02 Diciembre 2013
Los datos del público que busca un cine distinto, alejado tal vez del comercial, de ese que nos ofrecen las superproducciones de Hollywood, están creciendo en esta ciudad, lo que se puede calificar como efectivamente saludable.
Al Festival Tucumán Cine 2013, asistieron alrededor de 5.000 espectadores en las 70 funciones que tuvieron lugar durante una semana, según informó el presidente del Ente Cultural, Mauricio Guzman, el viernes último, durante la entrega de premios. Y en el Cortala fueron 1.200 las personas que asistieron a las salas del Solar y del Centro Cultural Virla, un número que ya plantea para sus organizadores el desafío para la edición de 2014 de convertirlo en latinoamericano. Si a eso se agrega la expectativa que generaron "Los Dueños", de Ezequiel Radusky y Boby Toscano (cuyo estreno comercial aún no tiene fecha) y otras realizaciones locales, se puede advertir un cuadro de creciente interés en este tipo de cinematografía, que hasta no hace mucho no podía llenar una sala.
A la hora de buscar explicaciones a este fenómeno, no puede faltar aquella que indica la necesidad de expresiones artísticas que tuteén al espectador, que le hablen de él, de lo que tiene más cerca, a su alrededor; en una palabra, de su realidad más cercana e inmediata. Los grandes temas, es verdad, casi no se modifican a lo largo de los años y de los siglos, pero las historias, esos pequeños relatos que ocurren a la vuelta de la esquina, sí. Y para una amplia franja, tiene su propio público.
Claro está entonces, que estos festivales responden a una necesidad real y que deben alentarse.
Al Festival Tucumán Cine 2013, asistieron alrededor de 5.000 espectadores en las 70 funciones que tuvieron lugar durante una semana, según informó el presidente del Ente Cultural, Mauricio Guzman, el viernes último, durante la entrega de premios. Y en el Cortala fueron 1.200 las personas que asistieron a las salas del Solar y del Centro Cultural Virla, un número que ya plantea para sus organizadores el desafío para la edición de 2014 de convertirlo en latinoamericano. Si a eso se agrega la expectativa que generaron "Los Dueños", de Ezequiel Radusky y Boby Toscano (cuyo estreno comercial aún no tiene fecha) y otras realizaciones locales, se puede advertir un cuadro de creciente interés en este tipo de cinematografía, que hasta no hace mucho no podía llenar una sala.
A la hora de buscar explicaciones a este fenómeno, no puede faltar aquella que indica la necesidad de expresiones artísticas que tuteén al espectador, que le hablen de él, de lo que tiene más cerca, a su alrededor; en una palabra, de su realidad más cercana e inmediata. Los grandes temas, es verdad, casi no se modifican a lo largo de los años y de los siglos, pero las historias, esos pequeños relatos que ocurren a la vuelta de la esquina, sí. Y para una amplia franja, tiene su propio público.
Claro está entonces, que estos festivales responden a una necesidad real y que deben alentarse.