Por Graciela Colombres Garmendia
04 Diciembre 2013
CHOQUE DE MANOS. Van Male (izquierda) marcó el segundo gol de las holandesas y lo celebra junto con Van der Heuvel.
La lluvia que sorprendió a los tucumanos ayer por la mañana no agarró desprevenidos a los hinchas holandeses. Ellos llegaron antes de las 9 al estadio de Natación y Gimnasia para alentar a su seleccionado de hockey. Portando pilotos, remeras, banderas y hasta paraguas naranjas, los padres de algunas de las jugadoras celebraron la tercera victoria consecutiva del equipo dirigido por el argentino Max Caldas. La víctima fue Corea del Sur: 3 a 1.
No habían pasado 10 minutos de juego cuando Malou Pheninckx recibió un fuerte golpe en el rostro que la obligó a abandonar la cancha. A pocos metros de la jugadora se encontraba su madre, parada en la tribuna, manteniendo el temple. “Uno sabe que estas cosas siempre pueden pasar”, reflexionó Jacqueline Pheninckx. “Tuvieron que hacerle unos puntos. Me habría preocupado si no hubiera visto sangre o si Malou se hubiese quedado quieta”, agregó. Junto a otros cinco padres, Jacqueline siempre acompaña a su hija, donde sea que juegue.
La estadía en Tucumán, tanto para el equipo holandés como para sus familiares, es de lo más placentera. “Nos gusta. Es lindo ver lo mucho que disfrutan el deporte en este país. No sucede lo mismo en Holanda”, evaluó Pheninckx. Añadió que le gustaría que el conjunto naranja se enfrente con Las Leonas en la final, con todo el público de celeste y blanco en frente. ¿Se animan a cantar con la hinchada argentina presente? “Nos arreglaremos”, anticipa sonriendo, feliz por el viaje y por los resultados de su selección.
Basándose en los hechos es sencillo entender a Pheninckx. En el partido de ayer, a los dos minutos la “naranja mecánica” ya estaba un tanto arriba. Lidewij Welten fue la encargada de conmover al conjunto coreano. Tres minutos después Kitty van Male agrandó la diferencia e hizo pensar que se venía una goleada.
El dominio de la bocha que ejerció el equipo de Caldas era clarísimo y, cuando atacaban, eran precisas. Así llegó el tercer gol, otra vez por medio de Welten. Con el 3 a 0 sellado los conjuntos se fueron al descanso.
En la segunda mitad el juego perdió dinamismo a causa de la constante lluvia. Las jugadoras tuvieron que dotar de más energía de la usual a los golpes para lograr que la bocha se moviera con agilidad. Eso hizo el partido más lento y le dio un hueco a Corea, que no lo desaprovechó. Eunbi Cheon descontó a los 28 minutos. A pesar del retroceso en la segunda parte, Holanda siguió dominando y terminó el día en la cima del grupo, a la espera del próximo rival.
“Creo que podemos ser uno de los mejores equipos del torneo, pero para eso hay que evolucionar en cada partido”, opinó Maarjte Paumen, capitana de la “naranja”.
No habían pasado 10 minutos de juego cuando Malou Pheninckx recibió un fuerte golpe en el rostro que la obligó a abandonar la cancha. A pocos metros de la jugadora se encontraba su madre, parada en la tribuna, manteniendo el temple. “Uno sabe que estas cosas siempre pueden pasar”, reflexionó Jacqueline Pheninckx. “Tuvieron que hacerle unos puntos. Me habría preocupado si no hubiera visto sangre o si Malou se hubiese quedado quieta”, agregó. Junto a otros cinco padres, Jacqueline siempre acompaña a su hija, donde sea que juegue.
La estadía en Tucumán, tanto para el equipo holandés como para sus familiares, es de lo más placentera. “Nos gusta. Es lindo ver lo mucho que disfrutan el deporte en este país. No sucede lo mismo en Holanda”, evaluó Pheninckx. Añadió que le gustaría que el conjunto naranja se enfrente con Las Leonas en la final, con todo el público de celeste y blanco en frente. ¿Se animan a cantar con la hinchada argentina presente? “Nos arreglaremos”, anticipa sonriendo, feliz por el viaje y por los resultados de su selección.
Basándose en los hechos es sencillo entender a Pheninckx. En el partido de ayer, a los dos minutos la “naranja mecánica” ya estaba un tanto arriba. Lidewij Welten fue la encargada de conmover al conjunto coreano. Tres minutos después Kitty van Male agrandó la diferencia e hizo pensar que se venía una goleada.
El dominio de la bocha que ejerció el equipo de Caldas era clarísimo y, cuando atacaban, eran precisas. Así llegó el tercer gol, otra vez por medio de Welten. Con el 3 a 0 sellado los conjuntos se fueron al descanso.
En la segunda mitad el juego perdió dinamismo a causa de la constante lluvia. Las jugadoras tuvieron que dotar de más energía de la usual a los golpes para lograr que la bocha se moviera con agilidad. Eso hizo el partido más lento y le dio un hueco a Corea, que no lo desaprovechó. Eunbi Cheon descontó a los 28 minutos. A pesar del retroceso en la segunda parte, Holanda siguió dominando y terminó el día en la cima del grupo, a la espera del próximo rival.
“Creo que podemos ser uno de los mejores equipos del torneo, pero para eso hay que evolucionar en cada partido”, opinó Maarjte Paumen, capitana de la “naranja”.
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