La carta destacada

Los 80 de Rosita Ávila

Lo mágico tiene la sustancia de lo eterno, ante eso el tiempo se detiene indefenso, absorto, mudo, a contemplar cómo el paso de los años no puede añadir ni quitar nada a lo inmutable, no logra entender cómo la risa sigue teniendo la estridencia de otros tiempos, cómo la vida sigue siendo vital, pujante, cómo las ganas perduran en la misma sintonía, envejecida pero viva y jovial como siempre. Y la Rosita tiene "esa magia"; aún con el andar más lento y el bastón que a veces la acompaña, sigue siendo aquella inmaculada soñadora que sostenía el andar de Nuestro Teatro, mientras la Charito, con los ojos agrandados por el asombro, veía cómo el escenario, las luces, las butacas, la inundación de amigos artistas bochincheros cada vez le dejaban menos espacio para sus alambiques, dulces y cacharros. Y hoy la Rosita sigue siendo eso, la María eterna que llevaba su risa a todas las barriadas; la amiga que permanecía a tu lado; la generosa mujer que se entregaba en consejos en empujar el carro del arte en todos lados, en mirarnos con ternura infinita a los que intentábamos hacer teatro en Bella Vista o cualquier lado. Rosa Avila, hoy sigues siendo para todos "Rosita Avila". Gracias por todo.

Antonio Beco Salazar

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