01 Diciembre 2013
UN DEMONIO. Augusto "Chino" López apoyó dos tremendos tries frente a Rosario.
ROSARIO, (De nuestro enviado especial, Federico Espósito).- Si hay que buscar a alguien que realmente tuvo un camino con obstáculos para llegar en condiciones a la final del Campeonato Argentino, ese es Augusto López. El "Chino" tuvo lesiones propias del jugador rápido que es. Velocista por excelencia, las dolencias maltrataron ese físico.
La amargura de lesionarse frente a Salta la compensó en Rosario al salir campeón. Hábil en la definición, cuando toma la pelota su mira apunta solo al ingoal rival. Así se convirtió en un engranaje fundamental para que la máquina del goleo tucumano sea lo suficientemente efectiva para llegar al título. La pequeña figura de López se agigantó en la cancha del Jockey Club de Rosario.
"Esto siempre se sueña, pero nos siempre se hace realidad", reconoció López. "Siempre hay un espacio en la mente, aunque sufrí mucho de la cabeza por las lesiones. Puse todo y con paciencia sentí que iba a tener esta oportunidad", reveló el jugador de Tucumán Rugby.
El "verdinegro", acertado en su actitud, planeó brindarse al cien por ciento. "Estaba mentalizado y quería que sea mi mejor partido. Marqué dos tries, pero el trabajo de equipo es el que me dió esa posibilidad", reconoció el "Chino".
Sacrificio y humildad
Suele decirse que las finales no se ganan con un juego vistoso, solo hay que ganarlas. "El triunfo llegó con mucho sacrificio y humildad en el trabajo diario. A esto se suma tener un equipo rico en individualidades con una gran seguridad que podíamos ganar", explicó López.
"Es un equipo que maduró, con el correr de los partidos lo demostró. Cada vez que las exigencias rivales lo permitían, dejábamos traslucir que el hambre por el título de campeón pocos lo podían combatir", remarcó.
En medio de los festejos, el "Chino" desapareció entre las camisetas naranjas, no sin antes dejar en claro su emoción: "sí, soñé con esto muchas veces. Por eso, cuando pasa es espectacular y hay que disfrutarlo. Nunca se sabe si se volverá a repetir".
La amargura de lesionarse frente a Salta la compensó en Rosario al salir campeón. Hábil en la definición, cuando toma la pelota su mira apunta solo al ingoal rival. Así se convirtió en un engranaje fundamental para que la máquina del goleo tucumano sea lo suficientemente efectiva para llegar al título. La pequeña figura de López se agigantó en la cancha del Jockey Club de Rosario.
"Esto siempre se sueña, pero nos siempre se hace realidad", reconoció López. "Siempre hay un espacio en la mente, aunque sufrí mucho de la cabeza por las lesiones. Puse todo y con paciencia sentí que iba a tener esta oportunidad", reveló el jugador de Tucumán Rugby.
El "verdinegro", acertado en su actitud, planeó brindarse al cien por ciento. "Estaba mentalizado y quería que sea mi mejor partido. Marqué dos tries, pero el trabajo de equipo es el que me dió esa posibilidad", reconoció el "Chino".
Sacrificio y humildad
Suele decirse que las finales no se ganan con un juego vistoso, solo hay que ganarlas. "El triunfo llegó con mucho sacrificio y humildad en el trabajo diario. A esto se suma tener un equipo rico en individualidades con una gran seguridad que podíamos ganar", explicó López.
"Es un equipo que maduró, con el correr de los partidos lo demostró. Cada vez que las exigencias rivales lo permitían, dejábamos traslucir que el hambre por el título de campeón pocos lo podían combatir", remarcó.
En medio de los festejos, el "Chino" desapareció entre las camisetas naranjas, no sin antes dejar en claro su emoción: "sí, soñé con esto muchas veces. Por eso, cuando pasa es espectacular y hay que disfrutarlo. Nunca se sabe si se volverá a repetir".
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