmente, defendió lo actuado por el Gobierno, aunque avaló el cambio en la cúpula policial. “La Policía era de las mejores pagas del país; cuando ellos fueron tratamos de darle lo mejor. Hice todo el esfuerzo, estuve trabajando las 24 horas para que esto no suceda. Trabajando; negociando, pidiendo por favor. Y cuando uno llamaba la Policía no respondía; por eso está bien que se produzcan estos cambios”.
En tanto, al flamante jefe de Policía no le cayó bien cómo recibió parte de la ciudadanía a los uniformados, cuando estos volvieron a sus tareas, tras el acuerdo con el Gobierno. En especial, porque cree que muchos policías no se habían plegado a la protesta. “Me dio vergüenza ajena sentir la bronca de la gente; recibirla en la cara. Yo trabajé todos los días para tratar de normalizar una situación que evidentemente se nos fue de las manos”, admitió Bustamante.
Dijo que, además de él, otros policías siguieron trabajando. Bustamante asume la vacante que dejó Jorge Racedo, tras su renuncia.
Bustamante se mostró prudente a la hora de improvisar una reflexión sobre los hechos: “en estos momentos es muy prematuro y no soy yo el que deba analizar lo que ha ocurrido; hay distintos organismos e instituciones que nos van a juzgar y a condenar, si es necesario, por lo que hicimos. Debemos aprender a ser responsables de nuestros actos; y voy a ser el primero en hacerme cargo por ellos”. Admitió, además, que la institución debe lavarse la cara.
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