10 Diciembre 2013
VACÍO. Solo basura y unos pocos productos quedaron en el piso de Luque. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL
Una sucursal de Famaillá de la cadena de supermercados Luque fue saqueada durante la madrugada de este martes, según informaron vecinos de esa ciudad. Desde las 22, a pie y en motos, comenzaron a reunirse algunas personas en las cercanías del súper, ubicado sobre la ruta 38. El número fue incrementando con el correr de las horas, según aseguraron. Pese a la resistencia de los empleados, decenas de personas ingresaron después de las 3 de la mañana.
Según publicó un empleado de Luque en Facebook, policías que custodiaban en local intercambiaron disparos con la marea de personas que logró vulnerar las rejas. Unos cinco uniformados fueron asistidos por heridas y golpes en el hospital de Famaillá, de acuerdo a fuentes del centro asistencial.
El principio del desastre
Decenas de vándalos en moto recorrían ayer la ciudad en busca de un comercio desprotegido en el cual irrumpir. La primera luz de conflicto se encendió cerca de las 16 en una casa de venta de lácteos que estaba en avenida Kirchner al 2.300. Esto se fue repitiendo a cada instante y en distintos sectores de la capital y de sus alrededores. Mientras los hechos vandálicos se sucedían con una velocidad inesperada, las autoridades provinciales intentaban negociar con los policías díscolos y, al mismo tiempo, solicitaban el envío urgente de Gendarmería. Pasadas las 20 los gendarmes ya caminaban las calles de la Capital, pero los desmanes ya se extendían en el Gran San Miguel de Tucumán.
Según publicó un empleado de Luque en Facebook, policías que custodiaban en local intercambiaron disparos con la marea de personas que logró vulnerar las rejas. Unos cinco uniformados fueron asistidos por heridas y golpes en el hospital de Famaillá, de acuerdo a fuentes del centro asistencial.
El principio del desastre
Decenas de vándalos en moto recorrían ayer la ciudad en busca de un comercio desprotegido en el cual irrumpir. La primera luz de conflicto se encendió cerca de las 16 en una casa de venta de lácteos que estaba en avenida Kirchner al 2.300. Esto se fue repitiendo a cada instante y en distintos sectores de la capital y de sus alrededores. Mientras los hechos vandálicos se sucedían con una velocidad inesperada, las autoridades provinciales intentaban negociar con los policías díscolos y, al mismo tiempo, solicitaban el envío urgente de Gendarmería. Pasadas las 20 los gendarmes ya caminaban las calles de la Capital, pero los desmanes ya se extendían en el Gran San Miguel de Tucumán.
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