El símbolo de la lucha contra el apartheid
El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, anunció en un discurso televisado a todo el país la muerte de Nelson Mandela. “Nuestra gente ha perdido un padre; pese a que sabíamos que este día iba a llegar, nada puede apagar nuestra sensación de una pérdida imperecedera”, sostuvo. La trayectoria y el prestigio de una larga lucha por la igualdad y los derechos humanos. Video.
JOHANNESBURGO.- El ícono de la lucha contra el apartheid, Nelson Mandela, que se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica, falleció a los 95 años en su casa en Johannesburgo vencido por una larga infección pulmonar.
“Compatriotas, nuestro querido Nelson Rolihlahla Mandela, el presidente fundador de nuestra nación democrática, ha muerto”, dijo el presidente Jacob Zuma, visiblemente emocionado, en un discurso televisado. “Madiba nos unió y juntos vamos a despedirlo. Nuestro amado Madiba recibirá un funeral de Estado”, dijo. Mandela emergió de las tinieblas rurales para desafiar el poder del Gobierno de la minoría blanca, lo que le dio al siglo XX una de sus figuras más respetadas y amadas.
Fue uno de los primeros en abogar por la resistencia armada al apartheid en 1960, pero luego pidió por la reconciliación y el perdón cuando la minoría blanca del país comenzó a perder poder 30 años después. Pasó casi tres décadas en prisión, fue elegido presidente en una histórica votación en 1994, en la que pudieron participar todos los sudafricanos, y se retiró en 1999. “Nuestra gente ha perdido a un padre. Pese a que sabíamos que este día iba a llegar, nada puede apagar nuestra sensación de una pérdida imperecedera. Su lucha incesante por la libertad le ganó el respeto del mundo. Su humildad, pasión y humanidad hicieron que se gane el amor de todos”, agregó Zuma.
En 1999, Mandela entregó el poder a una camada de líderes jóvenes mejor preparados para manejar la economía moderna, un poco común retiro voluntario citado como un ejemplo para los líderes africanos. Su última gran aparición pública fue en el 2010, cuando presenció la final del Mundial de fútbol en su país. A su llegada al estadio de Johannesburgo, recibió una larga ensordecedora ovación de los 90.000 espectadores presentes en Soweto. (Reuters)
PUNTO DE VISTA - Clare Byrne (Columnista de la Agencia DPA)
Con el atractivo de una estrella
Charlize Theron estaba aterrorizada. La actriz ganadora de un Oscar había hecho otra espectacular actuación, pero el tiro le salió mal. Durante una gala benéfica en San Francisco en 2009, donde besó a otra mujer durante 20 segundos, la estrella de Hollywood subastó un encuentro con Nelson Mandela como parte de unas lujosas vacaciones en su hermosa Sudáfrica natal. El problema era que no había consultado a Mandela si él tenía tiempo para el encuentro, y cuando resultó que finalmente el ex presidente no podía, Theron se vio obligada a retirar la propuesta. Este contratiempo ilustra sin embargo el alcance del líder sudafricano como icono hasta el punto de subastar un encuentro con él en una gala benéfica. Aunque no deja de resultar en cierto modo cínico que la gente esté dispuesta a pagar importantes cantidades de dinero para estar con una persona que representa el sacrificio personal.
Años después de anunciar su segundo intento de retirada en 2004 -el primero fue cuando dimitió de la presidencia en 1999 - la puerta de su casa seguía cercada por una cola interminable de visitantes de alto rango: desde el artista de hip-hop estadounidense 50 cent hasta la ex primera dama francesa Carla Bruni Sarkozy, todos esperaban su “momento Mandela”.
Al contrario que muchos líderes de su generación, no quería desarrollar un culto a su personalidad. También le encantaba hacer bromas de su propia imagen y contaba por ejemplo cómo dos mujeres sudafricanas blancas le pidieron un autógrafo para luego preguntarle: “¿Por cierto, cuál es su nombre?”