Entraron a su casa armados y encapuchados

Entraron a su casa armados y encapuchados

Una vecina de Yerba Buena fue asaltada por tres delincuentes y sólo la auxiliaron los vecinos.

11 Diciembre 2013
Todavía no se había desatado el caos que atemorizó a toda la capital el lunes a la mañana, cuando María de Cuesta fue asaltada dentro de su casa. El hecho ocurrió alrededor de las 11.20 en Concordia al 100, Yerba Buena. En ese momento la mujer de 56 años se encontraba sola junto a su hijo adolescente, quien dormía en su habitación.

Un automóvil Gol color gris y con vidrios polarizados -según describieron después los vecinos de la víctima- estacionó afuera de la casa de la mujer. Uno de sus ocupantes bajó del vehículo y tocó el timbre. Precavida, María salió a mirar por la cochera. Pero en ese instante escuchó el ruido de dos hombres que saltaban la tapia y caían dentro de su casa.

De repente la mujer se encontró apuntada con armas y con tres hombres encapuchados que revolvían su casa en busca de dinero, según contó en diálogo con LA GACETA. “Empecé a gritar y mis vecinos empezaron a llamar a la Policía, pero jamás atendieron el 911”, relató con impotencia, como lo hicieron varias personas más ese mismo día.

Su hijo, que se había despertado con los alaridos, también marcaba el número de la Policía sin obtener respuestas. Cansados de buscar dinero y no encontrarlo, los ladrones decidieron arrancarle la cadena de oro que colgaba del cuello de María. “Me lastimaron el cuello”, lamentó la mujer, asustada.

Como nadie respondía a los llamados de auxilio, los vecinos salieron de sus casas y comenzaron a gritar que la Policía estaba en camino. Esa amenaza asustó a los delincuentes, quienes salieron corriendo de la vivienda y huyeron a bordo del mismo vehículo en el que habían llegado.

“Si no hubiese sido por mis vecinos, me hubiesen pegado un tiro”, agradeció la mujer. Y se mostró sumamente molesta con la Policía, pese a que un móvil de la comisaría de Yerba Buena se acercó al domicilio. “Vinieron, pero 20 minutos después”, se quejó la mujer y exigió seguridad.

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