05 Diciembre 2013
CEPO. Cada vez es más difícil adquirir dólares, debido a las restricciones instrumentadas por el Gobierno. elfinanciero.com
Estamos a 24 meses del cepo, y con restricciones y todo, la salida de dólares de las reservas no bajó. En los últimos días, el peso se devaluó fuerte si se pretenden dólares para adquirir autos y bienes suntuarios y, ahora, para utilizar en turismo, dice una nota publicada en el sitio “cronista.com”. El equipo económico negó que tuviera intenciones de desdoblar pero que, en cambio, aplicó distintos impuestos (internos, a cuenta de Ganancias y Bienes Personales) y que el fruto de ello es un precio distinto para el dólar en cada uno de estos casos, lo que no sólo es desdoblar, sino también devaluar. Desde el martes, hay dos tipos de cambio oficiales: el oficial-oficial y el turista, plantea la publicación.
Hay uno más -agrega la nota- pero no goza de la difusión gubernamental: el dólar-agro. El valor para el primero era ese día $ 6,18; para el segundo, $ 8,34, mientras que para el tercero era de $ 4, una vez descontadas las retenciones, por ejemplo, para las exportaciones de soja. Para el agro, la posibilidad de dolarizarse queda tan lejos como a 134%, desde los $ 4 hasta los $ 9,30 del blue. Esto ha hecho que miles de productores decidan esperar y ver, y que los exportadores recién ahora hayan decidido sentarse a la mesa para darle U$S 2.000 millones al Gobierno a cambio de bonos que deberán pagar una tasa más que atractiva.
La nota también plantea la posibilidad de incorporar en la tablita de Kicillof a dos cotizaciones que ya piden pista: el dólar de importación y el dólar financiero. “La razón es peregrina: si se ataca a los bienes suntuarios y al turismo porque fomentan la salida de dólares, ¿por qué no poner el foco en el incentivo al ingreso de divisas? ¿Acaso no fue el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien anticipó una batería de medidas para alimentar las reservas? ¿Por qué a un turista argentino que sale del país se le cobra el dólar a $ 8,38, mientras que a uno que llega a la Argentina se lo pagan a $ 6,16? ¿Acaso no es esa la forma más segura para alimentar el mercado blue? Si lo que se quiere es sumar dólares, entonces habrá que unificar criterios en lugar de desdoblarlos”, sostiene.
El salto del “blue”
Tras la decisión oficial de elevar los impuestos para el uso en el exterior de tarjetas de crédito y de aumentar la tasa vigente para la compra de divisas destinadas al turismo, el dólar “blue” pegó un salto de 32 centavos y ayer cerró a $ 9,62 para la punta vendedora en el mercado porteño. Los operadores atribuyen esta situación al efecto turismo que ha permitido -otra vez- que la cotización paralela acreciente la brecha de la oficial, que terminó en $ 6,20.
“La inminencia de las vacaciones lleva a que los viajeros traten de hacerse de dólares previendo que puede volver a cotizar -en el mercado informal- por encima de los $ 10”, comentó un operador. La Argentina tolera la existencia de una plaza marginal, a la que recurren ahorristas y empresas para adquirir divisas en medio de un rígido control de cambios, sostiene la agencia Reuters.
Hay uno más -agrega la nota- pero no goza de la difusión gubernamental: el dólar-agro. El valor para el primero era ese día $ 6,18; para el segundo, $ 8,34, mientras que para el tercero era de $ 4, una vez descontadas las retenciones, por ejemplo, para las exportaciones de soja. Para el agro, la posibilidad de dolarizarse queda tan lejos como a 134%, desde los $ 4 hasta los $ 9,30 del blue. Esto ha hecho que miles de productores decidan esperar y ver, y que los exportadores recién ahora hayan decidido sentarse a la mesa para darle U$S 2.000 millones al Gobierno a cambio de bonos que deberán pagar una tasa más que atractiva.
La nota también plantea la posibilidad de incorporar en la tablita de Kicillof a dos cotizaciones que ya piden pista: el dólar de importación y el dólar financiero. “La razón es peregrina: si se ataca a los bienes suntuarios y al turismo porque fomentan la salida de dólares, ¿por qué no poner el foco en el incentivo al ingreso de divisas? ¿Acaso no fue el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien anticipó una batería de medidas para alimentar las reservas? ¿Por qué a un turista argentino que sale del país se le cobra el dólar a $ 8,38, mientras que a uno que llega a la Argentina se lo pagan a $ 6,16? ¿Acaso no es esa la forma más segura para alimentar el mercado blue? Si lo que se quiere es sumar dólares, entonces habrá que unificar criterios en lugar de desdoblarlos”, sostiene.
El salto del “blue”
Tras la decisión oficial de elevar los impuestos para el uso en el exterior de tarjetas de crédito y de aumentar la tasa vigente para la compra de divisas destinadas al turismo, el dólar “blue” pegó un salto de 32 centavos y ayer cerró a $ 9,62 para la punta vendedora en el mercado porteño. Los operadores atribuyen esta situación al efecto turismo que ha permitido -otra vez- que la cotización paralela acreciente la brecha de la oficial, que terminó en $ 6,20.
“La inminencia de las vacaciones lleva a que los viajeros traten de hacerse de dólares previendo que puede volver a cotizar -en el mercado informal- por encima de los $ 10”, comentó un operador. La Argentina tolera la existencia de una plaza marginal, a la que recurren ahorristas y empresas para adquirir divisas en medio de un rígido control de cambios, sostiene la agencia Reuters.
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