03 Diciembre 2013
EMOCION. Alberto Marti celebró como nunca esta obtención de Almirante Brown.
Cuando el domingo, Gastón Olmos, jugador de Bella Vista desvió el penal que decretó que Almirante Brown se consagraba campeón, Alberto Marti levantó la mirada al cielo y de inmediato se le llenaron los ojos de lágrimas. El técnico de los "marinos" sabía que, desde algún lugar, su hijo Fernando estaría celebrando junto a él lo que tanto esfuerzo le costó conseguir. "Es la luz que me alumbra desde que se fue a estar junto al Señor. Lo único que me consuela, aunque no lo tengo físicamente, es saber que me acompaña en cada instante de mi vida", dijo el DT, sin poder evitar que la voz se le entrecortara por la emoción y la tristeza por no tenerlo a su lado en uno de los momentos más trascendentales de su vida deportiva.
Marti reconoció que este título no es una casualidad. "Es el premio a un plantel que nunca bajó los brazos. Con dedicación y esfuerzo supo sobreponerse en los momentos complicados. La clave fue ir quemando etapas y nunca perder la humildad. Sabíamos que teníamos los argumentos futbolísticos para estar en la definición del torneo, pero nunca nos creímos más o menos que nadie", señaló el técnico que logró su primer título en el fútbol, luego de una dilatada trayectoria en el basquetbol.
"La vida me dio la posibilidad de lograr cuatro títulos en el básquet, pero este campeonato es lo máximo que me ocurrió desde que soy técnico. Nos costó mucho y pudimos regalarle una alegría a toda una ciudad que, en la medida que fue transcurriendo el certamen, se fue convenciendo de que se podía conseguir el título. Ver a tanta gente abrazarse en las tribunas y saber que estos muchachos lo habían hecho posible me llenó de orgullo", señaló el entrenador, que se vio fascinado por el recibimiento que el plantel tuvo en la noche del domingo en su arribo a San Isidro de Lules.
Marti fue cauto sobre su futuro. "Mi vinculo con el club terminó en este torneo. Ahora esperaré que el presidente Ramón Graneros regrese desde Europa para charlar sobre los pasos a seguir", concluyó el técnico, que estuvo a punto de dirigir interinamente a San Martín, en el Argentino A.
Marti reconoció que este título no es una casualidad. "Es el premio a un plantel que nunca bajó los brazos. Con dedicación y esfuerzo supo sobreponerse en los momentos complicados. La clave fue ir quemando etapas y nunca perder la humildad. Sabíamos que teníamos los argumentos futbolísticos para estar en la definición del torneo, pero nunca nos creímos más o menos que nadie", señaló el técnico que logró su primer título en el fútbol, luego de una dilatada trayectoria en el basquetbol.
"La vida me dio la posibilidad de lograr cuatro títulos en el básquet, pero este campeonato es lo máximo que me ocurrió desde que soy técnico. Nos costó mucho y pudimos regalarle una alegría a toda una ciudad que, en la medida que fue transcurriendo el certamen, se fue convenciendo de que se podía conseguir el título. Ver a tanta gente abrazarse en las tribunas y saber que estos muchachos lo habían hecho posible me llenó de orgullo", señaló el entrenador, que se vio fascinado por el recibimiento que el plantel tuvo en la noche del domingo en su arribo a San Isidro de Lules.
Marti fue cauto sobre su futuro. "Mi vinculo con el club terminó en este torneo. Ahora esperaré que el presidente Ramón Graneros regrese desde Europa para charlar sobre los pasos a seguir", concluyó el técnico, que estuvo a punto de dirigir interinamente a San Martín, en el Argentino A.