Vuelve la mejor Australia

Vuelve la mejor Australia

Liquidó a Inglaterra con autoridad y amenaza a la “naranja mecánica” en la gran final.

PURA POTENCIA. Australia asfixió a las británicas a partir de un despliegue arrollador. Además dominó las dos áreas. LA GACETA / FOTOS DE JORGE OLMOS SGROSSO Y ANALÍA JARAMILLO PURA POTENCIA. Australia asfixió a las británicas a partir de un despliegue arrollador. Además dominó las dos áreas. LA GACETA / FOTOS DE JORGE OLMOS SGROSSO Y ANALÍA JARAMILLO
De entrada pintaba complicadísimo; Inglaterra era cosa seria. Sin embargo, las cosas fueron muy distintas. Todo lo bueno que las inglesas habían mostrado en la Liga quedó ayer a mitad de camino. Bienvenido entonces su descuido para Australia, que se aprovechó de la amnesia británica y con un 3-0 que jamás corrió peligro sacó boleto para la final contra las holandesas.

El interrogante era gigante porque de verdad Inglaterra había hecho las cosas bien, primero para clasificarse en el Grupo A y luego para vencer en cuartos. Australia había encabezado las posiciones en la zona B, pero después sufrió para empatarle a Alemania y terminó haciendo pie en la semifinal gracias a los penales. Por eso todo podía pasar.

Lo cierto es que las “hockeyroos” sacaron a relucir el juego ideal desde el minuto uno, en sintonía con aquellas memorables actuaciones australianas de la década del 90. Primero Jodie Schulz y en el complemento Georgie Parker y Karrie McHahon vencieron a la enorme Maddie Hinch. La goalkeeper inglesa dejó la vida para tapar disparo tras disparo, porque Australia no se conformaba nunca, y por eso fue figura a pesar del 0-3. ¿Conclusión? La goleada podría haber sido mucho peor para Inglaterra y las jugadoras lo reconocieron.

“Generamos muchísimas chances de gol pero Maddie estuvo estupenda. La verdad es que merecimos ganar y por suerte pudimos lograrlo en el partido más importante. Este año habíamos jugado varias veces con Inglaterra”, recordó Ashleigh Nelson, una de las figuras australianas. Presión, dinámica y velocidad. Esas fueron las armas que empleó Australia para dominar el juego con autoridad. Las oceánicas marcaron fuertes diferencias físicas y ejercieron una marca asfixiante en toda la cancha. A las inglesas les resultó imposible manejar la bocha con tranquilidad. El circuito de pases jamás pudo establecerse porque siempre había una jugadora australiana lista para cortar la línea y salir rápido en contragolpe.

Si juega como lo hizo ayer, Australia será un rival complicadísimo para Holanda en la final. Es más: los pronósticos indican un 50% para cada uno.

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