"Puse todo lo que tenía para hallar a Paulina"
El ex jefe de Policía, Hugo Sánchez, declaró ayer en el juicio que se sigue contra tres ex policías por la presunta falsificación de datos acerca de cómo encontraron el cuerpo. Sostuvo que el autor material del crimen es el remisero, y que ahí se termina la investigación. “Alberto Lebbos se enfadó con nosotros, creo que porque no encontramos viva a la hija”, afirmó.
“No hay gloria en haberla encontrado así”, dijo ayer el ex jefe de Policía, Hugo Sánchez, al declarar como testigo en el juicio que se sigue contra tres ex policías por haber adulterado el acta de hallazgo del cuerpo de Paulina Lebbos, asesinada el 26 de febrero de 2006.
Sánchez describió durante más de tres horas cuál fue su intervención desde que desapareció Paulina, hasta el 11 de marzo de 2006, cuando el cuerpo fue hallado por baqueanos a la vera de la ruta 341, en Tapia. “Puse todo lo que tenía a disposición del caso”, sostuvo el comisario retirado.
“Hoy es mi cumpleaños, y mire dónde lo estoy pasando”, dijo Sánchez al presidente del tribunal, Carlos Caramuti, cuando comenzó a declarar. “Tengo mucho interés en que se esclarezca este caso, porque no estoy tranquilo desde ese momento”, afirmó el ex jefe de Policía.
“Puse todos los recursos a disposición del fiscal Alejandro Noguera y conformé un comité coordinador e investigador”, manifestó el comisario retirado. Sánchez señaló que al principio hubo tres líneas de investigación. “Se pensó primero en el remisero, luego en un crimen pasional porque ella iba a la casa de su novio César Soto, y después surgieron un montón de llamados, porque se habilitó un 0800”, rememoró.
“Sostuve al inicio, y voy a seguir sosteniendo, que el autor material del hecho es el remisero, o al menos es partícipe necesario con otro, y ahí se termina. Aunque no soy dueño de la verdad”, sentenció. Paulina desapareció luego de tomar un remise al salir de un boliche, en la zona del Abasto.
El día en el que se halló el cuerpo, Sánchez llegó a Tapia alrededor de las 20. “Estaban el secretario de Seguridad Eduardo Di Lella, el jefe de la Regional Norte Rubén Brito y el comisario Enrique García”, contó. García era jefe de la comisaría de Raco y está imputado en este juicio, junto a los ex oficiales Manuel Yapura y Roberto Lencina. Brito, por su parte, se encuentra detenido por el encubrimiento del crimen de Paulina.
“Se acercaron Brito y García a decirme que Di Lella había dado las instrucciones. Un rato más tarde llegó el fiscal y se molestó porque estaba el secretario de Seguridad”, comentó Sánchez. Además, Noguera se disgustó cuando supo que Di Lella había dado órdenes en una causa que estaba a su cargo, según el comisario retirado.
El ex jefe de Policía explicó varias veces por qué García había sido ascendido a pesar de que tenía esta causa en su contra. Yapura y Lencina, en cambio, fueron pasados a retiro. “Le tocaba el ascenso y su situación procesal no se definía. García presentó documentación de que no estaba procesado”, argumentó Sánchez.
“Brito me dijo que los lugareños habían dado aviso de un mal olor en la zona y que policías hicieron un rastrillaje y encontraron el cuerpo. Como un mes después supe que no era verdad”, afirmó el comisario retirado.
“¿Y por qué Lebbos dice tantas cosas de usted?”, le preguntó la fiscala de Cámara Juana Prieto de Sólimo. “Al principio entendí que Lebbos tenía un dolor que Dios y la Virgen quieran que nunca llegue a tener yo. Luego comenzó a tener discrepancias con la investigación, y se enfadó, se molestó, quizás porque no encontramos a la hija con vida”, manifestó Sánchez. Lebbos, al rato, salió de la sala. “No pude seguir escuchando tantas mentiras”, dijo el padre de Paulina.
“Creo que hubo sobreactuación, sin intencionalidad”, dijo Sánchez sobre los ex policías acusados. El ex jefe de Policía terminó de declarar a las 16.20 y salió del Palacio de Justicia tomado de la mano de su hija, la única que lo acompañó.
Un comisario dijo que fncionarios querían levantar el cuerpo antes de las pericias
Llegó con el fiscal Alejandro Noguera cerca de las 21 al lugar en el que habían encontrado el cuerpo de Paulina Lebbos, el 11 de marzo de 2006. El comisario Luis Núñez era jefe de la Brigada de Investigaciones Norte en ese entonces, y fue el encargado de darle la noticia al fiscal.
“Cuando llegamos estaba el jefe de Policía Hugo Sánchez, el subjefe Nicolás Barrera, el secretario de Seguridad Eduardo Di Lella y los comisarios Héctor Brito y Enrique García”, contó Núñez en su declaración como testigo en el juicio oral contra tres ex policías, acusados de falsear los datos del hallazgo del cuerpo.
El actual director General de Investigaciones Criminales y Delitos Complejos contó que el fiscal dio la orden de preservar el lugar, y que dispuso que las pericias sean realizadas a primera hora del día siguiente. Se estaba haciendo de noche y comenzaba a llover, según declaró ayer Núñez.
