08 Diciembre 2013
ATENTO. A pesar de la distancia, el Papa se muestra al tanto de los conflictos que ocurren en Argentina. REUTERS
BUENOS AIRES.- El papa Francisco se comunicó con el arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez, para informarse de la situación de esa provincia tras los saqueos y expresar "su cercanía en la oración".
Así lo reveló el prelado en su homilía dominical en la cual advirtió que se había roto la amistad social y pidió "una conversión moral". Náñez indicó que "ayer por la mañana el Santo Padre me llamó por teléfono" Y, según radio Cadena 3, el Papa "pidió que fuéramos capaces de reencontrarnos para que la paz reinara entre nosotros. Se lo agradecí profundamente y le pedí la bendición, que de corazón nos dejó".
Francisco también abogó por bucar la "esperanza en la reconstrucción de nuestra sociedad". Por otra parte, Náñez reflexionó a título personal que se vivió la semana pasada "una penosa transgresión a la ordenada y civil convivencia, se han atropellado las pesonas, sus bienes, proyectos, sus esperanzas, se ha roto los vínculos entre los semejantes-vecinos; son desgarradores algunos testimonios: se ha roto la amistad social".
"Por eso es urgente una conversión moral", añadió y abogó para que ese proceso los "haga reconocer y desaprobar el mal realizado, el mal de no haber prevenido ni previsto estos desórdenes, el mal de haber dejado sin seguridad a la población indefensa, el mal de haber atropellado y saqueado a nuestros semejantes". (DYN)
Así lo reveló el prelado en su homilía dominical en la cual advirtió que se había roto la amistad social y pidió "una conversión moral". Náñez indicó que "ayer por la mañana el Santo Padre me llamó por teléfono" Y, según radio Cadena 3, el Papa "pidió que fuéramos capaces de reencontrarnos para que la paz reinara entre nosotros. Se lo agradecí profundamente y le pedí la bendición, que de corazón nos dejó".
Francisco también abogó por bucar la "esperanza en la reconstrucción de nuestra sociedad". Por otra parte, Náñez reflexionó a título personal que se vivió la semana pasada "una penosa transgresión a la ordenada y civil convivencia, se han atropellado las pesonas, sus bienes, proyectos, sus esperanzas, se ha roto los vínculos entre los semejantes-vecinos; son desgarradores algunos testimonios: se ha roto la amistad social".
"Por eso es urgente una conversión moral", añadió y abogó para que ese proceso los "haga reconocer y desaprobar el mal realizado, el mal de no haber prevenido ni previsto estos desórdenes, el mal de haber dejado sin seguridad a la población indefensa, el mal de haber atropellado y saqueado a nuestros semejantes". (DYN)
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