Por Mariana Segura
06 Diciembre 2013
LOS OPUESTOS. La jugadora australiana sonríe después de acertar su penal y dejar sin nada a la buena arquera alemana.
No por nada los shoot-out aquí llevan su nombre. Ellas los aprovecharon y sólo así eludieron dificultades. Es que Alemania, esa Alemania que en la primera ronda no se llevó tres puntos al hilo jamás, se las arregló para complicarle la vida a Australia, un equipo que ayer sólo pudo marcar diferencia justamente en los penales australianos.
Los 70’ habían concluido en empate y el fixture marcaba que pese al 1-1 el juego debía tener un ganador obligado, por eso la importancia de la serie. Pero estos penales son muy diferentes a los que la mayoría ajena al hockey pueda imaginar, ya que no consisten en disparar directo al arco en custodia. En realidad se trata eludir al goalkeeper para marcar y si el arquero se hace de la bocha y logra despejarla fuera del semicírculo, el ejecutante pierde su chance. Fue así que todo ese sistema australiano les sentó tan bien a las “Hockeyroos”.
El partido había sido de ida y vuelta, con buenos planteos y chances para ambos lados. ¿Sorprendió? Sí, porque las germanas venían de capa caída y las australianas punteras del Grupo B, listas para llevarse por delante a un gran e histórico equipo que en esta liga no pasa su mejor momento. Pero no fue así. Las australianas incluso arrancaron perdiendo, porque Eileen Hoffman hizo una jugada de fútbol, bien maradoniana, para eludir a medio mundo y de izquierda a derecha entrar al área para cruzar su palazo. Australia recién lo pudo empatar en el complemento y eso fue un aviso de lo que vendría. Ashleigh Nelson se anotó en la red y a partir de allí la historia era para cualquiera.
Un momento especial
Cuando la chicharra hizo lo suyo hubo que prepararse. El público por un lado, porque los penales de cualquier estilo atrapan a todos, en cualquier deporte. Las jugadoras por el otro, para despejar la mente y pensar únicamente en que la bocha debía tocar tablas.
La presión les jugó en contra a las alemanas y fue la mejor amiga de Australia, que estuvo en su salsa. El equipo acertó cuatro penales y esos fueron suficientes para embolsar el ticket a semis.
¿Las “Hockeyroos” tienen el mejor antídoto para este tipo de definiciones? “No sé, ja ja, son muchos los equipos que definen de esta manera. Personalmente opino que los penales australianos son más emocionantes para el espectador pero difíciles para todos, por eso que los hayamos ganado nos pone muy felices”, dijo Rachael Lynch, arquera ganadora, cuando el resultado ya se había firmado en planillas y el 4-2 favorecido a las suyas porque ella tuvo un papel vital tapando dos intentos europeos.
La tensión pasó con magia a la hora de mandar la bocha adentro y con una Lynch gigante cuando más la necesitaron.
Los 70’ habían concluido en empate y el fixture marcaba que pese al 1-1 el juego debía tener un ganador obligado, por eso la importancia de la serie. Pero estos penales son muy diferentes a los que la mayoría ajena al hockey pueda imaginar, ya que no consisten en disparar directo al arco en custodia. En realidad se trata eludir al goalkeeper para marcar y si el arquero se hace de la bocha y logra despejarla fuera del semicírculo, el ejecutante pierde su chance. Fue así que todo ese sistema australiano les sentó tan bien a las “Hockeyroos”.
El partido había sido de ida y vuelta, con buenos planteos y chances para ambos lados. ¿Sorprendió? Sí, porque las germanas venían de capa caída y las australianas punteras del Grupo B, listas para llevarse por delante a un gran e histórico equipo que en esta liga no pasa su mejor momento. Pero no fue así. Las australianas incluso arrancaron perdiendo, porque Eileen Hoffman hizo una jugada de fútbol, bien maradoniana, para eludir a medio mundo y de izquierda a derecha entrar al área para cruzar su palazo. Australia recién lo pudo empatar en el complemento y eso fue un aviso de lo que vendría. Ashleigh Nelson se anotó en la red y a partir de allí la historia era para cualquiera.
Un momento especial
Cuando la chicharra hizo lo suyo hubo que prepararse. El público por un lado, porque los penales de cualquier estilo atrapan a todos, en cualquier deporte. Las jugadoras por el otro, para despejar la mente y pensar únicamente en que la bocha debía tocar tablas.
La presión les jugó en contra a las alemanas y fue la mejor amiga de Australia, que estuvo en su salsa. El equipo acertó cuatro penales y esos fueron suficientes para embolsar el ticket a semis.
¿Las “Hockeyroos” tienen el mejor antídoto para este tipo de definiciones? “No sé, ja ja, son muchos los equipos que definen de esta manera. Personalmente opino que los penales australianos son más emocionantes para el espectador pero difíciles para todos, por eso que los hayamos ganado nos pone muy felices”, dijo Rachael Lynch, arquera ganadora, cuando el resultado ya se había firmado en planillas y el 4-2 favorecido a las suyas porque ella tuvo un papel vital tapando dos intentos europeos.
La tensión pasó con magia a la hora de mandar la bocha adentro y con una Lynch gigante cuando más la necesitaron.
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