“Las autoridades que estaban presentes querían retirar el cuerpo en ese momento. El fiscal me consultó lo que pensaba y le dije que lo mejor era trabajar con la luz del día”, manifestó el comisario.
A los pocos meses, Núñez fue trasladado. Pasó de estar a cargo de la Brigada de Investigaciones de la Regional Norte a desempeñarse como segundo jefe de la comisaría de Aguilares.
“Durante seis años me he sentido relegado. No he ascendido en toda la gestión de Sánchez. He sentido un gran daño profesional y emocional ”, afirmó el comisario.
“¿Cree usted que el haber recomendado que no se moviera el cuerpo en ese momento motivó su traslado”, le preguntó la fiscala de Cámara Juana Prieto de Sólimo. “No puedo afirmarlo, pero puedo suponerlo”, respondió Núñez.
Más tarde, cuando le tocó declarar, el ex jefe de Policía negó esa versión. “Yo lo ascendí a Núñez”, aseguró Sánchez.
Núñez consideró que los ex policías acusados por falsificación de instrumento público no habrían tenido la experiencia para intervenir en un caso tan importante. “Pero puedo decir que Brito era del círculo íntimo de Sánchez”, aseveró el comisario al finalizar su testimonio.
“Me hicieron mucho daño al falsificarme la firma”
Diego Sebastián Nieva conducía un auto rural con el que realizaba el trayecto desde Francia y avenida Avellaneda hasta Raco. El 10 de marzo de 2006, un día antes del hallazgo del cuerpo de Paulina Lebbos a la vera de la ruta 341 en Tapia, el entonces oficial Manuel Yapura le tomó una declaración. La Policía tenía la orden de identificar a todos los Fiat Duna rojo que funcionaban como remise, y Nieva le contó cómo eran sus horarios de trabajo y su recorrido habitual.
Sin embargo, a la fiscalía llegó otra acta, con una declaración más extensa y, según se comprobó más adelante, con una firma trucha del remisero.
“No se por qué me falsificaron la firma. Salí en todos lados, no se por qué me hicieron este daño”, dijo Nieva entre lágrimas a los jueces de la Sala III de la Cámara Penal, Carlos Caramuti, Dante Ibáñez y Emilio Páez de la Torre.
Nieva repasó visualmente las tres actas en las que figuraban sus firmas (la primera que hizo Yapura, la falsa, y la declaración que brindó ante el fiscal Alejandro Noguera). Salvo la última, negó que las otras rúbricas sean de él.
“Cuando me llevaron a la comisaría de Raco me preguntaron si el auto era mío, porque necesitaban registrar los vehículos que pasaban por Raco”, manifestó el remisero. “No supe que me habían falsificado la firma hasta que lo vi en el diario”, agregó el testigo.
El ex comisario Enrique García había entregado en tribunales el acta original a principios de abril de 2006. Ese día contó que también habían adulterado la documentación en la que constaba el hallazgo del cuerpo de Paulina, consignando que habían sido ellos los que lo encontraron luego de un intenso rastrillaje. Sin embargo, al cadáver lo descubrieron los baqueanos Marcelo y Sergio Goitea.
Por la declaración trucha de Nieva es que García y Yapura están siendo juzgados por supresión de documentación pública. Cuando declaró al inicio del debate oral, Yapura manifestó que el entonces jefe de la Regional Norte, Héctor Rubén Brito, había redactado la declaración trucha y lo había obligado a firmar. “La otra declaración le parecía corta”, contó el ex oficial.
Presencia constante.- Alberto Lebbos, el padre de Paulina, presencia todas las jornadas desde que terminó su declaración como testigo. Pero no está solo. Además de los miembros de la comisión de familiares de víctimas de la impunidad, lo acompaña su hija mayor, Rosa Graciela Lebbos (foto).
Otro dato falso.- El segundo testigo en declarar ayer fue Luis Orlando Bravo. El joven figuraba como uno de los remiseros que habían sido entrevistados por los policías de Raco. “Jamás tuve un remise y no anduve por esa zona”, manifestó el testigo, quien aseguró desconocer por qué había sido citado. “Otro dato falso en las actas”, dijo la fiscala de Cámara Juana Prieto de Sólimo.
Larga espera.- Durante toda la mañana aguardaron su turno para declarar el ex ministro de Seguridad Ciudadana, Pablo Baillo, y el ex subsecretario de esa área, Eduardo Di Lella. A las 14, el juez de Cámara Carlos Caramuti les informó que su testimonio será brindado el lunes a las 8.30, y les recordó que no pueden hablar entre ellos del caso.
Advertencia.- “Me han informado que ha tratado de escuchar a través de la puerta las declaraciones de los otros testigos”, le dijo el presidente del tribunal, Carlos Caramuti, a Eduardo Di Lella. “Sólo buscaba una silla más cómoda que las de madera”, explicó el ex secretario de Seguridad.
Pericia caligráfica.- Por pedido de la fiscala de Cámara Juana Prieto de Sólimo, el tribunal ordenó que el remisero Diego Nieva y los acusados Enrique García, Manuel Yapura y Roberto Lencina, sean sometidos a una pericia caligráfica para determinar de quiénes son las firmas que están en las actas adulteradas.
Presos.- El lunes serían llevados a tribunales los ex comisarios Nicolás Barrera y Héctor Brito, quienes deben declarar como testigos. Ambos se encuentran detenidos, acusados del encubrimiento del crimen de Paulina Lebbos.